En
el texto conocido como La Aritmética de
Treviso encontramos el más claro ejemplo de la difusión de las
matemáticas durante el Renacimiento, tiempo que fue sin duda proclive al
florecimiento de las ciencias en general. El texto, publicado en 1478 en
Treviso, una ciudad del Véneto, es de autor anónimo y está escrito en dialecto
veneciano. Era una época en que la Serenísima República se abrió al comercio
marítimo con la práctica totalidad de las naciones mediterráneas, e incluso al
terrestre con el resto de Europa continental. Afirma el desconocido autor en
uno de los párrafos iniciales que “hay
ciertos jóvenes, en quienes tengo puesto mucho interés y que quieren seguir
carreras comerciales, que me piden con frecuencia que ponga por escrito los
principios fundamentales de la aritmética. De modo que, impulsado por mi afecto
hacia ellos, y por el valor de la materia, he emprendido la tarea de
satisfacerlos de algún modo con lo mejor de mis humildes facultades”.
La
obra, como sucede con otros textos europeos de los siglos XV y XVI, ofrece una
variada colección de problemas matemáticos verbales relacionados con el
comercio. Viene a ser por lo tanto, el antecedente remoto de los cuadernos de
problemas que manejábamos los niños en España sin ir más lejos, ya bien entrado
el siglo XX. Esta idea de plantear problemas verbalmente, tiene algunos
orígenes muy anteriores que pueden encontrarse ya en la India, en China, en
Egipto y hasta en ciertas tablillas de la primitiva escritura cuneiforme en
Mesopotamia. En el texto de Treviso la finalidad de los problemas es eminentemente
práctica. Están relacionados con el comercio y puede considerarse la obra una
especie de iniciación para futuros comerciantes.
Aparecen
en ella problemas de interés simple o compuesto, cálculo de pago por bienes,
corte de tejidos y otras mercancías divisibles, aleación de metales, cambio de
divisas, repartos proporcionales, ganancias compartidas y un largo etcétera.
El
interés bibliográfico de la obra es mayúsculo, por ser el primer texto de
matemáticas impreso en Europa y enteramente europeo. Contribuye el autor a
estimular el uso de la numeración decimal y los algoritmos de cálculo. El libro
posee también una gran importancia histórica, desde el momento que permite al
lector trasladarse al Véneto del Renacimiento. Los problemas verbales están
protagonizados por personajes con nombres como Jacomo o Sebastiano. Se pone de
manifiesto la preocupación de aquellas gentes por asuntos como la usura o las
frecuentes estafas, que ya por entonces constituían una lacra para la actividad
comercial. También permite conocer los métodos de enseñanza de la aritmética y
el cálculo en la Europa del siglo XV.
La Aritmética de Treviso
tuvo en su momento amplísima difusión, traduciéndose y publicándose versiones
en los principales idiomas. Estudiosos de la obra de William Shakespeare
estiman muy probable que el genial dramaturgo inglés conociera bien la obra, a
juzgar por diversas referencias que aparecen en comedias como El mercader de Venecia o La fierecilla domada, e incluso en una
tragedia como Romeo y Julieta. Por su
parte, nuestro profe Bigotini no cesa de preguntarse cuánta seda compraría por noventa
ducados, si una pieza de veinte varas venecianas (veintitrés metros) cuesta
quinientos ducados.
Es de necio confundir valor y precio. Antonio Machado.
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