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miércoles, 10 de julio de 2019

JULIA DE BURGOS. VIDA, PASIÓN Y MUERTE



Esta puertorriqueña nacida en Santa Cruz de Carolina en 1914, fue la más grande poetisa de su país. Fue la mayor de trece hermanos, estudió magisterio en San Juan y ejerció como maestra en la escuela Feijoo del barrio Cedro Arriba en Naranjito. En 1936 se afilió a las hijas de la libertad, rama femenina del Partido Nacionalista de Puerto Rico. Influenciada por Neruda y Alberti, Julia de Burgos comenzó a escribir poesía. De su obra se han publicado tres colecciones, las dos primeras en vida y la última de forma póstuma. Julia tuvo una vida amorosa intensa y apasionada. Se casó dos veces y fue amante de Juan Isidro Jimenes, médico y nieto del presidente dominicano del mismo nombre.

Vivió algún tiempo en La Habana, donde estudió latín, griego y francés. Feminista convencida, Julia mostró en muchos de sus poemas su compromiso por la liberación de la mujer, una voz rebelde y enemiga de los convencionalismos. En 1944 se trasladó a Nueva York, y allí murió diez años después, a consecuencia de una neumonía y de su inveterado alcoholismo. Cayó desmayada en la calle, y la trasladaron al hospital de Harlem en el que falleció sin ser identificada. El municipio neoyorquino la enterró bajo el nombre de Jane Doe (Juana Nadie) que usualmente se daba a los cadáveres sin identidad. Tenía sólo treinta y nueve años.


Una vida de lucha incansable que no tuvo reconocimiento sino después de su muerte, como desgraciadamente suele ocurrir en muchos casos. La Universidad de Puerto Rico le concedió un doctorado Honoris Causa en 1987. En San Juan varias escuelas y avenidas llevan su nombre. También se inauguraron en su honor la Casa Protectora Julia de Burgos, que acoge a mujeres maltratadas y el Museo de Artes y Ciencias Julia de Burgos. Hay en Manhattan un Centro Latino dedicado a su memoria, y en Harlem un Centro de Arte en su homenaje. Nuestra Biblioteca Bigotini quiere sumarse modestamente al recuerdo de esta notable poetisa y admirable mujer, proponiéndoos el enlace con la versión digital de su Poema del hijo no nacido, brevísimo pero cargado de emoción y marcado por la inconfundible huella de su autora, una mujer puertorriqueña y universal. Clic en la ilustración para acceder.


En los hombres, igual que en las naciones, si el ser siervo es no tener derechos, el ser amo es no tener conciencia. Julia de Burgos.



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