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sábado, 16 de mayo de 2020

JULIO CORTÁZAR. UN SALTO DE RAYUELA FRANCO-ARGENTINO



Este argentino nómada nació en Bruselas en 1914 y fue a morir en París en 1984. Entre ambas fechas Julio Cortázar residió en varios países europeos y recorrió muchos más a ambos lados del Atlántico. Tuvo además tiempo de construir una carrera literaria no sujeta a ningún convencionalismo, que le convirtió en una de las más importantes referencias del realismo mágico, y hasta del surrealismo. Cortázar es uno de los más influyentes novelistas del siglo XX, y uno de los grandes escritores en español de todos los tiempos.
Su padre, que abandonó a la familia cuando el pequeño Julio tenía sólo seis años, era funcionario de la embajada argentina en Bruselas. Gracias a que la abuela materna era alemana, la familia consiguió refugiarse en Suiza durante la Gran Guerra. Pasaron luego a Barcelona, y más tarde a Buenos Aires, donde transcurrió la mayor parte de la infancia de Julio. Allí, en el meridional barrio de Banfield, se inició en la lectura de Verne, Allan Poe y Víctor Hugo. Su principal libro de cabecera fue el Pequeño Larousse, tabla de salvación intelectual a la que se aferró su infancia enfermiza y náufraga cargada de melancolía. Alguno de sus cuentos como La señorita Cora, Final del juego, Bestiario o Los venenos, evocan aquellos años grises.

Terminada la enseñanza secundaria, se graduó como maestro de escuela, ejerciendo la enseñanza de día y dedicando las noches a recorrer aquel Buenos Aires irrepetible de milongas, estadios de boxeo y bares de mala nota. Se extasió con la lectura de Opio, el diario toxicómano de Jean Cocteau, que editaron en castellano los hermanos Gómez de la Serna. Comenzó los estudios universitarios de filosofía, residió durante años en cuartuchos y pensiones de mala muerte, colaboró  en un documental con el cineasta Gerardo Panero, y se mudó a Mendoza, donde impartió cursos de literatura francesa.
La revista El Correo Literario publicó Bruja, su primer cuento. En 1946, cuando Perón llegó a la presidencia, Cortázar, declarado y vehemente antiperonista, renunció a su cátedra en Mendoza y regresó a Buenos Aires para dedicarse de lleno a la escritura. A esa época pertenecen su relato Casa tomada y su colección de cuentos La otra orilla. Tradujo al poeta inglés John Keats y cultivó la amistad de Jorge Luis Borges, cuya personalidad y estatura literaria le convirtieron para siempre en fervoroso adepto del borgismo, devoción a la que también se inclina quien escribe estas líneas.

En los cuarenta y primeros cincuenta fue asiduo colaborador de la revista Sur, dirigida por Victoria Ocampo y frecuentada por intelectuales del llamado Grupo Florida, del que formaron parte Bioy Casares, Silvina Ocampo o el mismo Borges, entre otros. En 1951 se trasladó a París donde, con los paréntesis de sus numerosos viajes, residió de forma permanente hasta su muerte. En 1981, adquirió con gran publicidad la nacionalidad francesa, como una forma más de protesta pública por la dictadura militar de su país.
En Italia, y por encargo de la Universidad de Puerto Rico, tradujo las obras completas de Edgar Allan Poe, traducción que hasta hoy día está considerada la mejor en lengua española.
Su vida sentimental dio comienzo tarde, casi a los cuarenta años, cuando en 1953 se casó con Aurora Bernárdez, una traductora argentina. En 1967 se unió a la lituana Ugné Karvells. Su tercera pareja fue la escritora norteamericana Carol Dunlop. Ya en sus últimos años, fallecida Carol, volvió con Aurora Bernárdez, que le cuidó durante su enfermedad y se convirtió en la heredera legal de todos sus derechos literarios.

El pensamiento político de Cortázar, apenas esbozado y casi siempre evitado por el autor, le llevó del antiperonismo a la fascinación por la revolución cubana y la cercanía con el Chile de Salvador Allende, a quien conoció y trató en 1970.
En su producción literaria destaca por encima de sus demás novelas Rayuela, una arriesgada apuesta a medio camino entre surrealismo y fantasía. No conviene olvidar sin embargo su extensa e intensa obra poética (Bolero, Presencia, Un tal Lucas, Último round) o trabajos mixtos como la monumental Historias de cronopios y de famas, título predilecto de casa Bigotini. Hoy, de nuestra biblioteca virtual extraemos una versión digital de su relato La autopista del Sur, cuya lectura os proponemos. Haced clic en la portada y disfrutad la fluida prosa de Julio Cortázar, sin duda uno de los más grandes escritores contemporáneos.

Detrás de este triste espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas, de que no haya muerto del todo en tu memoria. Julio Cortázar.




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