Jimmy
Stewart fue durante toda su larga carrera el
favorito del público y el favorito de la industria cinematográfica. Su cuidada
imagen de chico bueno le hizo irresistible para millones de espectadores de
América y el resto del mundo. Hasta que no lo intentó y lo consiguió Ronald
Reagan, parecía impensable que un actor pudiera ocupar cargos importantes en
política. Stewart lo hubiera hecho probablemente con más apoyos incluso que el
propio Reagan, si se lo hubiera propuesto, porque tanto en las pantallas como
en la vida personal, encarnó siempre al buen ciudadano americano, honesto,
trabajador, amante de su patria y abanderado de la libertad. Sus trabajos para
Frank Capra, Vive como quieras, Caballero sin espada o ¡Qué bello es vivir!, resultaron
decisivos en este sentido. Sus colaboraciones con Hitchcock le consagraron
además como un gran actor. Finalmente, aquellos westerns inolvidables que rodó
con Antony Mann y con algunos otros directores, terminaron de subrayar la
brillante posición pública y artística de James Stewart, Jimmy, como lo
conocían sus compañeros en Hollywood y el público de toda América.
En nuestra sui generis filmoteca os brindamos el
enlace para visionar una magnífica versión de una de sus películas menos
conocidas en nuestro país, Pot o’Gold,
fantástica cinta a medio camino entre la comedia y el musical, que dirigió
George Marshall en 1941 y coprotagonizó una simpática y bellísima Paulette
Goddard. En ella Stewart deja bien patente su talento para brillar en todos los
géneros. Haced clic en la carátula y
disfrutad con el recuerdo y la magia de este grandísimo actor.
Próxima entrega: Frank
Capra
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