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martes, 29 de noviembre de 2022

CALÍGULA O LA LOCURA EN EL PODER

 


El año 37 de nuestra era sucedió a Tiberio su sobrino nieto Cayo Calígula, el segundo hijo de Agripina y Germánico, a quien su tío abuelo había nombrado sucesor. Parece que el joven príncipe adelantó su ascenso al trono imperial haciendo asfixiar a Tiberio con una almohada cuando se encontraba enfermo en el lecho. Los legionarios le adoraban porque de niño había acompañado a Germánico, su padre, en las campañas de guerra. Solía el pequeño Cayo llevar unas botas de cuero, perfecta imitación del calzado militar, por lo que se ganó en su infancia el sobrenombre de Calígula que podría traducirse como “Botita”.

En sus primeros años al frente del Imperio, Calígula se mostró generoso con los pobres, y hasta devolvió al régimen una cierta apariencia democrática restituyendo sus poderes a la Asamblea. Era popular entre los ciudadanos y también entre la tropa, que le tenía por un soldado valeroso y un jefe prudente.


Por eso su radical transformación sólo parece explicable a causa de algún trastorno difícil de diagnosticar simplemente a través de la crónica histórica. Calígula padeció sin duda una grave enfermedad mental. En términos coloquiales estaba loco de atar. Al parecer todo comenzó con unas crisis de terrores nocturnos que se acentuaban en presencia de tormentas. Físicamente era corpulento como la mayor parte de los hombres de su familia, y padecía una calvicie prematura. Se dice que pasaba horas ante el espejo haciendo muecas y ensayando poses. Dio en diversas locuras como la de enamorarse de la civilización egipcia, lo que le llevó a adoptar no sólo la estética del país del Nilo en cuanto a atuendos y arquitectura, sino hasta sus costumbres, tomando a sus hermanas como amantes. Se desposó con una de ellas, Drusila, una joven ambiciosa y violenta que resultó ser una pésima influencia alentando los caprichos de su hermano y esposo.

Entre los más célebres estuvo el de hacer nombrar cónsul a su caballo Incitato, para quien mandó construir una cuadra de mármol y un lujoso pesebre de marfil. Obligaba a los senadores a besarle los pies y a combatir en el Circo con los gladiadores. Hizo asesinar a los calvos y a los filósofos. De esa matanza sólo se libraron el joven Séneca, que se hizo pasar por enfermo grave, y su tío Claudio a quien todos tenían por idiota. Empujó al suicidio a su abuela Antonia y hasta la tomó con Júpiter, haciendo arrancar las cabezas a todas las estatuas del dios para reemplazarlas por la suya, motivo este por el que se han conservado incluso hasta tiempos actuales, gran cantidad de cabezas de Calígula.



Roma vivió aterrorizada bajo su mandato hasta que un día Casio Quereas, el comandante de la guardia pretoriana, se cansó de sus continuos insultos y humillaciones, y le apuñaló mientras le acompañaba por el pasillo de un teatro. Dudaron los romanos en creer la noticia, sospechando que se trataba de un nuevo truco de Calígula para ver quien se alegraba y quien se entristecía con su muerte. Para demostrar que era verdad, los pretorianos asesinaron también a Cesonia, su cuarta y última mujer, y a su hija pequeña le estamparon el cráneo contra una pared. En la Roma inhabitable del tiempo de Calígula eran ejercicios cotidianos de aquellos mercenarios salvajes. Ya no quedaba más remedio que el regicidio, y para eso hacían falta manos mercenarias. Al decir de Indro Montanelli, los romanos no sabían ya ni matar a sus tiranos.

Es más fácil ser genial que tener sentido común. Oscar Wilde.


sábado, 26 de noviembre de 2022

ALONSO ENRIQUEZ DE GUZMÁN, NOBLE Y DESBARATADO

 


