Este
granadino ha sido el más longevo de nuestros escritores
contemporáneos. Francisco Ayala
nació en marzo de 1906, y tras 103 largos y productivos años, murió
en Madrid en 2009. Una larga vida en la que tuvo tiempo de ser
sociólogo, ensayista, profesor de literatura, jurista, editor,
novelista y académico de la Lengua. Además Ayala tuvo la fortuna de
conservar un entendimiento lúcido y una capacidad creativa activa
hasta sus últimos días. Fue un anciano tolerante y sonriente, que a
pesar de sus lógicas limitaciones físicas, supo adaptarse a la
sociedad de su tiempo en todo momento. Su avanzada edad le permitió
recibir aun en vida los homenajes que en nuestro país suelen hacerse
a los difuntos. Así, ya en su edad más que provecta, recibió el
Premio Nacional de las Letras Españolas, el Premio Cevantes y el
Príncipe de Asturias de las Letras. Todo eso además de ser nombrado
hijo predilecto de Andalucía.
En
su etapa juvenil, anterior a la Guerra Civil, Francisco Ayala puede
calificarse como un narrador de vanguardia. Destacan en este periodo
novelas como El boxeador y un ángel, de 1929, o Cazador en
el alba, publicada en 1930. Después de la Guerra se exilió en
Buenos Aires, donde se dedicó a la labor editorial en la prestigiosa
Losada, y trabajó en diferentes publicaciones
argentinas como el diario La Nación o las revistas Sur
y Realidad. Se trasladó después a Puerto Rico y a los
Estados Unidos, donde impartió la docencia durante varios años.
Regresó a España primero de forma esporádica en la década de los
sesenta, y se instaló definitivamente en Madrid tras la muerte de
Franco. En su exilio americano Ayala se interesó literariamente por
la capacidad del poder para cambiar a los hombres. Tal reflexión, y
otras sobre la condición humana, pueden hallarse en trabajos de esa
época tales como El hechizado (1944), Muertes de perro
(1958) o El fondo del vaso (1962).
Pero
quizá donde más destaca Francisco Ayala es en el relato breve, el
cuento, que manejó siempre con una soltura magistral. Entre las
colecciones de estas narraciones, sobresalen las tituladas El As
de Bastos (1963), El rapto (1965) y El jardín de las
delicias (1971). Biblioteca Bigotini se complace hoy en
presentaros la versión digital de su narración El
inquisidor, una pieza brevísima donde encontraréis
las esencias fundamentales de la narrativa de su autor. Haced
clic en la ilustración, y disfrutad con la prosa de
Francisco Ayala, un español de Granada que supo ganarse a pulso el
título de ciudadano del mundo, un hombre al que muchos conocimos
siempre siendo ya aquel anciano que conservó hasta su último
aliento la frescura, la lucidez y el talento de su joven espíritu.
¿Qué
si le conozco? Le conozco tanto que hace diez años que no me hablo
con él. Oscar Wilde.
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