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jueves, 29 de diciembre de 2022

RAYOS CÓSMICOS, UN MISTERIOSO BOMBARDEO

 


En 1912 el investigador austriaco Victor Hess descubrió la existencia de los rayos cósmicos mientras realizaba experimentos a bordo de un globo aerostático. Hoy en día, más de un siglo después, estas partículas que constantemente nos bombardean desde el espacio exterior, continúan envueltas en el misterio. La velocidad de la luz en el vacío es de unos 300.000 Km por segundo, pero en nuestra atmósfera, la luz viaja a una velocidad ligeramente inferior. Los rayos cósmicos adquieren al atravesar la estratosfera una velocidad mayor que la de la luz en el medio atmosférico, así que emiten una onda de choque por un fenómeno similar al estallido sónico que producen los aviones cuando superan la velocidad del sonido. En el caso de los rayos cósmicos la onda de choque es lumínica, se producen unas luces de un intenso color azul, que aunque no pueden apreciarse a simple vista, pueden ser registrados por diferentes ingenios ópticos y fotográficos. Esta luz, llamada luz de Cherenkov en honor al físico soviético que la descubrió, pasa por ser el azul más hermoso que existe. No podemos verla porque el destello dura apenas una millonésima de milisegundo, que para que os hagáis idea, es lo que tarda en tocar el claxon el automovilista que tenemos detrás cuando el semáforo se pone verde.


Pero, ¿qué son en realidad los rayos cósmicos? Por lo que conocemos sobre su naturaleza, la mayor parte (en torno a un 90%) son protones, el 9% son núcleos de helio, y el 1% restante son núcleos de otros elementos y electrones. No existe en el universo material alguno capaz de detenerlos o ni siquiera frenarlos. Mientras lees estas líneas, un gran número de rayos cósmicos te están atravesando. ¿Cuántos? Es difícil dar una respuesta siquiera sea aproximada. Sabemos que en los lugares elevados se detectan más rayos cósmicos que a nivel del mar. A bordo de un avión la cantidad de ellos a los que estamos expuestos se incrementa notablemente. Como nadie puede estar seguro de que resulten totalmente inocuos, los pilotos y tripulantes de aerolíneas suelen tener un límite establecido de horas de vuelo anuales.



¿De dónde provienen los rayos cósmicos? Hoy día su origen sigue siendo un misterio. Según ciertas teorías, los rayos cósmicos se formarían en los mismos lugares que los rayos gamma. Puesto que los rayos gamma (lo mismo que la luz) carecen de carga eléctrica, no son desviados por ningún campo electromagnético. Por consiguiente, cuando vemos que los rayos gamma provienen de un lugar concreto, realmente provienen de allí, y de ningún otro lugar, lo mismo que la luz que emite determinada estrella proviene de esa estrella precisamente. Si aceptamos esta hipótesis, tanto los rayos gamma como los rayos cósmicos provendrían de algunas de las explosiones más violentas del universo, las que dan lugar al nacimiento de una supernova. Un acontecimiento verdaderamente asombroso. También se sospecha que otros rayos cósmicos podrían provenir de las explosiones ocurridas cuando algún objeto es “tragado” por los agujeros negros supermasivos que parecen existir en el centro de algunas galaxias.

El viejo profesor Bigotini tenía la costumbre de subir a la azotea de su laboratorio, para ser atravesado por millones de rayos cósmicos. El pobrecillo creía que así se cargaba de energía. Abandonó este hábito cuando una noche un protón desintegró uno de los pelos de su poblado bigote. Todavía tiembla al recordar aquel fulminante destello azul.

Un experto es alguien que te explica algo sencillo de forma tan complicada, que te hace pensar que la confusión es culpa tuya. William Castle.


lunes, 26 de diciembre de 2022

AL HIRSCHFELD, EL REY DE LA CARICATURA

 


Aunque no se trata propiamente de un autor de cómics, Albert Hirschfeld, merece figurar en cualquier antología de la ilustración cómica por ser con toda probabilidad el más inspirado caricaturista de la historia. Nacido en St. Louis, Missouri, en 1903, se trasladó a Nueva York con su familia siendo muy niño, y residió en la gran manzana durante la mayor parte de su vida, por lo que a todos los efectos, cabe considerarle neoyorquino. Se formó como dibujante en la Art Studens League, y muy joven, con sólo 17 años, inició su carrera artística dibujando para diferentes revistas y publicaciones, al principio locales, y más tarde nacionales e internacionales.

