En
1826 nació en Florencia Carlo Lorenzo Filipo Giovanni Lorenzini, que como
escritor adoptaría el seudónimo de Carlo Collodi
en homenaje al pueblo natal de su madre. En aquel tiempo el Gran Ducado de
Toscana se encontraba bajo el dominio del Imperio Austro-Húngaro. Hijo de una
familia bien relacionada con la aristocracia regional, el pequeño Carlo tuvo
como madrina en su bautizo nada menos que a la propia duquesa. Inició sus
estudios en el seminario, y en aquel periodo tuvo acceso a muchos libros
prohibidos por
Su
primera novela, In vapore, obtuvo un gran éxito. Siguió ejerciendo el
periodismo en diversas publicaciones, y regresó a su Florencia natal al término
de la guerra, tras licenciarse con honores del ejército piamontés. Desde 1860
trabajó para la nueva administración italiana, y paradójicamente lo hizo como
empleado de
En
1880 comienza a escribir la que será su obra más universal, Storia
di un burattino, es decir, Historia de un títere, que se publicó por
entregas semanales en Il Giornale dei Bambini, primera publicación periódica
para niños de Italia. Al burattino, el títere en cuestión, se le conoció en
principio como Bambinino, y más tarde como Pinocchio, nombre que pasó a
convertirse en un fenómeno mundial, y de cuyas aventuras se han hecho
centenares y hasta miles de versiones, entre las más célebres, la película de
animación de Disney, uno de los primeros y más exitosos largometrajes animados.
Pinocho se ha traducido a más de doscientos cincuenta idiomas, incluido el
Braille. El muñeco ha protagonizado ballets y óperas. Incluso Luigi Pirandello
incorporó al pequeño Pinocchio como uno de sus Sei personaggi in cerca d’autore.
El final original de la serie de narraciones no era el feliz que conocemos por versiones posteriores, en el que Pinocho se convierte en un niño de verdad. Al contrario, Collodi le infringió un singular castigo por su comportamiento de delincuente, y acabó ahorcado en la picota. Algunos críticos literarios e investigadores han visto en la obra alegorías a la alquimia y a la masonería, pues al parecer su autor fue miembro de una logia. El grillo que habla personifica la conciencia, y en definitiva la obra se presta a multitud de lecturas simbólicas, lo que ha hecho que pueda ser leída por los niños con absoluta sencillez o por los gurús del ocultismo que encuentran en ella una profunda simbología.
Paradójicamente
Carlo Collodi no llegó a vivir la gran fama de su personaje, falleció en su
Florencia natal en 1890, siendo enterrado en
De nuestra singular Biblioteca Bigotini extraemos una magnífica versión digital de Las aventuras de Pinocho. Clic en el enlace y disfrutadlas. Volved a la infancia de la mano del muñeco de madera más célebre de la literatura.
https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=Aventuras+de+Pinocho.pdf
Ten presente que los verdaderos señores se conocen más por el vestido limpio que por el lujoso. Carlo Collodi. Las aventuras de Pinocho.
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