Cuando se aproximan días festivos o
celebraciones de alguna clase, tanto cocineros profesionales como amateurs tienen a buen seguro
trabajo extra. No sólo conviene que estén pendientes de los fogones y que
tengan cuidado con los cuchillos y otras herramientas peligrosas; también es
preciso prestar atención a determinados riesgos musculoesqueléticos derivados
de los movimientos repetitivos y los vicios posturales.
Uno de tales riesgos es el síndrome del canal de Guyon.
Se trata de una neuropatía por
compresión del nervio cubital a su paso por el llamado canal de Guyon a la
altura de la muñeca, cerca de la base del dedo meñique. En la ilustración
apreciaréis su exacta situación.
El nervio cubital tiene dos ramas: la superficial (sensitiva) proporciona sensibilidad a los dedos 4º y 5º (anular y meñique); la rama profunda (motora) posibilita el movimiento de varios pequeños músculos de la zona conocida como eminencia hipotenar, situada en la región cubital de la palma de la mano. Este es el motivo de que la compresión del nervio en el canal de Guyon origine alteraciones de la sensibilidad y parálisis de esta musculatura específica.
Además de los cocineros que acabo de mencionar, en el ámbito
laboral el síndrome del canal de Guyon afecta con frecuencia a otros
profesionales que realizan movimientos reiterados utilizando herramienta manual
que comprime la zona o que obliga a la hiperextensión de la muñeca: electricistas, pintores,
zapateros, curtidores, artesanos y trabajadores manuales en general. En
la práctica deportiva la
lesión es clásica de los ciclistas, por la posición muchas veces
inadecuada de la mano en el manillar de la
bicicleta. Otras causas no
laborales frecuentemente implicadas son los traumatismos (fractura de la
apófisis unciforme), los tumores (lipomas o gangliones), ciertas
alteraciones vasculares (aneurisma de la arteria cubital) e incluso
anomalías anatómicas óseas o musculares.
Acompañando a los síntomas sensitivos y motores, los pacientes presentan a veces una hipotrofia o incluso una atrofia completa de la eminencia hipotenar que puede extenderse a la región cubital del antebrazo. En la exploración se aprecia positividad de los signos de Tinel y Froment. También es aconsejable realizar el test de Allen para descartar una posible compresión de la arteria cubital que acompaña al nervio a su paso por el canal de Guyon.
En los casos avanzados hay que
recurrir a la solución quirúrgica. El tratamiento conservador se realiza
mediante el uso de férulas nocturnas.
La fisioterapia del cuadro puede emplear diferentes técnicas: la corriente dinámica LP (de largos periodos) o la inmersión de la mano en fangos o geles de parafina suelen aliviar los síntomas. En cuanto a la terapia manual propiamente dicha se basa en la técnica miofascial para relajar la fascia palmar y el antebrazo; estiramientos musculares; ejercicios de fortalecimiento de los músculos regionales y neurodinámica clínica encaminada a recuperar la capacidad de deslizamiento del nervio cubital por el canal. Nuestra recomendación profesional es insistir como siempre en la necesidad de consultar en fases precoces de la lesión. Cuando la evolución es larga y la lesión se encuentra en una fase avanzada, el paciente está condenado a pasar por el quirófano.
No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca
o ya la frente,
silencio avises o
amenaces miedo.
Francisco
de Quevedo.
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