Al Hirschfeld se especializó en el mundo del espectáculo, dibujando caricaturas de las estrellas de Broadway y del Hollywood de los años dorados, tanto en blanco y negro como a todo color. Su particular estilo de elegantes curvas creó escuela hasta el punto de ser imitado hasta la saciedad por muchos otros dibujantes. Los que trabajaban para la compañía Disney le rindieron homenaje a través del personaje del Genio en el largometraje Alladdin, y en uno de los episodios de la producción Fantasía 2000.

En lo personal era un tipo singular. Se dejó crecer una larga barba en un tiempo en el que resultaba bastante excéntrico. Él siempre lo justificó aduciendo que de joven vivió en un piso sin agua caliente donde el afeitado en invierno resultaba un martirio. También adquirió el hábito de dibujar con una pluma de cuervo afilada que mojaba en las tintas. En 1943 se casó con su segunda esposa, la actriz de Broadway Dolly Haas, con la que tuvo a Nina, su única hija.

Precisamente su amor paterno le inspiró una especie de juego que en principio estaba destinado a sus amigos más cercanos, pero que con el tiempo llegó a atrapar a miles de lectores de las revistas para las que dibujaba. Hirschfeld ocultaba el nombre de su hija, “Nina” en sus ilustraciones. Unas veces escrito entre los pliegues de las ropas, otras en los cabellos de los personajes retratados o en algún elemento de los fondos. El número de veces en que aparecía escrito “Nina”, lo indicaba detrás de su firma, por ejemplo, “HIRSCHFELD 5”, y el juego consistía en encontrar en el dibujo las cinco “Ninas” anunciadas. La afición de los lectores al juego llegó hasta extremos insospechados. El artista contaba que una vez sorprendió a una muchacha joven mirando uno de sus carteles durante un tiempo interminable. Como se acercó a preguntarle, la joven le dijo que buscaba a las 39 “Ninas” anunciadas tras la firma. Hirschfeld rompió a reír, porque se trataba de un cartel antiguo, dibujado antes de nacer su hija, y el número 39 que aparecía tras su firma correspondía en ese caso al año 1939. Pero lo más asombroso de la anécdota es que la chica le aseguró que ya llevaba encontradas cuatro “Ninas”.

Al Hirschfeld falleció en 2003 a los cien años de edad. Como homenaje a su trabajo os dejamos un puñado de sus caricaturas. Disfrutadlas.
















jueves, 22 de diciembre de 2022

MANUALES BIGOTINI: CÓMO HACERSE RICO

 


Se ha sorteado la lotería de navidad, y otra vez, ¡Ay!, la suerte ha pasado de largo. Pero no os aflijáis, queridos y queridas, el profe Bigotini, que ya hace mucho tiempo, no necesita dinero para ser feliz, desempolva para todos vosotros este viejo manual que muestra cómo hacerse rico de forma infalible. Sirva a la vez como felicitación navideña a todos los amigos y amigas del blog y de nuestro viejo profesor.

 

Amigos, la vocación de servicio público de nuestro blog no conoce límites. Por eso, a despecho del riesgo y sin reparar en gastos, el profesor Bigotini, siempre sensible al sufrimiento de los pobres y los afligidos, os ofrece hoy un sencillo manual para hacerse rico en poco tiempo. Ya se sabe que el dinero no da la felicidad, pero proporciona una sensación tan aproximada a la felicidad, que hay que ser un auténtico experto para distinguirlas. Con este tetrálogo elemental que a continuación os presentamos, podréis reíros en la cara de los amancios ortegas, de los florentinos, de los botines, y hasta de los mismísimos pujoles. Así que prestad atención y tomad nota de estas cuatro fórmulas infalibles:


1.- Nacer rico. Quiero decir, rico de verdad. No basta con que tu abuela o tu tía Pepita te digan ¡ay qué nene tan rico! Eso lo dicen todas las tías y todas las abuelitas, pero no vale. Hay que nacer en el seno de una familia adinerada y/o coronada si es posible. Conviene además, ser hijo único u ostentar ese título que suena como música celestial: heredero universal. Una vez instalado en esa prometedora posición, no cedas ni un solo palmo de terreno. Al contrario, si puedes adelantar los acontecimientos, ¿para qué esperar? ¿Has visto a las crías de cuco empujar fuera del nido a los parientes molestos? Pues manos a la obra. No hace falta que te líes a tiros, pero ya sabes que hay sustancias cuyo sabor ni se nota si están disueltas en el café o en un licor. También los frenos de los automóviles de lujo fallan a veces inexplicablemente… En fin, que a poco creativo o creativa que seas, hallarás soluciones rápidas e indoloras.