Nacido en Sevilla la llana en 1499, tiempo antes de la venida del emperador Carlos, Alonso Enríquez de Guzmán era descendiente de reyes y pariente de grandes. Debió ser tan alta su cuna, que al caer se descalabró. Acaso víctima de su propia nobleza, cayó el caballero en manos no demasiado cristianas de usureros, y le fueron royendo las deudas como al pan ratonado. Echó entonces mano a la espada, no pudiendo hallar otra cosa en que ponerla, y abrazó el oficio de soldado hallándose en las guerras de Italia de 1520. En la carnicería de los Gelves junto a Hugo de Moncada, con quien se embarcó en Sicilia, evitó la muerte de milagro. Sirvió después al emperador contra los agermanados en 1523 y luego en Mallorca. Pasó más tarde a Alemania, y en Alemania pasó las más amargas penurias, llegando al extremo de mendigar un mendrugo de pan que llevarse a la boca. Ya de vuelta en Castilla fue criado del rey en su casa, y muy privado suyo, pero las envidias de algún poderoso le hicieron dar con sus huesos en la cárcel de Melilla, una de las más infames prisiones de cuantas hubo en su tiempo.



Hizo Enríquez protesta de inocencia y hallada probanza de ser verdad, recobró libertad y honra, volviendo a gozar del favor de su Majestad y siendo nombrado gobernador de Mallorca. Pasó a las Indias en 1534. En el Perú tomó partido por don Diego de Almagro, poniendo su vida en tan grande riesgo que a pique estuvo de perderla a manos de la gente de Pizarro. Regresó a España en 1540, donde se esforzó en la defensa de Almagro, a cuya memoria dedicó varios romances y unas coplas reales muy hermosas compuestas en endecasílabos.

Y es que Alonso Enríquez, amás de soldado, mendigo, preso y algo pícaro, fue también poeta y no de los peores. A su pluma se debe una entre crónica y novela que intituló Libro de la vida y costumbre de don Alonso Enríquez, caballero noble y desbaratado, obra que no se dio a la imprenta hasta 1862, cuando los restos, polvo y cenizas de su autor reposaban hacía más de tres siglos, pues murió don Alonso en Úbeda la abundosa el año de 1547.

Es este libro de su vida la lectura que Biblioteca Bigotini os trae hoy. Hágase clic en el enlace que aquí abajo parece, y disfruten chicos y grandes las venturas y desventuras de don Alonso Enríquez, historia verdadera de sus hechos de nobleza tanto como de sus locuras y desbaratamientos, que de todo hubo y nada se callará para ocultarlo al lector.

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=Libro+de+la+vida+y+costumbres+de+don+Alonso+Enr%C3%ADquez+de+Guzm%C3%A1n.pdf

Puse muy grand luto por él; peléme las barvas y regué mis mexillas quando supe su fallesçimiento, porque tengo por çierto que lo mismo hiziera al mío, sy fuera antes que el suyo. Alonso Enríquez de Guzmán.


miércoles, 23 de noviembre de 2022

EPICONDILITIS. CUANDO LOS TENISTAS TRABAJAN EN FÁBRICAS

 


La epicondilitis, también conocida como codo de tenista, es una inflamación de las inserciones musculares en el epicóndilo del codo. El epicóndilo está situado en la parte externa lateral de la articulación del codo, en la zona donde se insertan los músculos extensores de la muñeca. La epicondilitis afecta también  al cartílago humeral, el periostio y el ligamento anular. Suele denominarse epicondilitis lateral, para diferenciarla de la epicondilitis medial, más conocida como epitrocleítis o codo de golfista.

En la epicondilitis el dolor aparece en la región lateral externa del codo, para irradiarse después al resto del antebrazo, la muñeca, el carpo, e incluso la mano. Aunque la lesión se describió inicialmente en deportistas que utilizaban raquetas, puede presentarse en personas que realizan diferentes actividades manuales, sobre todo aquellas que implican manejo de cargas de forma reiterada o movimientos repetitivos de la articulación del codo y de la extremidad superior en general. En definitiva, el codo de tenista es una lesión que se presenta generalmente como consecuencia del sobreuso, y usualmente afecta al brazo dominante. Algunos autores han apuntado como causa probable de la epicondilitis lateral la hiperplasia angiofibroblástica al producirse microdesgarros y cicatrices en la inserción muscular.


En general podemos enmarcar las causas dentro de las siguientes situaciones:

Practicar un deporte que involucre el uso importante de los brazos durante varias horas al día.

Realizar un esfuerzo repetitivo como en el caso de los trabajadores industriales, o en tareas de jardinería, carpintería, mantenimiento, cadenas y líneas de producción, industria textil, confección y un largo etcétera. Puede afirmarse que se trata de una patología típica de los obreros manuales.

