Si
amigos, la mentalidad puritana y calvinista de los americanos,
finalmente se impuso. Adiós al destape y a la alegría de los
cuerpos desnudos o semivestidos que animaban las pantallas hasta la
década de los treinta. Como ejemplo, no lo hay más gráfico que
estos dos fotogramas de la serie Tarzán de antes y después de la
entrada en vigor del famoso código del señor Hays. De la noche a la
mañana, Maureen O'Sullivan pasó de llevar unos jirones de piel
atados con una cuerda, a vestir uniforme reglamentario de tenista
mojigata en plena selva. Haced
clic sobre la ilustración y divertíos
unos minutos con un desenfadado montaje que recoge la nostalgia de
los buenos tiempos pre-código. Después de aquello se acabó la
lencería, se apagaron las luces y se ahogaron un poco las risas.
¡Qué le vamos a hacer!
Próxima
entrega: niños prodigio
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