2.- Casarse con un millonario o millonaria. La vergonzosa permisividad de nuestras recientes leyes ha derribado las barreras de género, y abre un interesante abanico de posibilidades en el terreno conyugal. Eso si, hay que casarse legalmente, no vale el amancebamiento, porque después del café cargado o el fallo de los frenos, puede aparecer como por arte de magia, una legión de sobrinos, hijos ilegítimos y parientes de toda condición, reclamando sus derechos con feroz vehemencia. Si no se ha legalizado la unión, corres el riesgo de ser el (o la) amante del difunto (o difunta) y quedarte en la calle con cuatro trapitos y unas joyas ridículas.

Puede pensarse que este segundo método requiere una gran capacidad de seducción. No lo creas. La clave se resume en tres palabras: sexo, sexo y sexo. Basta con un minucioso cuidado del físico y un estudiado descuido de otros aspectos. Si no pones demasiado celo en cerrar las piernas o abotonar la bragueta, puedes dar por seguro el triunfo.


3.- Delinquir. El apasionante mundo del delito es tan vasto e inabarcable, que daría para escribir un voluminoso tratado. Descartemos si os parece, los hurtos y demás delitos de poca monta, que a la larga sólo conducen a prisión y a la indigencia. Mucho más rentable es el crimen organizado. Los carteles del narcotráfico y las mafias que controlan las apuestas o la prostitución, son fábricas de grandes fortunas. Claro que para llegar a medrar en una banda importante se requiere sangre fría, empuje y dotes de mando. A menudo hay que recurrir a la violencia física, y eso, creedme, resulta agotador. Afortunadamente en nuestro país están históricamente abiertos tres interesantes itinerarios delictivos enormemente provechosos: el negocio de la banca, el de la construcción y el de la política. Los tres están interconectados mediante intrincadas redes, siendo sencillo pasar de uno a otro, e incluso picotear un poco en todos ellos. Además son aptos para cualquier aspirante, pues si el mundo de la gran empresa y los negocios a gran escala, requiere alguna preparación y cierta inteligencia, siempre queda el camino de la política, tan carente de complejidad que resulta asequible hasta para individuos de inteligencia límite o escasamente escolarizados.


4. Participar en juegos de azar. De los cuatro métodos propuestos, este es el menos seguro, por eso lo citamos en último lugar. Los premios verdaderamente sustanciosos, como el gordo de la lotería, la primitiva, el de los euromillones o como se llamen, tienen una probabilidad de ocurrencia muy remota. Con la estadística en la mano, es más probable morir aplastado por un meteorito que recibir uno de estos premios. Luego están las apuestas en casinos (reales o virtuales) con dados, naipes, máquinas tragaperras, resultados deportivos y demás inventos lúdicos. Aquí las probabilidades de ganar en un único intento, son las que sean en cada caso (por ejemplo, de una entre seis, en caso de lanzar un solo dado). En caso de realizar gran número de intentos, las expectativas de ganar a la larga son sencillamente nulas (si lanzas el dado sólo dos o tres veces, puedes tener suerte; pero si lo lanzas mil veces, sólo recuperarás una sexta parte de lo apostado). Así que los adictos a estos juegos, al infortunio de ser ludópatas añaden el agravante de ser tontos de capirote. Si hablamos de ayudas como cartas marcadas o dados cargados, volvemos al territorio de la propuesta nº 3, la delictiva.


Bueno pues ya está. Acaso el lector pueda echar en falta el método que aparecía en los manuales tradicionales. A saber, el del estudio, el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio. Si es así, el lector es un cándido palomo o una inocente y blanca tórtola. Permitid que os desengañe. Este camino recto, honrado y honesto, proporciona como mucho la satisfacción de dormir cada noche a pierna suelta y con la conciencia tranquila. Pero creedme, no os conducirá a poseer ninguno de los principales signos de riqueza: embarcaciones de recreo, automóviles de lujo ni novias o novios de la edad de vuestras nietas. Siento mucho terminar con una mala noticia, pero así es la vida. Consolémonos escupiendo nuestro desprecio en la cara de los corruptos, y con la esperanza puesta en la evangélica promesa de que un día heredaremos la Tierra.