Trabajar con maquinas vibratorias. 

Cargar grandes pesos con los brazos. 

Inflamaciones crónicas previas con  presencia de calcificaciones.

Microfragmentaciones del tendón.

Luxación del codo.

Fractura de codo o huesos aledaños que involucren a los tendones.

 

La lesión se caracteriza por presentar las siguientes manifestaciones clínicas:

Dolor local o irradiado al brazo o a la muñeca.

Área de inflamación visible y palpable a unos 5 cm del epicóndilo lateral (justo donde se inserta el músculo extensor radial del carpo).

Dolor al realizar movimientos que requieren  de la supinación y la flexión de la muñeca. 

Parestesias por inhibición refleja.

Con el tiempo, el dolor se presenta incluso en reposo.

La resonancia magnética puede mostrar edema  rodeando el tendón.

 

La epicondilitis es lesión en principio de tratamiento no quirúrgico. La terapia se concentra básicamente en tres puntos:

·                     Protección de la articulación

·                     Disminución de la inflamación

·                     Fortalecimiento de los músculos y tendones.

Para  lograr estos objetivos se deben tomar ciertas medidas básicas como reducir las actividades que causan el dolor, modificar aquellas que lo agravan, evitar actividades y tareas de larga duración, y realizar ejercicios de forma preventiva (calentamiento, estiramiento y fortalecimiento).



La terapia física (sin duda la mejor opción) se basa en los siguientes métodos:

·                     Crioterapia para disminuir la inflamación y el dolor.

·                     Masaje profundo tipo Ciryax.

·                     Iontoforesis.

·                     Tratamiento con láser.

·                     Ultrasonidos terapéuticos.

·                     Ondas de choque.

·                     Microelectrolisis percutánea.

·                     Ejercicios de estiramiento.

·                     Ejercicos de fortalecimiento.

Otras recomendaciones importantes y que pueden ser de gran utilidad al paciente son el uso de coderas simples o coderas de neopreno, bandas elásticas para el antebrazo, así como el uso de una férula de muñeca. Puede ser útil la infiltración local con corticoides y la anestesia local.

El barón era un hombre verdaderamente extraordinario. A pesar de la vieja lesión de tenis que le atormentó toda su vida, no dejó un solo día de empinar el codo. La baronesa viuda.


sábado, 19 de noviembre de 2022

EL CONJUNTO DE CANTOR: UNA INICIACIÓN A LOS FRACTALES


 

El conjunto de Cantor, que recibe su nombre del filósofo y matemático Georg Cantor (1845-1918), resulta en opinión de Miguel de Guzmán, a quien seguimos en este breve comentario, el mejor ejemplo para entender en qué consiste en esencia un fractal. Se trata ni más ni menos que de la iteración infinita de un sencillo proceso geométrico.

Un segmento rectilíneo de longitud 1, se divide inicialmente en tres partes iguales. Eliminamos la parte central abierta, es decir, sin incluir los extremos, y cada una de las otras dos se divide en tres partes iguales, eliminando otra vez las partes centrales en cada una de ellas. Procédase igual con cada uno de los cuatro segmentos que quedan, y repitamos el proceso infinitas veces. Cuando ya no podamos hacerlo de forma manual, habrá que recurrir a la iteración matemática. Un ordenador como los que actualmente tenemos a nuestra disposición, puede hacerlo de manera automática sin mayor esfuerzo mediante la introducción de la instrucción correspondiente. También puede realizarse idéntica operación partiendo de figuras geométricas concretas como cuadrados o triángulos.


Lo que obtenemos cuando el proceso se ha repetido ya un número considerable de veces, es un conjunto de puntos con muchos agujeros. Es el célebre conjunto de Cantor, un conjunto tan curioso que aun siendo de longitud nula, tiene tantos puntos como todo el espacio tridimensional y posee tal estructura que cada una de sus partes, observada con una lente de aumento, reproduce exactamente el conjunto total. Se trata de la llamada propiedad de autosemejanza que cumplen todos los fragmentos de cualquier fractal. Son estructuras que se repiten de forma incesante en el conjunto, en muchos de los elementos que forman parte de nuestro universo físico, y muy en particular en los organismos vivos tanto a nivel macro como microscópico.



