Los
ciegos son capaces de calcular con bastante fidelidad la edad de las personas,
escuchando los murmullos quejumbrosos que emitimos los mayores al acostarnos,
al levantarnos de un asiento bajo, al descender de un vehículo… A partir de
cierta edad, y aun entre quienes tenemos la suerte de no padecer lesiones ni
patología articular de importancia, es común la presencia de molestias
diversas, que afectan sobre todo a
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En
la cama, dormir de lado es lo más aconsejable. También es admisible dormir boca
arriba, con un cojín bajo las rodillas. Evita dormir boca abajo, es la postura
menos recomendable.
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Conviene
que los colchones tengan suficiente firmeza, sin llegar a ser duros. La
almohada debe ser cómoda, no demasiado gruesa.
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Procura
levantarte despacio, poniéndote de lado en el borde de
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Realiza
estiramientos en los primeros minutos después de levantarte. La ducha con agua
caliente es un buen lugar para estirarse.
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Acostúmbrate
a vestirte y calzarte sentado/a.
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Sentarse
bien es muy importante. Usa una silla que mantenga la espalda erguida. Evita
los sillones y sofás donde resbales. Siéntate siempre despacio, no te desplomes
ni te dejes caer a peso sobre el asiento.
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Siempre
que puedas, mantén las rodillas algo más altas que las caderas. Un taburete
bajo los pies puede ayudar.
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Evita
cruzar las piernas. Es mejor cruzar los tobillos.
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Levántate
apoyándote en el reposabrazos o sujetando firmemente tus muslos cerca de las
rodillas. Siempre con un buen apoyo de ambos pies en el suelo.
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Si
conduces, para cada dos horas para estirarte un poco. Ajusta bien el respaldo.
Asegúrate de llegar bien a los pedales y de mantener la espalda erguida.
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No
pases horas frente a la pantalla del ordenador sin moverte. Estírate a menudo.
Cambia de postura.
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Procura
que la altura de tus codos coincida con la de la mesa de trabajo. Sitúa la
pantalla a la altura de los ojos.
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Es
muy conveniente alternar de mano para manejar el ratón. Aunque sólo seas hábil
con una, no dejes de intentarlo. Verás que manejar el ratón con la mano torpe
es muy sencillo. No es comparable a escribir, por ejemplo.
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Cambia
de tarea a menudo. Haz pausas para caminar, estirar los brazos y mover
suavemente el cuello.
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Si
debes permanecer mucho tiempo de pie, cambia de postura. Puedes ir alternando
uno y otro pie sobre un taburete o dar pequeños paseos.
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Apoyarte
a menudo en una pared ayuda a relajar la espalda.
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Camina
con la espalda erguida. Hombros atrás, barbilla elevada. Respira profundamente.
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Cuando
debas realizar giros, hazlo con todo el cuerpo (desde los pies). Nunca gires
sólo la cintura.
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Usa
zapato plano o de poco tacón (máximo
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En
la limpieza doméstica, es preferible realizar tareas breves a diario, que hacer
limpieza general cada cierto tiempo.
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Las
encimeras, tablas de planchado, mesas de cocina, o cualquier superficie sobre
la que se trabaje, deben estar a la altura de la cintura.
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Cambia
de tarea a menudo.
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Siéntate
para planchar.
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Para
hacer las camas es preferible flexionar las rodillas y no
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Barre
y friega los suelos de lado, y con la escoba o la fregona muy próximas al
cuerpo.
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Especial
para machitos: en ninguna parte de la declaración de los derechos humanos ni de
las sagradas escrituras, dice que las labores del hogar sean exclusivas de
mujeres. ¿Qué haces mirando el partido, mientras tu mujer friega los platos? (Nuestro
libro de estilo me impide poner una coma después de ‘platos’, y añadir el
celtibérico epíteto: cabrón. Pero eso
es lo que me pide el cuerpo).
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Recuerda
que es mejor empujar que arrastrar. Apóyate de espaldas al objeto y empuja con
las piernas. Aprovecha la fuerza de los muslos.
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Para
cargar con bolsas, es preferible repartir el peso entre los dos brazos. Haz
varios viajes si es necesario.
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No
dobles la espalda al elevar una carga desde el suelo. Ya sabes: rodillas
flexionadas, piernas separadas…
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Procura
hacer ejercicio y perder peso si te sobra. Caminar a diario, andar en bici, la
piscina o una gimnasia suave, te ayudarán.
§ Recuerda que en ningún caso el ejercicio debe producir dolores. Es natural que al terminar la actividad física sientas fatiga, pero nunca dolor.
§
Consulta
a tu médico si el dolor de espalda llega a despertarte por la noche.
§
Consulta
si tienes fiebre, cansancio excesivo, pérdida de apetito o pérdida de peso sin
causa aparente.
§
Consulta
si el dolor de espalda es muy intenso o se irradia a alguna de las
extremidades.
§
Consulta
también si no mejora con el tratamiento que te hayan prescrito.
Cuida tu espalda y cuídate. Si eres tan viejo o tan vieja como yo (algo cada vez menos probable), cuídate especialmente, y consuélate como puedas. Por ejemplo, yo me alegro de ser viejo cuando veo a un grupo de jóvenes ridículamente disfrazados para una despedida de soltero, o cuando me encuentro con algún jovenzuelo de esos que han leído cuatro cosas (no han tenido tiempo para más) y creen que ya lo saben todo… Si tienen suerte, a llegar a mi edad, comprenderán aliviados que no saben absolutamente nada. Ya veis, me queda el consuelo de la ignorancia, y me queda despedirme por hoy.
La verdadera sabiduría consiste en ir adquiriendo poco a poco el convencimiento de que no sabes nada de nada.
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