Ernst Mach nació en la pequeña
localidad de Chrlice, muy cerca de Brno, la capital de Moravia, que hoy
pertenece a la República Checa, aunque en 1838, la fecha de su nacimiento,
formaba parte del Imperio Austro-Húngaro. Realizó sus estudios universitarios
en Viena, y posteriormente ocupó la cátedra de matemáticas en Graz y la de
física en Praga. A partir de 1895 residió en Viena. En el cambio de siglo fue
diputado en el parlamento austriaco, y falleció en la localidad bávara de Haar
en 1916.
Hombre
soberbio y de carácter irascible, Mach contó entre los científicos de su tiempo
con grandes admiradores, pero también se granjeó numerosas enemistades. Aunque
la acción se situaba durante la guerra fría, muchos años después de su
fallecimiento, al parecer Alfred Hitchcock y los guionistas de Cortina rasgada, se inspiraron en la
personalidad de Ernst Mach para el personaje del físico comunista al que
consigue engañar el protagonista interpretado por Paul Newman, y hasta
caracterizaron al actor de manera que se parecía físicamente al científico
caricaturizado.
Mach
destacó en el campo de la óptica, el de la acústica y el de la termodinámica.
Corrigió y enriqueció la mecánica newtoniana, e inspiró a Albert Einstein
algunos conceptos básicos de su teoría especial de la relatividad. En
particular El desarrollo de la mecánica,
obra que Mach publicó en 1883, formó siempre parte de los libros de cabecera de
Einstein.
En
física de fluidos, a Ernst Mach se debe el hallazgo del célebre cono
de Mach, una onda de presión de forma cónica que alcanza velocidades
supersónicas. El factor que establece la relación entre la velocidad a que se
desplaza un cuerpo y la velocidad del sonido, se conoce como número
de Mach. En la jerga de pilotos y de físicos especialistas en esta
materia, una velocidad Mach 1,5, por ejemplo, significa que un objeto se mueve
a 1,5 veces la velocidad del sonido.
También
se prodigó Mach en el campo de la filosofía, siendo acaso el principal
representante del positivismo científico y del materialismo, que plasmó en el
concepto de empiriocriticismo. Sus
ideas inspiraron años más tarde a muchos filósofos y científicos soviéticos. En
sus últimos años abrazó una especie de positivismo
intuitivo en el que junto a los hechos experimentales, se mezclaban
sensaciones e inspiraciones subjetivas. En el campo de la estética se situó
próximo al impresionismo vienés. Estas divagaciones fueron objeto de crítica
por parte del líder soviético Vladimir Lenin, uno de los más constantes
estudiosos del pensamiento machiano. Desde nuestro modesto foro de divulgación,
sirva esta mínima reflexión como homenaje y recuerdo al talento y la obra de
este insigne científico.
-Mira,
para que luego digan: he montado esta cama de Ikea sin siquiera mirar las
instrucciones.
-Paco,
era un armario.
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