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domingo, 5 de junio de 2022

HAM FISHER Y SU JOE PALOOKA. DIRECTO A LA MANDÍBULA

 


Hammond Edward Fisher, que firmó siempre sus trabajos como Ham Fisher, nació en 1900 o 1901 en Pensilvania. No fue un buen estudiante, y a partir de los dieciséis años se ganó la vida como vendedor ambulante y camionero, hasta que su afición por el dibujo le permitió encontrar trabajo como dibujante publicitario en el Daily News neoyorquino.

Comenzó a dibujar las tiras del personaje que iba a hacerle célebre en 1920, pero como no terminaron de gustar a los editores a quienes las presentó, permanecieron inéditas hasta 1928, año en que por fin su trabajo fue aceptado en el Daily Mirror. La serie en cuestión, que Fisher había titulado en un principio Joe the Dumbbell, se terminó llamando Joe Palooka. El apellido del protagonista era un término del argot boxístico que podría traducirse como “paquete” o torpe. Sin embargo, el Palooka de Fisher era tan bueno que hasta llegó a ser campeón de los pesos pesados.


Las tiras fueron un éxito en Estados Unidos desde el primer momento de su publicación en 1928. Los álbumes con historias completas aparecieron a partir de 1933, y entre 1934 y 1951 se filmaron y estrenaron nada menos que doce películas con actores reales y los guiones de Ham Fisher. Desgraciadamente, ninguna de ellas merece siquiera la calificación de mediana o pasable. Las protagonizó un actor llamado Joe Kirkwood que por lo visto tenía un parecido asombroso con el personaje del cómic. Los filmes fueron la quintaesencia de la serie B, y al parecer no hay noticia de que fueran alguna vez proyectados fuera del territorio USA. En los años 30, una época dorada de la radio, se emitió también un serial radiofónico basado en Joe Palooka, que tuvo una gran audiencia.


Además del boxeo, las tiras e historietas de Fisher se fueron adaptando a los diferentes avatares históricos y a la actualidad de cada momento. Joe Palooka fue soldado en la Segunda Guerra Mundial, combatió primero en Europa y más tarde en las islas del Pacífico. Los guiones adquirieron en esa etapa el inevitable tinte patriótico, y la serie gozó durante dos décadas del favor de los lectores, decayendo algo ya en los años 50, su última época, porque Fisher falleció en 1955. La serie y el personaje se extinguieron con él.

Como dato anecdótico diremos que Ham Fisher contó en el primer periodo de su exitosa serie, con la colaboración de Al Capp. Ambos artistas nunca se entendieron bien. Se separaron de una forma nada amistosa, y Capp en su mundialmente célebre serie L’il Abner, deslizó a menudo referencias nada caritativas a Joe Palooka y a su autor. Fisher se lo tomó muy a mal, y hasta llegó a acusar a su exsocio de introducir obscenidades en sus trabajos. En la época de la caza de brujas y el puritanismo americano, la acusación no era ninguna broma, y pudo haber costado muy cara a Al Capp, aunque finalmente no fue así.

Aquí en casa Bigotini, como fácilmente supondréis quienes nos seguís, en la disputa tomamos decidido partido por Capp, a quien consideramos un auténtico genio y uno de los grandes del género. No obstante, como lo cortés no quita lo valiente, vaya por delante nuestro respetuoso recuerdo a Fisher y a su Joe Palooka. Os dejamos una muestra de sus páginas. Que las disfrutéis.

 


















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