Tener la conciencia tranquila es señal de mala memoria. Woody Allen.


lunes, 19 de diciembre de 2022

AUDREY HEPBURN, GLAMOUR EN ESTADO PURO

 





Aquella jovencita medio inglesa y medio holandesa nacida en Bélgica, era la pequeña Audrey Hepburn. En aquel tiempo de su difícil infancia y adolescencia, nadie habría apostado por que un día llegaría a ser la gran Audrey Hepburn. Audrey era una muchacha menuda, delgaducha y desgarbada a la que el hambre pasó factura en forma de un incipiente raquitismo. Tenía, eso sí, una madre cuya dedicación casi heroica, la convirtió en una joven cultivada. Estudió música y danza, hablaba con soltura cuatro idiomas y se defendía bien con otros dos. Hizo sus primeros pinitos en el cine británico, pero muy pronto su encanto cautivó a los productores de Hollywood. Siendo una absoluta desconocida la eligieron para protagonizar Vacaciones en Roma, junto a Gregory Peck, que entonces era toda una estrella. Aquella princesita delicada, pizpireta y enamorada de un tipo corriente, enamoró también a medio mundo y a lo más selecto de la industria, que le concedió el oscar a la mejor protagonista femenina por su trabajo. A partir de allí se sucedieron los éxitos. De la mano del Wilder pasó de princesa a cenicienta en Sabrina, otra comedia deliciosa. Su nombre en las marquesinas fue ya a partir de entonces, sinónimo de éxito, y la culminación de su popularidad llegaría ya en los primeros sesenta con Desayuno con diamantes. Aquel escaparate de Tiffany’s, aquel gato, la guitarra en la ventana y el interminable beso bajo la lluvia a George Peppard, resultaron la culminación de la popularidad de Audrey, que en el imaginario colectivo era ya, y lo sería para siempre, la más elegante y glamurosa de las actrices.

En Charada de Stanley Donen confirmó su reinado, y en Sola en la oscuridad, un thriller de Terence Young, terminó de calificarse como la gran actriz que siempre fue.

Así que poco queda ya por decir. Para recordar como merece el encanto y la elegancia de aquella irrepetible Audrey Hepburn os dejamos con un breve video que repasa algunas de sus apariciones más memorables. Haced clic en este enlace: 

https://www.youtube.com/watch?v=ORnOHTR_s4A

Próxima entrega: Stanley Donen


sábado, 17 de diciembre de 2022

CLAUDIO EL DIOS Y SU ESPOSA MESALINA

 


El tercer emperador romano de la dinastía Claudia, que había inaugurado Tiberio, fue otro Tiberio, concretamente Tiberio Claudio, al que se conoce generalmente como Claudio. Su nombre y hasta su figura nos resultan familiares por la espléndida novela de Robert Graves y la magnífica adaptación televisiva que realizó la BBC. Era hijo de Druso y Antonia, por lo tanto, tío de Calígula, su predecesor. Durante el reinado de su sobrino, Claudio se libró de la muerte fingiéndose idiota. Ciertamente lo debía parecer, pues según los cronistas de su época, era cojo, probablemente a causa de la poliomielitis, tartamudo y bastante feo. Hasta Antonia, su propia madre, le tenía por un idiota redomado. Cuando los pretorianos asesinaron a Calígula, pensaron inmediatamente en proclamar emperador a Claudio para seguir mangoneando en la sombra. Sir Lawrence Alma Tadema representó el momento histórico pintando un Claudio muerto de miedo a quien los pretorianos encontraron escondido detrás de una cortina. Otros artistas como Lebayle, también se inspiraron en el episodio.



Pero no, Claudio no sólo no era idiota, sino que resultó ser un hombre inteligente e instruido. Además de su lengua latina, dominaba el griego y el hebreo, era un poeta notable que escribió su autobiografía, y tenía gran afición a la geometría y la medicina. Como desconfiaba de las aptitudes de los aristócratas y los senadores, se rodeó de una especie de comité de sabios, en su mayoría antiguos esclavos griegos a quienes concedió la libertad. Bajo su mandato se realizaron en Roma grandes mejoras de urbanización que pronto se irían extendiendo a las provincias y las colonias. Hizo desecar el lago Fucino que fue el más importante foco de malaria en tiempos pretéritos. A pesar de que por sus taras físicas, no había estado en el ejército, eligió a los generales más competentes, y con ellos encabezó la expedición que conquistó la isla de Gran Bretaña. De allí trajo a la Urbe como prisionero a su rey Caractaco, primero de los reyes vencidos por Roma en ser indultado, rasgo que ofrece una idea clara de la prudencia y sensatez de Claudio.

