Los
primeros cómic italianos nacieron, como en el resto de Europa, en el
cambio de siglo XIX a XX. Cuando comenzaron a prescindir del texto a
pie de viñeta, para situar los diálogos dentro de lo que aquí
llamamos bocadillos, el público de Italia empezó a llamarlos
fumetti (humitos), porque los bocadillos recuerdan a
una nube de humo.
Ya
a comienzos del pasado siglo el diario Il corriere de la sera,
publicó un semanario dirigido al público infantil, que tituló Il
Corriere dei piccoli, donde presentaron sus trabajos los
pioneros entre los dibujantes italianos. A la vez, aparecieron los
primeros cómics o fumetti al estilo americano, traduciendo en los
bocadillos del inglés, series tan importantes y populares como
Popeye de Segar, El hombre enmascarado (L'uomo mascherato) o las
aventuras de los intrépidos exploradores Cino e Franco, que en
España se llamaron Jorge y Fernando.
Pero
lo que de las importaciones del extranjero, causó verdadero furor
entre los niños de Italia y gran parte de los adultos, fueron los
cómics de Walt Disney. Las aventuras de Mickey y Donald, al
principio simplemente se imprimieron traducidas al italiano, sobre
todo los extraordinarios trabajos de Floyd Gottfredson. Pero con el
tiempo, los personajes de Disney contaron en Italia con creadores
geniales como Luciano Gatto, un gran artista, y sobre
todo gran guionista, que llegó incluso a superar las tramas
policiacas y de misterio del maestro Gottfredson. En Italia Mickey
fue Topolino, Donald era Paperino, Goofy
se llamó Pippo, y el tío Gilito se rebautizó como
zío Paperone. Los álbumes de Topolino
se han vendido en los kioscos italianos por millares, y se siguen
vendiendo todavía, como tendrá ocasión de comprobar cualquiera que
visite Italia.
Capítulo
aparte merecen los fumetti de propaganda política que se editaron y
vendieron en el periodo fascista. Jóvenes héroes de camisa negra y
niñas ejemplares, aparecieron en publicaciones como La piccola
italiana (settimanale della gioventu italiana del Littorio).
Faltaban aun varias décadas para que llegara la época dorada del
cómic italiano para adultos, con gigantes de la ilustración tan
imprescindibles como Manara, Crepax y compañía. Esos ya son otros
tiempos y otras historias que prometemos contar aquí. Por ahora nos
quedaremos con los pioneros italianos del fumetti, de los que os
dejamos unas cuantas muestras para que juzguéis vosotros mismos.
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