Si nos fijamos atentamente en las primeras secuencias de la división de segmentos, veremos que en la primera fase de la construcción del conjunto de Cantor hemos suprimido un intervalo de longitud 1/3. En la segunda etapa de la construcción hemos quitado dos segmentos de longitud 1/32, en la tercera se quitan 22 = 4 segmentos de longitud 1/33,… En total se ha suprimido una longitud cuyo valor es:

 

1/3 + 2/32 + 22/33 + 23/34 + … = (1/3)/(1-2/3) = 1

 

lo que nos indica que la longitud del conjunto de Cantor, que es la que queda después de suprimir los intervalos indicados, es nula.

A pesar de tener longitud nula,  los puntos del conjunto de Cantor constituyen un conjunto no numerable. No es difícil demostrarlo. Si consideramos la construcción del conjunto, observamos que cada punto que permanece tras el proceso infinito de suprimir intervalos, se puede caracterizar de modo inequívoco por una sucesión infinita de símbolos I, D (o cualesquiera otros), de la siguiente forma:

IDIIDIDDD…


Significando que el punto está en el intervalo de la izquierda de los dos que resultan después de la primera fase de construcción del conjunto de Cantor, en el subintervalo de la derecha de ese intervalo de los dos que resultan de él después de la segunda fase, en el subintervalo de la izquierda de los dos que resultan del intervalo anterior después de la tercera fase, y así sucesivamente. Por tanto, hay tantos puntos en el conjunto de Cantor como palabras infinitas pueden formarse con dos letras.

En cuanto a la propiedad de autosemejanza del conjunto de Cantor, resulta bastante obvia. Si tras la construcción del conjunto tomamos lo que hay de él en el intervalo [0, 1/3] y lo sometemos a una homotecia (correspondencia entre figuras geométricas) de centro 0 y razón 3, obtenemos exactamente el conjunto de Cantor en su totalidad. El conjunto de Cantor es autosemejante. Igual que en el juego de las muñecas rusas, contiene en su interior infinitas copias de sí mismo de tamaño reducido pero de infinito alcance. Todas y cada una de las partes son un todo semejante al todo. Es esta una propiedad inherente a todos los fractales.

Así pues, el conjunto de Cantor es pequeño (de longitud nula), pero a la vez y paradójicamente, es grande (no numerable, expresión que se emplea en geometría, y resulta equivalente al infinito matemático), y además es autosemejante. Constituye un ejemplo muy simple de la realidad física. Desde la pequeñez microscópica de lo subatómico, hasta la inabarcable magnitud del universo, todo cuanto nos rodea y nosotros mismos, formamos parte de un todo infinito y fantástico en el que se repiten las estructuras y rigen idénticas leyes. Pensad en ello.

-Señor juez, me detuvieron sólo por querer hacer mis compras con anticipación.

-¿Con cuánta anticipación, dígame?

-Bueno, antes de que abrieran la tienda.



miércoles, 16 de noviembre de 2022

WILSON McCOY, REALISMO Y MISTERIO A PARTES IGUALES

 


Wilson McCoy, uno de los más grandes clásicos del cómic, nació en 1902 en Troy, Missouri. Era el sexto de siete hermanos de una familia modesta. Su padre falleció cuando Wilson tenía once años, lo que le obligó a trabajar ocho horas diarias en una droguería después de la escuela, para ayudar a la economía familiar. Comenzó a dibujar en una agencia publicitaria de St. Louis. Estudió más tarde arte en Chicago y Washington, y en la academia de la capital federal conoció a Dorothy, también artista, que se convirtió en su mujer.

En 1931 Wilson sobrevivió de milagro a un gravísimo accidente de tráfico, lo que limitó su movilidad e hizo que a partir de entonces siguiera dibujando en su casa de Barrington, Illinois, donde permaneció hasta su muerte acaecida en 1961. Se convirtió así en una especie de pionero del teletrabajo.

Su labor se centró en la publicidad hasta que en 1942 su amigo Ray Moore fue llamado a filas, y Wilson le sucedió como dibujante de The Phantom, El Fantasma, que en España y otros países de habla hispana se llamó El hombre enmascarado.

