La hiperuricemia es el aumento de la concentración del ácido úrico en
sangre. Inicialmente es asintomática, pero suele acabar desencadenando
cuadros de gota aguda
o crónica al depositarse en las articulaciones, manifestándose con
dolor articular, inflamación e impotencia funcional, ésta última en
casos muy avanzados, que afortunadamente hoy suelen ser impensables. Las
articulaciones más afectadas son la del primer dedo o dedo gordo del pie,
y la de las rodillas, aunque no son raras otras localizaciones como los dedos
de la mano, codos o tobillos. Los cristales de ácido úrico también pueden
depositarse en el hilio renal, dando lugar a litiasis y episodios de dolor
cólico severos.
Una nutrición adecuada es
indispensable en la prevención del cuadro. Es importante cuidar la alimentación
para una adecuada profilaxis. Cuando la enfermedad ya se ha instaurado, la
dieta estricta pobre en purinas (procedentes de los ácidos
nucleicos presentes en vísceras, carne de animales jóvenes, etc.) puede
prevenir el aumento del ácido úrico en la sangre escasamente, pues solo mejora
la tasa en dos o tres miligramos. Sin embargo la completa supresión del
alcohol (el cual frena la metabolización hepática del ácido úrico) es más
resolutiva.
El tratamiento médico es muy eficaz.
Generalmente basta con alopurinol (conviene no asociarlo con
amoxicilina para prevenir la posible aparición de "ronchas" en la
piel). En ocasiones hay que asociar diuréticos específicos que aumentan su
eliminación pero hay otros diuréticos, tipo tiazidas, que lo
incrementan, por lo que en principio estos últimos están contraindicados.
El agua mineral levemente alcalina
ayuda a la eliminación por orina del acido úrico. También el agua del grifo se
puede alcalinizar poniendo una cucharadita de bicarbonato en una botella
de litro y medio. Al poco el sabor levemente alcalino puede resultar hasta
agradable, pero de todas maneras lo realmente resolutivo es el tratamiento
específico con control médico de forma periódica y reglada.
Recomendaciones preventivas:
Evitar el ayuno prolongado, mantener
un peso adecuado, beber abundante agua (más de 2 litros por día), evitar el alcohol en todas
sus formas, y disminuir la ingesta de alimentos ricos en purinas. En el cuadro de arriba se agrupan los alimentos según la cantidad de purinas y la
frecuencia con que se recomienda su utilización:
Margaret Dumont: -Temo que cuando llevemos un tiempo casados, una hermosa joven aparezca en tu vida y te olvides de mí.
Groucho: -No seas tonta, te escribiré dos veces por
semana.
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