Luis Carrillo y Sotomayor nació en la ciudad
cordobesa de Baena. Sus biógrafos difieren en la fecha, 1582, 1584 o 1585. De
familia noble, fue hijo de Fernando Carrillo y hermanastro de Alfonso Carrillo
Lasso de la Vega. Estudió en Salamanca y se decidió desde muy joven por el ejercicio
de las armas, llegando a ostentar en las galeras el cargo de cuatralbo, término que designaba al
oficial al mando de cuatro navíos. Luchó en las guerras contra los
levantamientos moriscos en Laguar y en Los Alfaques. Fue caballero de la orden
de Santiago, como Quevedo, que fue gran admirador suyo. Su prematura muerte
(Puerto de Santa María, 1610) le impidió ejercer el cargo de comendador en
Fuente del Maestre, que había alcanzado poco antes. Fue amigo y protegido de
Alonso Pérez de Guzmán, conde de Niebla, lo mismo que Luis de Góngora.
Francisco de Quevedo y Antonio de Monroy le dedicaron sendos epitafios.
Sabemos
muy poco acerca de otros aspectos de su biografía. Debió contar con varias
enamoradas entre las damas andaluzas, aunque supo callar discretamente sus
identidades, encubriéndolas en sus sonetos amorosos con los nombres poéticos de
Lisi, Celia o Laura, usuales todos ellos en los versos de su tiempo. Está
enterrado en la capilla de San Pablo de la catedral de Córdoba.
A
pesar de su corta vida, Carrillo y Sotomayor realizó una importante producción
poética, en la que figuran prácticamente todas las formas del verso, sonetos,
églogas, romances, canciones, epitafios, décimas, liras, coplas, letras y
redondillas. Seguidor de Garcilaso, como todos los poetas de su tiempo, es
autor de una poesía muy elaborada, quizá algo alambicada y no desprovista de
ingenio, a medio camino entre lo renacentista y lo barroco, precursora del
culteranismo y del conceptismo que imperarían durante las décadas posteriores. Su
obra poética completa fue editada por Dámaso Alonso en 1936.
También
destacó Carrillo como latinista, traduciendo a Ovidio y a Séneca. En cuanto a
su obra en prosa, sólo conocemos una, su Libro de la
erudición poética, publicado por su hermano Alfonso en 1611,
poco después de su muerte. Es un tratado en el que el autor viene a definir a
grandes rasgos las características y las bases de la estética barroca, por lo
que puede considerarse todo un manifiesto. Es la obra que precisamente nuestra
Biblioteca Bigotini hoy pone a vuestra disposición en su edición digital. Haced clic en la portada y
disfrutad la erudición de Luis Carrillo y Sotomayor, soldado, poeta, andaluz y
enamorado.
¡Con
qué ligeros pasos vas corriendo, oh cómo te me ausentas, tiempo vano! Luis
Carrillo y Sotomayor.
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