Elzie
Crisler Segar, que firmó sus trabajos como E. Segar
o simplemente Segar, nació en Chester, Illinois, en 1894. Comenzó de muchacho
ayudando a su padre en las reformas a las que se dedicaba. Como aficionado a
tocar la batería, se inició también en la música tocando en diferentes bandas.
Una de ellas solía actuar en las salas de cine amenizando las películas mudas.
También trabajó en ocasiones como proyectista, y fue en la oscuridad de
aquellas salas donde el joven Segar descubrió su vocación por el dibujo.
Entusiasta
de las películas de Chaplin, realizó numerosas ilustraciones y caricaturas de
su ídolo. Outcault, el autor del célebre Yelow
Kid, vio sus dibujos y le animó a enviarlos a la prensa, así que en 1916
aparecieron en el Chicago Herald sus primeras tiras cómicas tituladas Charlie
Chaplin’s Comic Capers. Muy pronto se fijaron en su trabajo los
directivos del poderoso King Features Syndicate, propiedad del magnate de la
prensa William Randolph Hearst, y lo ficharon para la compañía. En su nueva
posición de artista privilegiado, publicó sus tiras en el New York Journal. Las
primeras, en 1926, estuvieron protagonizadas por Sappo.
Paralelamente Segar dibujó la serie titulada Timble Theatre, que protagonizaba un personaje femenino: Olive Oil (aceite de oliva), señorita delgadísima y algo remilgada a la que acompañaban su hermano, Castor Oil (aceite de castor) y su primer novio, Ham Gravy (salsa de jamón). En 1929 apareció en la serie un nuevo personaje: Popeye the saylor, Popeye el marino o simplemente Popeye, que sustituyó al pusilánime Ham Gravy en el corazón de Oliva, y se convirtió en un éxito inmediato no sólo en América, sino a nivel mundial. Segar solía firmar sus páginas añadiendo a su apellido una colilla de cigarro, porque la pronunciación segar/cigar resulta en inglés prácticamente idéntica. También en ocasiones añadió a su firma la frase yours to the last ash, tuyo hasta las cenizas, un epitafio bastante popular y repetido en las lápidas de los cementerios.
Segar
tuvo siempre una delicada salud y falleció prematuramente en 1938 cuando sólo
tenía 43 años. Le sucedió en la serie su ayudante, Bud
Sagendorf, un excelente ilustrador que siguió dibujando las
aventuras de Popeye durante décadas, y participó en la incorporación del
personaje al cine de animación. Sin embargo, Segar dejó bien sentadas las bases
de la serie, la personalidad bravucona y explosiva de su protagonista,
secundarios magníficos como su amigo Wimpy, (Pilón), un tragaldabas
incorregible, la bruja o el pequeño Cocoliso, y hasta el malvado Brutus, eterno
rival de Popeye por conseguir los favores de Oliva. Únicamente cabe atribuir a
Sagendorf el importante detalle de las espinacas, una aportación promovida y
retribuida por la industria alimentaria americana durante unos años en los que
hubo excedentes del producto.
En
nuestro recorrido por el mundo del Cómic y la Ilustración no podía faltar el
genio creador de E. Segar, el orgulloso padre del inmortal Popeye. Os dejamos
unas cuantas de sus páginas como homenaje a su recuerdo.
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