Claro que su reinado tuvo también algunas sombras. Antes de desecar el lago Fucino, organizó en sus aguas una batalla naval en la que contendieron dos flotas rivales compuestas por veinte mil condenados a muerte. Se ahogaron todos. Así que, aunque visto desde la perspectiva actual, Claudio pudiera parecernos un emperador clemente, no deben asombrarnos ciertos rasgos de crueldad que cabe atribuir más que a él, a la propia Roma. Roma, la Roma clásica y muy especialmente la Roma imperial, eran crueles por definición.

Acaso la debilidad más sobresaliente de Claudio fue su afición a las mujeres. Parece probado que se valió de su posición privilegiada para acostarse con todas las que se pusieron a su alcance. Cumplidos ya los cincuenta, se había casado tres veces y había engañado a sus tres esposas con un buen número de amantes, tanto patricias como esclavas y sirvientas. Su cuarta esposa, Mesalina, llegó al tálamo con sólo dieciséis años. Algunos historiadores, sobre todo los moralistas cristianos de siglos posteriores, han querido presentarla como el paradigma de las reinas malvadas. Lo cierto es que no se le conocen intrigas palaciegas o conspiraciones políticas. Sencillamente se le conocen amantes, muchos amantes, capítulo en el que la joven Mesalina resultó ser insaciable. En términos modernos diríamos que fue una ninfómana. Sus muchas infidelidades atormentaron al principio a Claudio, pero al parecer pronto llegaron al acuerdo mutuo de vivir lo que ahora llamaríamos un matrimonio abierto, así que el emperador se consolaba también con sus muchas aventuras…


La cosa se complicó cuando a la insensata Mesalina se le ocurrió la descabellada idea de casarse con uno de sus enamorados, un tal Silio. Algunos consejeros de Claudio le aseguraron que su esposa planeaba sustituirle en el trono por su reciente marido. Claudio ordenó la muerte de Silio y después mandó a dos guardias pretorianos a buscar a Mesalina que se había ocultado en casa de su madre. O el emperador no supo explicarse bien o los pretorianos se excedieron en su celo. El caso es que asesinaron a Mesalina y a su madre. Cuando volvieron con los cadáveres, Claudio les ordenó que lo mataran también a él, pero se apresuró a añadir que lo hicieran si volvía a casarse. Ya hemos quedado en que no era idiota.


Bueno, a pesar de la orden, Claudio siguió con sus devaneos amorosos, y por supuesto volvió a casarse. La afortunada quinta esposa, y en este caso el adjetivo resulta muy adecuado, fue Agripina, hija de Germánico y Agripina, y por lo tanto sobrina suya. Tenía apenas treinta años cuando Claudio ya era sesentón y comenzaba a chochear. Tenía además un hijo de un matrimonio anterior, llamado Nerón, y tenía por último, un talento innato para la intriga. Agripina fue una especie de segunda Livia cuyo único amor era su querido hijo Nerón, y cuya única obsesión era verle instalado en el trono imperial. Lo consiguió administrando a Claudio un acelerador de la sucesión en forma de plato de setas venenosas. Corría el año 54 de nuestra era.

El cinismo consiste en ver las cosas como realmente son y no como nos gustaría que fueran. Oscar Wilde.


miércoles, 14 de diciembre de 2022

LA VIDA Y FÁBULAS DEL YSOPO

 


La tradición tomada de algunos autores clásicos hace a Esopo natural de Mesembria, en la Tracia, actual Bulgaria. Si hemos de creer esas noticias, su nacimiento se habría producido hacia el año 600 a.C., y su fallecimiento en el Ática griega, en Delfos, hacia 564, pues aquella incierta biografía asegura que murió joven, con sólo treinta y seis años. Aunque si hemos de ser rigurosos, ni fechas ni lugares se respaldan mediante prueba alguna, y cabe en lo posible hasta que el personaje no existiera jamás, y sencillamente la tradición le atribuya la autoría de una colección de fábulas la mayoría de las cuales forma parte del acervo mitológico del área geográfica y cultural de la Grecia Clásica e incluso puedan ser más antiguas y encontrase ya en textos como los atribuidos a Ahikar, secretario o consejero del rey babilonio Senaquerib.

