Aquella
dublinesa pelirroja, lady Godiva cabalgando desnuda en un corcel blanco, fue Maureen O’Hara, que conquistó a John Ford,
a John Wayne y a Tyron Power, que se compadeció de Quasimodo, que surcó los
mares en un bajel pirata, que bailó con los sargentos en Fort Apache, que jamás
renunció a la herencia de su madre en las verdes praderas de Innisfree, que se
prendó del maestro de escuela de otro valle no menos verde…
Aquella
inolvidable Mary Kate Danaher, enamorada pero decidida a defender su dote y su
dignidad, eclipsó en El hombre tranquilo
al resto del elenco y hasta al mismo Duque Wayne, destinado a ser el
protagonista de la historia. Bebe como un
hombre y besa como una mujer, le dijeron un día haciéndole uno de esos
cumplidos tan machistas que se llevaban entonces. Aquel beso…
Aquel
beso en el dintel de una iglesia o un castillo en ruinas y empapados por una
repentina tormenta el duque y la pelirroja, fue probablemente el mejor beso de
la Historia del Cine. Eran tiempos políticamente incorrectos en que los besos,
si no se daban, se robaban.
Maureen
O’Hara denunció hace ya cincuenta años a algún productor acosador. Hasta en eso
fue pionera.
Aquí, en Bigotini, no podemos olvidar sus cabellos rojos ni aquella mirada intensa de sus ojos verdes. Os proponemos para recordar a la estrella, un recorrido por algunas de sus mejores escenas con el grandullón John Wayne. Clic aquí abajo para enlazar con el video.
https://www.youtube.com/watch?v=A74oPeAFzVY
Próxima entrega: John Wayne
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