La serie, que antes de la llegada de McCoy no se encontraba entre las más seguidas por los lectores, experimentó un cambio radical a partir de aquel momento. A ella se incorporó como guionista Lee Falk, que ya había alcanzado gran éxito con su serie Mandrake el mago, y lo alcanzaría mucho mayor años después con Spiderman. También Dorothy, la esposa de Wilson, se encargó del relleno de fondos, de colorear las páginas dominicales y de rotular los bocadillos.

Wilson McCoy desarrolló un estilo gráfico único y muy personal que algunos críticos calificaron de arte ingenuo. Preparaba las viñetas tomando fotografías de amigos y familiares para situar los personajes y la acción de las historias. En su trabajo pueden apreciarse fuertes influencias del cine negro, aportando Falk con sus guiones un toque surrealista que convirtió a la serie del enmascarado en una de las más modernas y vanguardistas del cómic del siglo XX. Muchos críticos han comparado el grafismo de McCoy con el del pintor Edward Hopper, principal exponente del llamado realismo americano. En efecto, gran parte del atractivo y el tirón de The Phanton deben atribuirse al contraste entre el protagonista de la serie, un misterioso vengador enmascarado vestido con mallas, y el resto de los personajes habituales o circunstanciales: gentes absolutamente corrientes en las que el lector podía reconocer a sus amigos, sus vecinos o a sí mismo.


Sobreponiéndose a su discapacidad, Wilson McCoy realizó varios viajes a lugares exóticos en los que, siempre con su cámara fotográfica en ristre, obtuvo abundante material para ilustrar sus aventuras. Precisamente en un viaje al Congo contrajo la enfermedad que le llevó a la tumba. La serie continuó con otros dibujantes, algunos tan notables como Carmine Infantino o Sy Barry, pero con McCoy se perdió gran parte de su esencia. La línea clara con contornos gruesos, el sombreado y la particular atmósfera a medio camino entre el cine y la pintura, no volverían a recuperarse.

Para recordar como merece el talento de Wilson McCoy, os dejamos unas muestras de sus páginas y viñetas. Disfrutadlas.


















sábado, 12 de noviembre de 2022

MARILYN MONROE. ASÍ SE EXTINGUE UNA ESTRELLA

 








El gran Billy Wilder dijo una vez de Marilyn Monroe que llegaba tarde a los rodajes, olvidaba sus diálogos y en definitiva, era un desastre. Añadió que su tía Millie era una mujer siempre puntual, de memoria prodigiosa y muy responsable. Pero, claro, concluía, ¿quién pagaría ni un centavo en la taquilla para ver a mi tía Millie? Wilder estaba en lo cierto. La gente quería ver una y otra vez a Marilyn, que tiempo atrás había sido la pequeña Norma Jeane.

Juguete roto en mil pedazos, la pequeña Norma Jeane se extinguió para siempre un cálido 4 de agosto de 1962. Accidente, suicidio o asesinato fueron las tres hipótesis nunca probadas y nunca del todo descartadas que envolvieron su trágica muerte en un misterio que todavía, sesenta años más tarde, no ha sido aclarado. Su adicción a los barbitúricos y sus encuentros sexuales con los hermanos Kennedy, el presidente y el joven Ted, componen un cocktail tan difícil de tragar que finalmente resultó mortal.

La pequeña Norma Jeane, la rutilante estrella Marilyn Monroe había dejado muchas, demasiadas cosas atrás. Atrás quedó la infancia difícil de una huérfana. Atrás quedaron sus comienzos en la inextricable jungla de asfalto de aquel Hollywood-Babilonia de los cuarenta. Un primer matrimonio de conveniencia, el trago amargo de las calles donde ejerció la prostitución a cambio de una comida, posados para revistas de adultos, pornografía, y finalmente el cine, musa y sex symbol de los cincuenta. Su nombre en las marquesinas, su rostro en todas las portadas…

Otros dos matrimonios fallidos. Uno con Joe DiMaggio, un jugador de beisbol medio idiota. Otro con Arthur Miller, un intelectual engreído y narcisista que la exhibió en público como un trofeo y la maltrató en privado como a una basura. Depresión, sedantes, alcohol, la Casa Blanca, el servicio secreto… Demasiado para la pequeña Norma Jeane y hasta para la gran Marilyn. Quizá un trago, quizá otra pastilla, y adiós, fundido en negro, este es el fin, the end. Una extinción discreta, sin estallidos. Dormir, tal vez soñar…