En todo caso, el primer testimonio material que alude a Esopo es una copa votiva, una cílica de figuras rojas y ocres sobre fondo negro fechada en torno al 470 a.C. En ella aparece el fabulista conversando con una zorra, animal que protagoniza muchas fábulas de la colección. En el periodo clásico citan a Esopo autores como Heródoto, Aristófanes, Aristóteles o Platón, este último asegurando que su maestro Sócrates sabía de memoria los apólogos de Esopo y los recitaba a menudo.


Fuentes medievales citan también un texto que titulan Vida de Esopo, sin que nadie sepa nombrar a su autor. Basándose supuestamente en dicho texto, Máximo Planudes elaboró otra Vida de Esopo repleta de elementos folclóricos y legendarios. En cuanto a la cronología, también existe gran controversia, y además de las fechas que cito arriba, Heródoto lo hace contemporáneo del rey Amasis (570-526 a.C.), un escoliasta de Aristófanes lo sitúa hacia 540, y para Fedro sería coetáneo de Pisístrato (606-527). La Suda ubica a Esopo en la 40ª Olimpiada, que corresponde al año 620 a.C. Tampoco las fuentes se ponen de acuerdo en su patria de origen, y si varios como Heraclio del Ponto lo hacen natural de Mesembria en Tracia, otros como Calímaco lo suponen nacido en Sardes, en Frigia, y por dicho origen se inclina también Aulo Gelio. Unos dicen que fue un esclavo, otros que un liberto, y hay quienes le suponen hombre libre y hasta rico, protegido del poderoso rey Creso de Lidia.

Así que, en resumidas cuentas, nada es seguro y hasta parece que ni siquiera probable, en lo relativo a la biografía de Esopo e incluso a su misma existencia real.


En cualquier caso, lo que de verdad nos interesa es la obra, la colección de fábulas que en diferentes formatos y textos copiados y refundidos a lo largo de los siglos posteriores, conocemos como las Fábulas de Esopo. En ellas, casi siempre por medio de breves narraciones en las que los protagonistas suelen ser diferentes animales, zorros, ratones, leones, águilas, cuervos…, se van reflejando vicios y virtudes humanas, concluyendo siempre con una moraleja o conseja a modo de colofón. Estamos pues ante la prehistoria literaria de lo que más tarde se llamó literatura moralizante. Los estudiosos de la obra suelen dividir las fábulas en tres tipos fundamentales atendiendo a su contenido: las agonales, en las que se produce enfrentamiento o antagonismo entre dos o más personajes; las de situación, donde se describe una situación apurada y una ingeniosa fórmula para sortearla con éxito; y las etiológicas, que sirven para explicar al lector el origen de una leyenda o una costumbre determinadas. Esta literatura moralizante también llamada sapiencial, ha cautivado al público a lo largo de los siglos posteriores. La encontramos en Oriente, tanto en textos indostánicos como en la literatura árabe del tipo de Las mil y una noches. Aparece también profusamente en la Edad Media europea. Textos latinos o en lenguas romances como Calila e Dimna, de clara inspiración oriental, o como El conde Lucanor, resultan clarísimos ejemplos. Aparecieron después en Occidente fabulistas como Fedro, Babrio, Jean de La Fontaine o nuestros Iriarte y Samaniego, que siguen con gran solvencia, el camino emprendido por Esopo.

Traemos hoy a nuestro foro literario una rareza bibliográfica a la que merece la pena prestar atención. Se trata de un curioso texto impreso en Valencia en 1520 titulado La vida y fábulas del Ysopo, clarísimo y sabio fabulador, nuevamente corregida, historiada y annotada, con muchas otras fábulas de Aviano, Pogio y otros autores. Podéis disfrutar esta pequeña joya haciendo clic en este enlace: 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=La+vida+y+f%C3%A1bulas+del+Ysopo.pdf

Algunos no son nada y quiérense estimar en mucho. La vida y fábulas del Ysopo.


sábado, 10 de diciembre de 2022

ESTRÉS. CUANDO AMENAZA EL PELIGRO


 

El estrés es una respuesta reactiva del organismo, natural y fisiológica, ante cualquier estímulo externo que se perciba como amenazante. Se trata pues de un mecanismo natural de defensa. El hecho de que en ciertos casos se considere al estrés como una enfermedad, deriva de su asociación con los trastornos de ansiedad, y del hecho indiscutible de que una situación de estrés intensa, prolongada y repetida, da lugar en ocasiones a una serie de alteraciones físicas, psicológicas y del comportamiento, que se encuadran en el territorio de lo patológico.

