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domingo, 2 de junio de 2019

ALONSO DE CASTILLO SOLÓRZANO, PÍCAROS Y PICARESCA



Alonso de Castillo Solórzano nació en Tordesillas en 1584. Lo poco que conocemos de su biografía es a través de un par de documentos testamentarios que hizo redactar. De ellos se deduce que su padre, noble de origen valenciano, y él mismo, sirvieron en Tordesillas a la Casa de Alba, que mantuvo una estrecha relación con sus tíos maternos Pedro y Catalina Griján, que se casó con Agustina Paz, y tuvo una hija, Ana Velarde, quizá adoptiva o quizá natural.
También parece probable que estudiara en Salamanca, y es seguro que fue cortesano del Conde de Benavente, y seguidor y amigo de Lope de Vega. Sirvió después a don Pedro Fajardo, Marqués de los Vélez, y siguiendo a su señor en sus diferentes empleos y cargos, residió sucesivamente en Madrid, Barcelona, Milán, Valencia, Zaragoza, otra vez Barcelona, Roma y finalmente Sicilia, donde debió fallecer en 1647 o 48.

En cuanto a su producción literaria, digamos que Castillo fue sin duda el más prolífico autor del género genuinamente español que conocemos como novela picaresca. En efecto, Castillo Solórzano ejemplifica como ningún otro la esencia del género, y ello a pesar de que también escribió novelas cortesanas, amorosas y de aventuras.


Destacaremos entre sus publicaciones Tardes entretenidas (1625), Jornadas alegres (1626), ambas colecciones de novelas breves, Tiempo de regocijo y carnestolendas de Madrid (1627), Escarmientos de amor moralizados (1628), Huerta de Valencia (1629), Lisardo enamorado (1629), Noches de placer (1631), Las harpías en Madrid (1631), La niña de los embustes, Teresa de Manzanares (1632), Los amantes andaluces (1633), Fiestas del jardín (1634), Patrón de Alcira (1636), Aventuras del bachiller Trapaza (1637), Los alivios de Casandra (1640), La garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas (1942), y dos volúmenes póstumos: Sala de recreación y La quinta de Laura, ambas publicadas en Zaragoza en 1649.
Fue además autor de libros de tema histórico, poesía, y al menos trece comedias que se conservan. Como guinda de este gran pastel, digamos que también se atribuyó a Castillo, como a tantos otros, la autoría del Quijote apócrifo o de Avellaneda, a nuestro juicio, sin demasiado fundamento.

Biblioteca Bigotini os propone la lectura de las Aventuras del bachiller Trapaza, quinta esencia de embusteros y maestro de embelecadores, que se imprimió por Pedro Verges en Zaragoza en 1637. Quienes tengáis cierta edad recordaréis la magnífica serie televisiva El pícaro, que dirigió el inolvidable Fernando Fernán Gómez, y nos proporcionó tantas horas de regocijo. Haced clic en la portadilla y deleitaos con la versión digital del Trapaza, tomada de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Que la disfrutéis.

No hay mujer, por humilde que sea, que si ha nacido con razonable cara, no tenga por ella alguna vanidad que la dé presunción. Alonso de Castillo Solórzano.



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