Hunayn
ibn Ishaq,
a quién en castellano se conoció como Joaniçio,
nació
en Persia en 809. Fue médico y matemático, pero sobre todo un
extraordinario escritor y divulgador de la ciencia de su tiempo. En
el siglo IX, según el cómputo occidental, o tercero de la Hégira
musulmana, Hunayn ibn Ishaq tuvo el valor de hacerse cristiano. Su
credo no representó un obstáculo para que fuera nombrado director
de la célebre Casa de la Sabiduría
de Bagdad, una prueba de la liberalidad y la tolerancia reinantes en
el Islam de su tiempo. Se tienen muy escasas referencias sobre su
biografía. En cuanto a su obra, la más famosa y celebrada es el
Kitab adab al-falasifa, trabajo cuyo original árabe se
perdió. Conocemos no obstante gran parte de su contenido a través
de la traducción al castellano, que se llevó a cabo en la Escuela
de traductores de Toledo, bajo el patrocinio de nuestro rey
Alfonso el sabio.
Se
tituló en romance Libro de los buenos
proverbios, y verdaderamente eran buenos, puesto que
la obra ya traducida sirvió de base a diversas colecciones de
cuentos, relatos breves y narraciones ejemplarizantes durante el
Medievo y el Renacimiento. Forma parte del género que se ha llamado
literatura sapiencial. Un tratado didáctico en prosa, que
circuló por nuestra península ya desde el siglo XIII. El libro
contiene una colección de sentencias, atribuidas en su mayoría a
sabios griegos. Sócrates, Platón y Aristóteles, entre otros, son
citados por el narrador, un anciano sabio que desgrana sentencia tras
sentencia ante un auditorio entregado. Al final del libro se incluye
una supuesta correspondencia entre Alejandro de Macedonia y su madre,
Olimpia.
En
el Llibre de saviesa o Llibre de la doctrina del
rey Jaume d'Aragó, se incluyen muchos pasajes e ideas
contenidas en la obra del Joaniçio. Beben en la misma fuente
algunas obras alfonsíes como la Grande e general estoria
o las Partidas. También pueden encontrase fragmentos
del Libro de los buenos proverbios
en la Floresta de philósophos y hasta en el
Pseudo-Séneca. Existe una versión en hebreo de la
obra de Hunayn ibn Ishaq, que ha rescatado recientemente la
investigadora palestina Christy Bandak. De la versión castellana se
conservan manuscritos en la Biblioteca escurialense, la de la
Universidad de Salamanca, la de la Real Academia Española de la
Lengua, y la Nacional de España. Recomendamos las referencias que
hace de la obra la profesora Mª Jesús Lacarra en su trabajo Cuento
y novela corta en España (Barcelona, Crítica, 1999).
Si
existe alguna edición digital, no hemos podido dar con ella. Rogamos
a los lectores aplicados y acaso más versados que el viejo Bigotini
en la navegación por la procelosa red, que nos hagan llegar el
enlace si tienen la suerte de hallar alguna. Mientras tanto nos
conformaremos con uno de esos proverbios chuscos que tanto gustan a
nuestro profe.
En
un segundo pueden pasar muchas cosas... Si lo sabré yo, que vivo en
un tercero.
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