Este
gran poeta y dramaturgo nació en algún momento no documentado de
las últimas décadas del siglo XVI. Sabemos de Luis
Belmonte Bermúdez que era sevillano y que marchó muy
joven a las Indias, donde ya comenzó su carrera literaria con su
Historia del descubrimiento de las regiones australes.
Ejerció de cronista en la expedición de Pedro Fernández de Quirós,
que partiendo del Perú, exploró amplias zonas de la América
meridional. Residió después en México, y regresó a España en
1616, estableciéndose en su Sevilla natal. Participó en las Justas
poéticas de San Isidro celebradas en Madrid en 1620. Tomó allí
contacto con los círculos literarios madrileños, que le animaron a
decidirse por escribir teatro. No en vano, el género dramático era
el que en aquellos años gozaba de mayor prestigio y popularidad.
Se
conservan un puñado de comedias de Belmonte Bermúdez, de las que la
más destacada es la que Biblioteca Bigotini quiere presentaros hoy.
Se trata de El diablo predicador,
también titulada El mayor contrario amigo, una pieza teatral
que su autor no se atrevió a firmar, y se estrenó como anónima.
Con la loable excusa de exaltar la santidad de la orden franciscana,
nuestro hombre compuso una despiadada crítica anticlerical que
denunciaba los vicios y malas prácticas de ciertos hombres de
Iglesia. La obra cuenta con un entrañable personaje cómico, fray
Antolín, en cuya boca, burla burlando, pone Belmonte algunas de las
más jugosas frases de nuestro siglo de oro teatral.
Haced clic en la cubierta y
disfrutad los versos de este tan notable como casi desconocido
dramaturgo español.
La
desobediencia es la virtud original del hombre. Mediante la
desobediencia y la rebelión se ha desarrollado el progreso. Oscar
Wilde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario