Nacido
en la localidad alemana de Untergettengrün el año de 1903, Erich Ohser, que se
vio obligado a firmar sus dibujos con el seudónimo de E. O.
Plauen, comenzó muy joven en el mundo de la ilustración. Sus
primeros trabajos fueron portadas de libros y caricaturas de sátira política
que publicó en algunas de las muchas revistas ilustradas que abundaron en la
Alemania del periodo de entreguerras. En los primeros años treinta viajó
extensamente por Europa. En Moscú y Leningrado se desengañó del comunismo, lo
que plasmó en muchos de sus trabajos. También aborreció el nazismo que
comenzaba ya a convertirse en un poder omnímodo. Sus despiadadas caricaturas de
Hitler y Goebbels le granjearon el odio de los nazis. Se le cerraron entonces
todas las puertas, perdió el trabajo y se vio relegado no sólo al ostracismo
artístico, sino también a una vida de miseria para él y su familia. La mayor
parte de su obra fue destruida y quemada, desapareciendo de kioscos y
hemerotecas. Fue entonces cuando adoptó el seudónimo de E. O. Plauen y se
dedicó a ilustrar publicaciones infantiles. Su serie cómica más célebre fue Vater und sohn, Padre e hijo, un tebeo costumbrista que recogía las divertidas
ocurrencias de un padre sobreprotector y su hijo. La serie obtuvo gran éxito no
sólo en el área germanófona, sino en muchos otros países europeos, entre otras
cosas porque al carecer prácticamente de diálogos, no necesitaba ser traducida.
Se recogieron las tiras en álbumes y libros coloreados que llegaron a venderse
muy bien.
Precisamente
este éxito resultó a la postre la perdición del autor. La Gestapo se percató
del cambio de identidad, y recordando su pasada obra antinazi, lo hizo detener
y torturar durante varias semanas. Erich Ohser se suicidó en prisión en 1944,
unos días antes de la fecha fijada para el juicio sumario en el que sin duda
habría sido condenado. En nuestra Historia de la Historieta recordamos al
artista y al hombre y os dejamos una muestra de su obra.
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