Nacido
en Washington en 1889, Frank Godwin,
era el hijo del editor del Washington
Star. Estudió arte en Nueva York, y comenzó a dibujar profesionalmente a
partir de 1905. Por medio de su padre frecuentó a insignes ilustradores como
Flagg o Gibson, de quienes puede considerarse alumno aventajado.
Pronto
destacó como ilustrador literario, realizando espléndidos dibujos tanto en
blanco y negro como en color, para clásicos juveniles como Robin Hood, La isla
del tesoro o las obras de Shakespeare.
Brilló
de forma especial en el cómic, género en el que puede considerase uno de los
grandes de todos los tiempos. Su estilo, sus formatos y hasta sus argumentos
fueron adoptados por clásicos tan importantes como Hal Foster (El príncipe Valiente), Milton Caniff (Terry y los piratas) o Alex Raymond (Flash Gordon), entre otros.
Comenzó
sucediendo a J. Norman Lind en sus populares Viñetas de la vida, entre
1924 y 1927. También realizó algunos otros seriales de calidad, pero dos series
destacan sobre todo en su extensa producción. La primera de ellas, Connie, iniciada en 1927, relata las andanzas
de una intrépida heroína que protagonizó tanto historias detectivescas como
aventuras de ciencia-ficción. La serie se vendió en todo el mundo, y fuera de
América fue especialmente exitosa en Francia. La segunda, Rusty
Riley, que dibujó a partir de 1948 para King Features Syndicate,
contó con los magníficos guiones de Powers. Era un serial apasionante cuyo
protagonista, Rusty, un muchacho vivo y valiente, se veía envuelto en
trepidantes aventuras en una granja ecuestre de Kentucky. La serie, muy
cinematográfica, fue muy imitada en su época, y se convirtió en la más leída de
las tiras cómicas semanales que aparecían generalmente los sábados en la prensa
americana.
Frank
Godwin continuó dibujando hasta su muerte acaecida en 1959, cuando contaba 69
años. Os dejamos una selección de sus magníficos trabajos.
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