Marilyn Monroe. Trailer de Con faldas y a lo loco. 1959

https://www.youtube.com/watch?v=rI_lUHOCcbc

Próxima entrega: Henry Hathaway


miércoles, 9 de noviembre de 2022

TIBERIO, EL MÁS TRISTE DE LOS HOMBRES

 


Primer hijo varón de Tiberio Claudio Nerón, de quien tomó el nombre, y de Livia, que siendo ya una mujer madura se desposaría con el joven Augusto, Tiberio fue el segundo emperador de Roma y al decir de Plinio el viejo, tristissimus hominum, el más triste de los hombres. En su primera edad fue un joven corpulento y buenazo que admiraba hasta el extremo a Druso, su hermano, un muchacho brillante y adorable que superaba al torpe Tiberio en todo cuanto emprendía. Druso falleció prematuramente y aquella fue la primera gran desgracia que amargó la vida de Tiberio. También Augusto lamentó amargamente la muerte de Druso, su hijastro favorito en quien confiaba como sucesor. Tiberio, sin embargo, no agradaba a Augusto. Así se lo hizo saber numerosas veces, llamándole bestia en su cara y atormentándole con otros mil improperios. Le hizo divorciarse de Vipsania, su primera mujer a la que Tiberio quería sinceramente, para casarle con Julia, su hija, que era un verdadero pendón y había frecuentado la mayor parte de los lechos de Roma.


A pesar de ello, el voluntarioso Tiberio se esforzó siempre en agradar a su padrastro. Protagonizó una exitosa carrera militar derrotando a los germanos y consolidando las fronteras septentrionales del Imperio. Sus legionarios y sus amigos le estimaban por su franqueza y su honradez. Pero Augusto seguía sin poder soportarle a su lado, por lo que tuvo que exiliarse prácticamente en Rodas durante unos años. La insistencia de Livia, su intrigante madre, y la muerte de Augusto, le convirtieron en emperador cuando ya tenía cincuenta y cinco años, muchos kilos de más, un reumatismo mortificante y una acentuada tendencia depresiva. Los senadores, siempre aduladores con el poder, le propusieron dar su nombre a otro mes del año, igual que antes habían hecho con Julio y con Augusto. Tiberio rechazó el honor preguntándoles qué ocurriría cuando se entronizara al decimotercer emperador. Así se convirtió en Tiberio Julio César Augusto, emperador y fundador de la dinastía Claudia, sucesora de la Julia y acaso la más escandalosa y controvertida de la historia de la Roma imperial.

Objetivamente los años de Tiberio en el poder fueron de los más fructíferos y florecientes de Roma. No era un tipo ni ingenioso ni brillante, pero era honrado y justo. Soportó con paciencia las puyas de sus enemigos y hasta soportó las intrigas y la opresora influencia de Livia, su madre, una mujer bastante insoportable. No todos sus contemporáneos y aun quienes vivieron épocas inmediatamente posteriores a la suya opinaron así. Los historiadores Tácito y Suetonio se emplearon a fondo en descalificar a Tiberio, haciéndole responsable e iniciador de las tropelías y los vicios de sus sucesores. Le acusaron oficiosamente, y probablemente sin razón, de haber hecho suprimir a su sobrino Germánico, hijo de su hermano Druso y designado sucesor. Nadie lamentó más que su tío la muerte del joven Germánico, en quien Tiberio veía el vivo retrato de su difunto y querido hermano. Pero a veces los rumores, aun siendo infundados, cobran tanta fuerza que se convierten en dogmas. Pisón, a quien Tiberio había designado tutor de Germánico, se vio empujado al suicidio por la presión popular.



