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viernes, 28 de enero de 2022

LOS GRACOS. LA IZQUIERDA EN LA ROMA REPUBLICANA

 


Cornelia, la hija de Escipión Africano, a la que por eso todos llamaban la Africana, se casó con Tiberio Sempronio Graco, un aristócrata que accedió al cargo de tribuno de la plebe por imposición del Senado romano. Había dos tribunos, y al menos en teoría, ambos debían ser nombrados por la Asamblea plebiscitaria, es decir, por la plebe, el pueblo llano. Sin embargo, en la práctica, el Senado podía ejercer su derecho de veto, así que para no contrariar demasiado a los poderosos, la Asamblea elegía a su favorito junto a otro sugerido por el Senado. Este último era el caso de Graco que además de aristócrata, era lo que llamaríamos un intelectual con ciertas veleidades izquierdistas. Había sido antes censor y dos veces cónsul, adquiriendo en Hispania fama de gobernante solvente e íntegro.

Tuvo con Cornelia doce hijos de los cuales sólo sobrevivieron tres, algo muy común en la época: dos chicos, Tiberio y Cayo, y una hija llamada Cornelia como su madre.

Según sus biógrafos, la Africana fue una mujer hermosísima y al enviudar, una madre ejemplar que inculcó a sus tres hijos los valores y principios de su padre. Cornelia fue suegra de otro Escipión que desposó a su hija, y fue madre de los Gracos, dos hermanos destinados a pasar a la historia de la Roma republicana como héroes y mártires.

El panorama social de la urbe en aquel tiempo, no podía ser más desolador. La esclavitud, que constituía la principal riqueza de Roma, fue también y de forma paradójica, la causa de su ruina. El trigo y otros productos agrícolas llegaban por toneladas desde Sicilia, Hispania, Cerdeña y África, y se vendía a precios irrisorios. Los campesinos modestos, no pudiendo competir en el mercado, malvendían sus tierras de labor a los grandes latifundistas, patricios que cada vez se enriquecían más. Tampoco los hijos de la plebe podían ganarse la vida como obreros, pues la abundante mano de obra esclava salía completamente gratis a sus propietarios. El resultado fue una hambruna generalizada, caldo de cultivo para que creciera el descontento y se encendiera la chispa revolucionaria.


En 133 a.C. fue elegido tribuno Tiberio Sempronio Graco, hijo mayor de Cornelia, que heredó el mismo nombre de su padre. Era al decir de todos, un idealista que se había educado según sus enemigos, en las ideas radicales de su madre y de los intelectuales que frecuentaban sus salones, y bajo la batuta de su preceptor, Blosio, un filósofo griego que le había llenado la cabeza de ideas peligrosas.

Nada más ser elegido, Tiberio propuso a la Asamblea una ambiciosa reforma agraria redistributiva, y un itinerario político que oponer a la esclavitud, al urbanismo especulativo y al militarismo imperante. Como puede apreciarse, un programa que podría firmar hoy en día cualquier partido progresista. Además, y para subrayar la habilidad política del joven Tiberio, todas esas medidas podían realizarse sin apartarse un milímetro de la normativa vigente en aquel tiempo, las Leyes Licinias, que habían sido aprobadas doscientos años antes, y eran, salvando las distancias, lo más aproximado a lo que llamaríamos modernamente una constitución.


Sin embargo, y como era previsible, el Senado dominado por los patricios y las élites económicas, declaró ilegales las propuestas. Persuadieron a Octavio, el otro tribuno, a oponer su veto a las reformas del joven Graco. Se enfrentaron dos bandos, la Asamblea que apoyaba a Tiberio, y el Senado que se le oponía. Abandonado por sus amigos, los izquierdistas de salón que antes le habían jaleado, Tiberio buscó el amparo de la plebe, radicalizando todavía más su discurso. La cosa acabó francamente mal. Se presentó en el foro, e irrumpió allí un grupo de senadores blandiendo garrotes. Los encabezaba Escipión Násica que era además, uno de sus parientes cercanos. Lo asesinaron a garrotazos y su cadáver fue arrojado al Tíber.