Hans Selye, observó en la década de 1930 mientras realizaba prácticas en el Hospital Universitario de Viena, que todos los enfermos hospitalizados sin excepción, presentaban una serie de síntomas comunes como ansiedad, sensación de cansancio, pérdida de apetito y pérdida de peso. Tales síntomas eran universales e independientes de los propios de cada enfermedad. Selye denominó en un primer momento a estos síntomas, síndrome de estar enfermo. Más tarde prosiguió sus investigaciones en Montreal, y adoptó para este conjunto de síntomas psicofísicos la expresión más adecuada de síndrome general de adaptación. Una respuesta inespecífica ante cualquier demanda que se vivencie como peligrosa o preocupante.

Como factores o mecanismos desencadenantes del estrés, se han descrito entre otros, los siguientes:

  • Situaciones inesperadas que fuerzan a procesar información con rapidez.
  • Estímulos ambientales nocivos.
  • Percepciones de amenaza.
  • Alteración de las funciones fisiológicas (enfermedades de base, adicciones…).
  • Situaciones de aislamiento o confinamiento.
  • Bloqueos de intereses.
  • Presión del grupo.
  • Frustración.
  • Sensación de fracaso. No consecución de objetivos.
  • Relaciones sociales complicadas o fallidas.

El síndrome general de adaptación se desarrolla en tres etapas:

    1. Fase de alarma. Se trata de la reacción inmediata ante un estímulo externo. Predomina la respuesta del sistema nervioso simpático, mediante vasoconstricción, midriasis, taquicardia, taquipnea, liberación de catecolaminas (adrenalina), cortisol y encefalina. Se produce también un aumento de glucosa en sangre, factores de coagulación y aminoácidos. En definitiva, el organismo se apresta a la lucha, mientras otras funciones “superfluas” se detienen (por ejemplo la digestión). Es una reacción primitiva propia del animal que todos llevamos dentro, una disposición a la supervivencia. Atacar, defenderse o huir.
    2. Fase de adaptación. El organismo adopta contramedidas defensivas frente a la agresión. Si este estado se prolonga lo suficiente, se van desgastando las reservas. Como consecuencia de ello, pueden producirse trombosis, ansiedad, depresión, inmunodeficiencia, dolores musculares, insomnio, trastornos de la atención, diabetes…
    3. Fase de agotamiento. Por último, si la situación estresante se prolonga por mucho tiempo, se agotan las defensas. En el plano metabólico pueden producirse fracasos que dan lugar a alteraciones como diabetes, cardiopatías, disturbios hormonales, disminución de la libido, insuficiencia hepato-renal… En el plano neurológico se produce atrofia dendrítica, neurotoxicidad y daño neuronal que desemboca en trastornos severos de la memoria, del sueño, del comportamiento…

En Medicina del Trabajo el estrés ha cobrado en los últimos tiempos una gran relevancia. No obstante, conviene huir de cualquier generalización, y estudiar cada caso de forma individual, ya que si bien es cierto que una gran variedad de condiciones organizativas y ambientales, son capaces de generar estrés, también es verdad que diferentes individuos responden a las mismas condiciones laborales de maneras diferentes, y que la intensidad y el grado del estrés son difíciles de evaluar en los trabajadores. Admitida esta complejidad, podemos hacer algunas afirmaciones acerca de la relación entre estrés y ambiente laboral:

  • Las situaciones de estrés prolongado provocan en las plantillas cambios conductuales tales como aumento del absentismo y de las enfermedades crónicas.
  • La existencia de un ambiente laboral inadecuado, con ruido, contaminación, cambios bruscos de temperatura, etc., tiende a generar estrés.
  • La monotonía de los trabajos, tareas y gestos repetidos, actúan como estresantes.
  • Contribuyen a producir estrés las condiciones laborales difíciles, baja calidad en el trato, bajos salarios, condiciones de trabajo inestables, falta de seguridad social, deterioro en la valoración social, indefinición de los puestos, frecuente movilidad y/o turnicidad.