Su creciente depresión acabó por hacerle arrojar la toalla. Se retiró a una quinta campestre en la isla de Capri, dejando encargado de los asuntos del gobierno a Seyano, el comandante de los pretorianos, un sujeto abyecto y corrupto que se enriqueció a base de inventar conjuras y asesinar a los supuestos conjurados. Roma entera vivía aterrorizada hasta que su cuñada Antonia, la madre de Germánico, le envió secretamente un mensaje advirtiéndole de que Seyano conspiraba para asesinarle y hacerse con el poder. Tiberio regresó a Roma, hizo arrestar al traidor y lo entregó al Senado para ser procesado. Los senadores, que habían estado aterrorizados por aquel sátrapa, ordenaron no sólo su ejecución, sino la de todos sus parientes y amigos que se contaron por cientos. También fue ejecutada la hija menor de Seyano, y como la ley prohibía ajusticiar a las vírgenes, la niña fue desflorada antes de matarla. Así se las gastaban en Roma. De aquella orgía de sangre surgió un Tiberio ya senil y profundamente insensible. Aceptó las denuncias que se hicieron a miembros de su propia familia. Hizo detener como cómplice de Seyano a Livia, su sobrina, hija de Antonia. Obligó a suicidarse a Agripina, la esposa de Germánico…

En el año 37, mientras viajaba por Campania, Tiberio se sintió enfermo y guardó cama. Se dice que el joven Cayo Calígula, su sobrino nieto, hijo de Germánico y Agripina, ordenó que le asfixiaran con una almohada.

El patrimonio es un conjunto de bienes. El matrimonio, un conjunto de males. Jardiel Poncela.


sábado, 5 de noviembre de 2022

CLAIRE DE DURAS, OURIKA O LA MUJER NEGRA

 


Nacida en Brest, Bretaña francesa, en 1777, Claire de Duras fue la hija mestiza de Armand de Kersaint, contraalmirante francés, y una esclava de Martinica. Su padre fue guillotinado durante la Revolución. La infancia de la pequeña Claire transcurrió en Londres hasta que, restablecido el orden durante el Imperio, regresó a París en 1801 como duquesa de Duras. Al caer Bonaparte, durante los años de la Restauración, Claire fue la anfitriona de un célebre salón literario. Entre los amigos que lo frecuentaron cabe citar a Goethe, Victor Hugo o Sainte-Beuve. Fue íntima amiga de Madame de Staël, con quien se rumoreó que mantuvo una relación sentimental. Cultivó también la amistad de Nathalie de Noailles y del político Chateaubriand, al que había conocido y frecuentado durante su exilio en Londres.



Precisamente a instancias de Chateaubriand, se decidió a escribir, protagonizando una notable carrera literaria que convierte a la Duras en una de las más importantes representantes del Neoclasicismo literario en lengua francesa, al menos en cuanto a la forma, porque sus argumentos la sitúan un paso más allá, como precursora de la corriente romántica que imperaría en las letras francesas durante la mayor parte del siglo XIX. A su pluma se deben al menos cinco novelas, tres de ellas publicadas en vida de su autora y otras dos que se dieron a la imprenta tras su fallecimiento prematuro acaecido en 1828 por causa de la tuberculosis en Niza, que entonces formaba parte del Reino de Cerdeña.

Junto a algún manuscrito de carácter histórico y político, destacan en su obra las novelas Olivier ou le secret, Édouard, y sobre todo Ourika, texto escrito en 1823 y publicado anónimamente. La novela narra las vicisitudes biográficas de su protagonista, una esclava senegalesa liberada de la servidumbre y educada en París en un ambiente refinado y aristocrático. Ourika toma conciencia de su condición y señala el rechazo y el racismo en una sociedad presidida por la hipocresía. Muere prematuramente recluida en un convento, en lo que representa toda una premonición del final de la misma autora que en gran medida refleja a través de la novela su propia vida y sus propias inquietudes. La novela tuvo un fugaz éxito en su momento, y cayó en el olvido a partir de 1848, fecha de la abolición de la esclavitud en Francia. Recientemente ha sido otra vez revindicada y puesta en valor, resaltándose también su importancia como novela precursora del feminismo, movimiento del que Duras adelanta muchos rasgos.

Es la obra que nuestra biblioteca Bigotini quiere poneros al alcance de un clic. Hacedlo sobre el enlace de aquí debajo y sumergiros en el mundo literario de Claire de Duras, formidable escritora y admirable mujer. 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=Ourika.pdf

Me veo negra, dependiente, despreciada y sin apoyo. Rechazada de un mundo en el que nunca fui admitida. Claire de Duras. Ourika.