En
Viena, y en febrero de 1844, vino al mundo Ludwig Boltzmann.
Estudió en Linz y se doctoró en la Universidad vienesa. Impartió clases de física,
primero en Graz y más tarde en Heidelberg y en Berlín. Desde su juventud
alternó y colaboró con los grandes hombres de la física en su tiempo: Stefan,
Bunsen, Kirchhoff, Helmholtz… Regresó a Viena como profesor de matemáticas,
ocupó la cátedra de física en Graz en 1876, la de Leipzig en 1900, y
finalmente, la de su Viena natal en 1901, donde además de la cátedra de física,
se hizo cargo de la de historia y filosofía de las ciencias.
Su
teoría atómica, que defendía la
existencia real de los átomos, fue compartida por Maxwell, Gibbs y por la
mayoría de los químicos y los matemáticos de su generación. Encontró sin
embargo, una fuerte oposición entre muchos físicos teóricos, como Wilhelm
Ostwald y sobre todo, como Ernst Mach, compañero suyo en Viena, a quien trataba
prácticamente a diario. Se especula si esas diferencias académicas pudieron ser
el desencadenante del suicidio de Boltzmann, que se ahorcó en 1906 durante unas
vacaciones en Duino, Alpes italianos.
Ludwig
Boltzmann, junto a Maxwell, fue el primero en aplicar métodos probabilísticos a
la mecánica, lo que le permitió enunciar y argumentar las leyes de la termodinámica, materia de la que podemos
considerarle como el verdadero fundador.
La
llamada en su honor constante de Boltzmann,
relaciona temperatura absoluta y energía. En mecánica estadística desempeña un
papel crucial. Su valor es:
K
= 1,38064852 (79) x 10-23;
J/K
= 1, 3806504 x 10-16 ergios/K
Aunque
acaso la principal aportación de Boltzmann a la ciencia, fue la definición de
la entropía (S), el concepto decisivo
de la termodinámica. En mecánica estadística la entropía de un sistema aislado
en equilibrio termodinámico, se define como el logaritmo natural de W,
el número de estados microscópicos definidos en los que puede llegar a estar un
sistema. La ecuación, una de las piezas clave de la ciencia del siglo XX, está
grabada en la tumba de Ludwig Boltzmann del cementerio central de Viena:
S
= k. log W
En
Bigotini consideramos a Boltzmann un gigante de la ciencia que merece figurar
con letras de molde en el cuarteto que forman con él, sir Isaac Newton, su
coetáneo y amigo James Clerk Maxwell, y Albert Einstein, a quien no llegó a
conocer. Los cuatro contribuyeron de manera decisiva a permitirnos intuir las
leyes que rigen el universo. Otras grandes mentes que llegaron después, se
ocupan de forma incansable en desarrollarlas.
Las
mujeres se visten para gustarse entre ellas. Si se vistieran para agradar a los
hombres, se arruinarían los fabricantes de telas. Groucho Marx.
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