Arturo
Moreno Salvador, que firmó sus trabajos casi siempre como Moreno,
fue un valenciano nacido en 1909. Su familia se trasladó a Barcelona cuando el
pequeño Arturo tenía ocho años, y allí transcurrió la mayor parte de su vida.
Comenzó muy joven a dibujar profesionalmente. Ya en 1924 aparecen trabajos
suyos en semanarios como TBO o Pulgarcito, aunque su principal fuente de
ingresos fue la casa de discos Odeón, que le encargó el diseño de la mayor
parte de sus portadas. También muy pronto, en 1930, realizó su primer corto de
animación para anunciar una tableta de chocolate, inspirándose en las primeras
películas de El gato Félix.
Durante
los años de la República dibujó para diferentes publicaciones catalanas.
Después de la guerra continuó colaborando en los semanarios que habían
conseguido sobrevivir. Fascinado por las Sinfonías
Tontas de Disney, Moreno se centró en esa época en la animación, realizando
distintos trabajos publicitarios y algún cortometraje. Se embarcó también en la
tarea titánica de producir un largometraje animado, el primero que se realizó
en España. Escogió para ello el relato infantil de Julián Pemartín, un escritor
franquista. La película se tituló Garbancito
de la Mancha, cinta que resaltaba los valores patrióticos y señalaba a los
tiernos infantes de posguerra el camino correcto para convertirse en hombrecitos
de provecho.
Se
estrenó en 1944, tuvo gran éxito de público, y recaudó en taquilla casi tres
millones de pesetas, una cifra muy estimable en esos años. Sin embargo, la
producción había costado casi cuatro, por lo que significó un importante
quebranto para Moreno y sus socios en la aventura. Después de algún otro
intento fallido, se decidió a emigrar a Venezuela en 1948, donde realizó varios
cortos publicitarios.
Regresó
a España en 1956, centrándose definitivamente en la historieta, sobre todo en
el semanario TBO, donde se convirtió en una firma imprescindible. Falleció en
Barcelona en 1993.
El
estilo de dibujo de Arturo Moreno podría calificarse de excesivamente infantil.
Aunque no pueda negarse que fue un trabajador infatigable y un pionero del cine
de animación, a juicio de quien esto escribe, la obra de Moreno no puede
encuadrase entre lo mejor ni de la animación, ni del tebeo español. No
obstante, os dejamos aquí abajo como siempre, unas cuantas muestras.
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