Un
viejo aforismo que tiene mucho sentido. Así es, amigos. En el extenso reino que
formamos los seres vivos, cada individuo aspira a practicar el sexo. Algunos,
muy pocos, como nuestros parientes próximos los bonobos o como nosotros mismos,
lo hacemos también con fines recreativos y sociales (conoces gente, se decía).
Ahora bien, en la gran mayoría de especies animales el objetivo fundamental del
sexo es la transmisión de los genes, de los propios genes, para que se
perpetúen en los hijos. Bueno, los bonobos y las estrellas del rock, pongo por
caso, lo tienen bastante fácil, pero la naturaleza está llena de seres que no
encuentran pareja.
Las
hembras no suelen hacer gran cosa al respecto. En casi todos los casos son los
machos quienes deben tomar la iniciativa, urgidos como están por sus elevados
niveles de testosterona. Las hembras se limitan a esperar a que aparezca un
macho de su agrado, cosa que generalmente termina ocurriendo. ¿Y qué pasa con
los machos que acaso no son lo bastante grandes o fuertes para atreverse a
desafiar a un rival, o lo bastante atractivos para interesar a las hembras? La
respuesta está en el grupo. Es frecuente que los machos jóvenes de muchas
especies formen bandas con fines esencialmente sexuales. Lo hacen los pavos
reales, desplegando sus vistosas colas en coreografías grupales que suelen
atraer a un puñado de pavas. Así, en la vorágine de los encuentros, es posible
que algún macho con la cola un tanto defectuosa consiga hacer algunas montas.
Entre las aves, también los patos se agrupan en bandas que a veces caen sobre
una pareja estable, atacando al macho y violando a la hembra de la manera más
infame.
Idéntica
estrategia suelen emplear los leones marinos. Un puñado de machos que todavía
no han adquirido la envergadura y la madurez necesarias para tener harén propio,
se precipitan en grupo sobre el de un macho alfa que a veces cuenta con un
centenar de hembras para él solito. Mientras unos lo hostigan amagando pelea,
otros aprovechan para copular con cuantas hembras les es posible. Coitos
fugaces y violentos que muchas veces acaban en tragedia, lesiones y muerte de
hembras jóvenes o crías.
Lo
mismo que los marinos hacen los leones terrestres. Pequeños grupos de tres o
cuatro machos jóvenes recorren la sabana africana en busca de algún grupo de
hembras o bien desamparadas o bien escoltadas por un macho ya viejo, en el
declive de su reinado, y acaso alguno de sus hijos demasiado joven todavía. En
estos casos el comportamiento de los intrusos no puede ser más cruel. Una vez
que matan o hacen huir al macho residente, se ensañan con todos los cachorros
de la manada, asesinándolos. La pérdida de sus hijos desencadena en las leonas
una cascada hormonal que les permite entrar de nuevo en celo, y recibir las
atenciones de los nuevos dueños del harén. También los machos de chimpancé
tienen la costumbre de atacar a los machos de otras tribus y asesinar a sus
crías. Son comportamientos sin duda terribles y hasta reprobables desde nuestra
óptica cultural, pero enormemente efectivos para el objetivo que persiguen: la
perpetuación de los propios genes.
Porque
en casi todas estas bandas de delincuentes sexuales existe un nexo común: todos
o buena parte de sus componentes son hermanos. Eso explica que actúen de forma
coordinada, y sobre todo, que algunos miembros del grupo acepten un papel no
directamente sexual. Es el caso de los leones marinos que distraen al macho
residente o de los pavos reales que participan en la coreografía sin llegar a
copular con ninguna hembra. Si no puedes transmitir tu propia carga genética, ¿quién
o quiénes poseen un ADN más similar al tuyo, prácticamente igual? Naturalmente,
tus hermanos.
Estamos
ante cooperaciones fraternales con fines reproductores y perpetuadores del
acervo genético, digamos de la familia, la
famiglia, que diría un capo mafioso juntando las yemas de los dedos en un
gesto enfático. Preguntad a cualquier policía. Os confirmará que las bandas
formadas por hermanos son las más peligrosas.
Dicen
que el perro es el mejor amigo del hombre, pero un gato nunca le dirá a la
policía dónde está la marihuana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario