viernes, 26 de febrero de 2021

SÍNDROME DEL CANAL DE GUYON. EL AZOTE DE COCINEROS Y CICLISTAS


 

Cuando se aproximan días festivos o celebraciones de alguna clase, tanto cocineros profesionales como amateurs tienen a buen seguro trabajo extra. No sólo conviene que estén pendientes de los fogones y que tengan cuidado con los cuchillos y otras herramientas peligrosas; también es preciso prestar atención a determinados riesgos musculoesqueléticos derivados de los movimientos repetitivos y los vicios posturales.

Uno de tales riesgos es el síndrome del canal de Guyon. Se trata de una neuropatía por compresión del nervio cubital a su paso por el llamado canal de Guyon a la altura de la muñeca, cerca de la base del dedo meñique. En la ilustración apreciaréis su exacta situación.

El nervio cubital tiene dos ramas: la superficial (sensitiva) proporciona sensibilidad a los dedos 4º y 5º (anular y meñique); la rama profunda (motora) posibilita el movimiento de varios pequeños músculos de la zona conocida como eminencia hipotenar, situada en la región cubital de la palma de la mano. Este es el motivo de que la compresión del nervio en el canal de Guyon origine alteraciones de la sensibilidad y parálisis de esta musculatura específica.

Además de los cocineros que acabo de mencionar, en el ámbito laboral el síndrome del canal de Guyon afecta con frecuencia a otros profesionales que realizan movimientos reiterados utilizando herramienta manual que comprime la zona o que obliga a la hiperextensión de la muñeca: electricistas, pintores, zapateros, curtidores, artesanos y trabajadores manuales en general. En la práctica deportiva la lesión es clásica de los ciclistas, por la posición muchas veces inadecuada de la mano en el manillar de la bicicleta. Otras causas no laborales frecuentemente implicadas son los traumatismos (fractura de la apófisis unciforme), los tumores (lipomas o gangliones), ciertas alteraciones vasculares (aneurisma de la arteria cubital) e incluso anomalías anatómicas óseas o musculares.

Acompañando a los síntomas sensitivos y motores, los pacientes presentan a veces una hipotrofia o incluso una atrofia completa de la eminencia hipotenar que puede extenderse a la región cubital del antebrazo. En la exploración se aprecia positividad de los signos de Tinel y Froment. También es aconsejable realizar el test de Allen para descartar una posible compresión de la arteria cubital que acompaña al nervio a su paso por el canal de Guyon.

En los casos avanzados hay que recurrir a la solución quirúrgica. El tratamiento conservador se realiza mediante el uso de férulas nocturnas.


La fisioterapia del cuadro puede emplear diferentes técnicas: la corriente dinámica LP (de largos periodos) o la inmersión de la mano en fangos o geles de parafina suelen aliviar los síntomas. En cuanto a la terapia manual propiamente dicha se basa en la técnica miofascial para relajar la fascia palmar y el antebrazo; estiramientos musculares; ejercicios de fortalecimiento de los músculos regionales y neurodinámica clínica encaminada a recuperar la capacidad de deslizamiento del nervio cubital por el canal. Nuestra recomendación profesional es insistir como siempre en la necesidad de consultar en fases precoces de la lesión. Cuando la evolución es larga y la lesión se encuentra en una fase avanzada, el paciente está condenado a pasar por el quirófano.

No he de callar por más que con el dedo,

ya tocando la boca o ya la frente,

silencio avises o amenaces miedo.

Francisco de Quevedo.


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