Por último, conviene ocuparse de las medidas preventivas y paliativas frente al estrés. Los especialistas están de acuerdo en que determinadas características de las personas pueden hacerlas más resistentes a padecer estrés, y por lo tanto serán capaces de superar con mayores garantías de éxito las demandas a que se ven sometidas. Algunas de estas características son:

  • Personalidad madura.
  • Inteligencia.
  • Sentido del humor.
  • Preparación académica.
  • Autoestima.
  • Empatía.
  • Autocontrol.
  • Iniciativa.
  • Confianza.
  • Sentimiento de eficacia.
  • Optimismo.
  • Fortaleza.
  • Sentido de la coherencia…

Entre las medidas para combatir el estrés, se recomiendan las siguientes:

  • Mantener una buena forma física, mediante la práctica regular de ejercicio.
  • Seguir una dieta saludable.
  • Reír con frecuencia. La risa libera endorfinas, sustancias que hasta donde sabemos, constituyen el remedio más eficaz frente a las situaciones de estrés.
  • Saber desconectar. Un clima agradable en la vida personal extralaboral, influye de forma extraordinariamente positiva.
  • Tomarse un tiempo para el juego. Existe algún estudio que relaciona los juegos de mesa y de grupo con la liberación de endorfinas.

Procurad ser felices y no sucumbir al maldito estrés, a pesar de los malos tiempos.

En la vida hay tres clases de personas: las que saben contar y las que no.  Homer Simpson.


miércoles, 7 de diciembre de 2022

AL-KASHI Y EL TEOREMA DEL COSENO

 


En el siglo XV el matemático persa Ghiyath al-Din Jamshid Mas’ud al-Kashi, conocido abreviadamente como Al-Kashi, enunció por vez primera el que habitualmente se llama teorema del coseno que puede utilizarse para calcular la longitud de un lado de un triángulo, cuando se conocen el ángulo opuesto a ese lado y la longitud de los otros dos lados. Se expresa como c2 = a2 + b2 -2abcos (C), donde a, b y c son las longitudes de los lados del triángulo, y C el ángulo que forman los lados a y b. Como se trata de un teorema muy generalista, puede aplicarse a una amplísima variedad de cálculos, desde la medición de terrenos hasta la determinación de las trayectorias de las balas o el vuelo de los aviones.

En realidad, el teorema de Pitágoras (c2 = a2 + b2)  que se aplica a triángulos rectángulos, no es ni más ni menos que un caso particular del teorema del coseno en el que C mide 90º. Como el coseno de un ángulo recto tiene el valor de cero, el cálculo se simplifica enormemente.


Además, una vez  que se conocen las longitudes de los tres lados de un triángulo de cualquier tipo, es posible utilizar el teorema del coseno para calcular todos sus ángulos. Ya desde muy antiguo, desde los Elementos de Euclides hacia 300 a.C., se conocen los fundamentos que desembocan en el teorema del coseno, pero no fue hasta el siglo XV cuando al-Kashi expresó el teorema de forma precisa, elaborando además unas tablas trigonométricas apropiadas para una infinidad de aplicaciones. Lo hizo en su obra La llave de la aritmética, publicada en 1427 y orientada en principio a las matemáticas que se utilizan en astronomía y arquitectura entre otros campos.

Al-Kashi utiliza fracciones decimales en el cálculo total del área necesaria para construir ciertas muqarnas, elementos decorativos muy usuales en la arquitectura islámica en general y especialmente en la persa.


Más de un siglo después, el matemático francés François Viète descubrió la ley de manera independiente, sin conocer la obra de Al-Kashi. Por cierto que Viète protagonizó una biografía novelesca y apasionante. Era un verdadero genio que consiguió descifrar  los códigos que utilizaba Felipe II para comunicarse con sus generales en las guerras europeas. Viète trabajó para Enrique IV de Francia. El emperador Felipe, por su parte, consideraba sus códigos tan perfectos e intrincados que estaba seguro de que no podrían ser descifrados por ninguna criatura mortal. Cuando descubrió que los franceses conocían con antelación sus movimientos militares, elevó una queja formal al papado aduciendo que los herejes estaban empleando magia negra contra España. Aunque hoy el asunto pueda parecer un tanto ridículo, en Roma se tomó muy en serio la acusación. Conviene recordar el ambiente de guerras religiosas, reforma y contrareforma, que imperaba en aquel tiempo.

La inteligencia militar es una contradicción en los términos. Groucho Marx