Rosalind
Russell, una de las damas más elegantes de Hollywood,
comenzó su carrera dramática allí donde se fraguan los éxitos de
los grandes intérpretes, sobre las tablas de los escenarios
neoyorquinos. En el luminoso Broadway de los años veinte la Russell
se hizo un nombre en las carteleras y un lugar en el estrellado cielo
de las actrices de talento. Luego llegarían los platós
californianos del Hollywood de la edad dorada. En los treinta fue
subiendo peldaño a peldaño hasta alcanzar la cima en aquella
inolvidable Mujeres del inolvidable Cukor, junto a Norma
Shearer, junto a Olivia de Havilland, junto a Joan Crawford,
entronizada entre las mejores de su tiempo, entre las reinas de la
pantalla...
Y
después de aquella apoteosis, Rosalind Russell nos obsequió con
Luna Nueva, monumental obra de Howard Hawks, donde la Russell
se mostró como una diosa: elegante, pícara, decidida y
divertidísima, dando la réplica con solvencia a aquel Cary Grant
que ya entonces se hallaba en la cúspide de la comedia. Algo
inolvidable.
Aquí
en casa Bigotini adoramos a Rosalind Russell. Os dejamos un enlace
(clic en la imagen) para
disfrutar unos minutos de un montaje en música e imágenes de sus
mejores momentos ante las cámaras. Que os aproveche.
Próxima
entrega: Hedy Lamarr
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