Sigue
el camino de baldosas amarillas, aconsejaba el hada buena a la
pequeña Dorita. El Mago de Oz
es desde el principio hasta el final, una película redonda. Desde el
día de su estreno se convirtió en un clásico del llamado cine
familiar, genero por cierto, que junto con las primeras
producciones de Disney, también de aquella misma época, inauguró
este filme mítico.
Es
de destacar el grandísimo contraste que se plantea ya desde el
guión, y que siempre ha fascinado a los espectadores. Una Dorita en
blanco y negro abandona su patria de Kansas también en blanco y
negro, y con casa y todo va a aterrizar precisamente en el país de
Oz, lleno de luz y color. Son sensacionales los secundarios: el
espantapájaros, el león y el hombre de lata, el “todopoderoso”
Mago de Oz, naturalmente, y sobre todo, la malvada bruja, personaje
genial con su horrible cara verde y aquellos increíbles monos
voladores.
Y
luego está la música, claro. A pocos minutos del comienzo, Judy
Garland, toda una fuerza de la naturaleza, entona con aquella
prodigiosa voz suya el inolvidable Somewhere over the rainbow.
Precisamente queremos ofreceros el enlace (clic
en la carátula) para visionar ese momento mítico de la
película. Gozadlo como merece, y recordad siempre que más allá del
arco iris los sueños pueden convertirse en realidad.
Próxima
entrega: Judy Garland
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