La
tradición tomada de algunos autores clásicos hace a Esopo
natural de Mesembria, en la Tracia, actual Bulgaria. Si hemos de creer esas
noticias, su nacimiento se habría producido hacia el año 600 a.C., y su
fallecimiento en el Ática griega, en Delfos, hacia 564, pues aquella incierta
biografía asegura que murió joven, con sólo treinta y seis años. Aunque si
hemos de ser rigurosos, ni fechas ni lugares se respaldan mediante prueba
alguna, y cabe en lo posible hasta que el personaje no existiera jamás, y
sencillamente la tradición le atribuya la autoría de una colección de fábulas
la mayoría de las cuales forma parte del acervo mitológico del área geográfica
y cultural de la Grecia Clásica e incluso puedan ser más antiguas y encontrase
ya en textos como los atribuidos a Ahikar, secretario o consejero del rey
babilonio Senaquerib.
En
todo caso, el primer testimonio material que alude a Esopo es una copa votiva,
una cílica de figuras rojas y ocres
sobre fondo negro fechada en torno al 470 a.C. En ella aparece el fabulista
conversando con una zorra, animal que protagoniza muchas fábulas de la
colección. En el periodo clásico citan a Esopo autores como Heródoto,
Aristófanes, Aristóteles o Platón, este último asegurando que su maestro
Sócrates sabía de memoria los apólogos de Esopo y los recitaba a menudo.
Fuentes
medievales citan también un texto que titulan Vida de Esopo, sin que nadie sepa nombrar a su autor. Basándose
supuestamente en dicho texto, Máximo Planudes elaboró otra Vida de Esopo repleta de elementos folclóricos y legendarios. En
cuanto a la cronología, también existe gran controversia, y además de las
fechas que cito arriba, Heródoto lo hace contemporáneo del rey Amasis (570-526
a.C.), un escoliasta de Aristófanes lo sitúa hacia 540, y para Fedro sería
coetáneo de Pisístrato (606-527). La Suda ubica a Esopo en la 40ª Olimpiada,
que corresponde al año 620 a.C. Tampoco las fuentes se ponen de acuerdo en su
patria de origen, y si varios como Heraclio del Ponto lo hacen natural de
Mesembria en Tracia, otros como Calímaco lo suponen nacido en Sardes, en
Frigia, y por dicho origen se inclina también Aulo Gelio. Unos dicen que fue un
esclavo, otros que un liberto, y hay quienes le suponen hombre libre y hasta
rico, protegido del poderoso rey Creso de Lidia.
Así
que, en resumidas cuentas, nada es seguro y hasta parece que ni siquiera
probable, en lo relativo a la biografía de Esopo e incluso a su misma
existencia real.
En
cualquier caso, lo que de verdad nos interesa es la obra, la colección de fábulas
que en diferentes formatos y textos copiados y refundidos a lo largo de los
siglos posteriores, conocemos como las Fábulas de Esopo.
En ellas, casi siempre por medio de breves narraciones en las que los
protagonistas suelen ser diferentes animales, zorros, ratones, leones, águilas,
cuervos…, se van reflejando vicios y virtudes humanas, concluyendo siempre con
una moraleja o conseja a modo de colofón. Estamos pues ante la prehistoria
literaria de lo que más tarde se llamó literatura moralizante. Los estudiosos
de la obra suelen dividir las fábulas en tres tipos fundamentales atendiendo a
su contenido: las agonales, en las que se produce enfrentamiento o antagonismo
entre dos o más personajes; las de situación, donde se describe una
situación apurada y una ingeniosa fórmula para sortearla con éxito; y las etiológicas,
que sirven para explicar al lector el origen de una leyenda o una costumbre
determinadas. Esta literatura moralizante también llamada sapiencial, ha
cautivado al público a lo largo de los siglos posteriores. La encontramos en
Oriente, tanto en textos indostánicos como en la literatura árabe del tipo de Las mil y una noches. Aparece también
profusamente en la Edad Media europea. Textos latinos o en lenguas romances
como Calila e Dimna, de clara
inspiración oriental, o como El conde
Lucanor, resultan clarísimos ejemplos. Aparecieron después en Occidente
fabulistas como Fedro, Babrio, Jean de La Fontaine o nuestros Iriarte y
Samaniego, que siguen con gran solvencia, el camino emprendido por Esopo.
Traemos hoy a nuestro foro literario una rareza bibliográfica a la que merece la pena prestar atención. Se trata de un curioso texto impreso en Valencia en 1520 titulado La vida y fábulas del Ysopo, clarísimo y sabio fabulador, nuevamente corregida, historiada y annotada, con muchas otras fábulas de Aviano, Pogio y otros autores. Podéis disfrutar esta pequeña joya haciendo clic en este enlace:
https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=La+vida+y+f%C3%A1bulas+del+Ysopo.pdf
Algunos no son nada y quiérense estimar en mucho. La vida y fábulas del Ysopo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario