Aquella
señorita del Sur llamada Virginia Mayo
tenía mucho más talento interpretativo del que le permitieron demostrar.
Poseedora de un cuerpo espectacular en el que destacaban sus larguísimas y
hermosas piernas, la joven Virginia se hizo un sitio en los carteles y las
marquesinas a base de lucir palmito. Para cuando quiso darse cuenta, estaba ya
encasillada como la chica guapa de todo tipo de comedias, musicales o no.
Los
productores la emparejaron al cómico Danny Kaye, un compañero de trabajo que se
convirtió con el tiempo en uno de sus mejores amigos. Protagonizó junto a él
media docena de títulos con gran éxito de taquilla, convirtiéndose en una de
las estrellas más cotizadas de la época. En los cuarenta y los cincuenta
participó también en buen número de filmes, casi todos comedias, género para el
que Virginia mostró siempre una gran habilidad.
Aquí,
en casa Bigotini, la recordamos espléndida junto a Bob Hope en la comedia La princesa y el pirata de 1944. Brilló
también de manera especial como sensato contrapunto a la comicidad histriónica
de Danny Kaye en la disparatada La vida
secreta de Walter Mitty (1947).
En nuestro recorrido por la historia del séptimo arte no podíamos dejar de incluir a Virginia Mayo, tanto por su belleza como por su apenas demostrado talento. Os brindamos un breve video que le rinde homenaje con música e imágenes. Clic en el enlace.
https://www.youtube.com/watch?v=3NQaf4hPoD4
Próxima entrega: Gregory Peck
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