Nueve años más tarde, su hermano, Cayo Sempronio Graco, fue elegido también tribuno. Le precedía una fama más acorde con los intereses conservadores. Había luchado en Numancia y al parecer, era un formidable orador. Cayo obró con gran inteligencia. A base de moderación y de trabajarse con esfuerzo diferentes apoyos políticos, consiguió aprobar y en buena medida poner en práctica, muchas de las reformas defendidas por su difunto hermano. Creó nuevas colonias agrícolas en la Italia meridional, se ganó el favor de los soldados equipándolos a costa del Estado y fijó un precio político para el trigo. Después, espoleado por el éxito, se atrevió a llegar más lejos. Propuso agregar a los trescientos miembros del Senado, otros trescientos provenientes de la Asamblea, y extender la ciudadanía romana a todos los hombres libres del Lacio y de la mayor parte de la península itálica.


Aquella fue la gota que colmó la paciencia de sus enemigos. Tras dos años de diferentes intrigas políticas y enfrentamientos armados, Cayo Sempronio Graco, para evitar que sus asesinos le dieran alcance, cruzó el Tíber a nado y en la otra orilla ordenó a uno de sus sirvientes que le diera muerte. Unos meses antes habían asesinado a Escipión Emiliano, su cuñado y marido de su hermana.

Cornelia la Africana, la madre de los Gracos, se quedó sin sus dos hijos. El Senado le prohibió vestir de luto.

De esta forma abyecta concluyó el que probablemente fue el primer o al menos el más importante intento de democratización de la historia antigua. El profe Bigotini, gran admirador de los Gracos, alguna vez se viste la toga y recita con solemnidad las palabras de un discurso de Tiberio Graco: nuestros generales nos incitan a combatir por los templos y las tumbas de vuestros antepasados. Ocioso y vano llamamiento. Vosotros no tenéis altares paternos. Vosotros no tenéis tumbas ancestrales. Vosotros no tenéis nada. Combatís y morís sólo para procurar lujo y riqueza a quienes os explotan.

La única lucha que se pierde es la que se abandona. Ernesto Che Guevara.


martes, 25 de enero de 2022

VICENTE ESPINEL, POETA MÚSICO Y PÍCARO

 


En 1550 y en la malagueña ciudad de Ronda, vino al mundo Vicente Espinel. Estudió en Ronda las primeras letras y música. Siendo ya mozo, se fue a continuar su formación en Salamanca. Contó que allí se mantuvo dando clases de canto, antes dadas que pagadas, lo que le empujó a ser uno de esos estudiantes pícaros y capigorristas que protagonizaron las novelas de su tiempo. Regresó a su tierra rondeña caminando a la apostólica. Allí le concedieron una capellanía con la que pudo sustentarse. Otra vez en Salamanca, y ya con más medios,  frecuentó a poetas e intelectuales del momento, como Pedro Liñán de Riaza, Luis de Góngora o los hermanos Argensola, con quienes vivió en Zaragoza durante algún tiempo.

Durante algunos años fue soldado, fue también escudero del conde de Lemos, y en Sevilla, protegido por el marqués de Algaba, llevó una vida disipada al margen de la ley, frecuentando figones y lupanares, y tocando la guitarra en las tabernas. A esa etapa pertenece su obra Sátira de las damas de Sevilla. Huyendo de la justicia y por intercesión del marqués de Denia que había compartido con él correrías, marchó a Italia donde sirvió al duque de Medina Sidonia recién nombrado gobernador de Milán. A sus órdenes combatió en Argel, fue apresado por corsarios berberiscos y rescatado por los genoveses, aportó a Génova en 1573. Se alistó en el tercio de Alejandro Farnesio y participó en el sitio y rendición de Mastrique en Flandes.

Pasó después a Milán y a Roma sucesivamente. Al saber de la muerte de sus padres, regresó a España. En Ronda, Málaga y Granada, amonestado por amigos y parientes, retomó sus estudios, compuso diferentes poemas y canciones de arrepentimiento, se graduó de bachiller y tomó los hábitos sagrados, se ordenó sacerdote y cantó misa en Málaga obteniendo allí un beneficio en 1589.

Marchó a Madrid dos años más tarde. Publicó en Madrid sus Rimas, muy alabadas por Alonso de Ercilla, entonces toda una autoridad en poesía, lo que le granjeó un gran prestigio como poeta. Al poco tiempo de residir en la corte, fue privado de su beneficio eclesiástico por reincidir en su conducta y su vida desarreglada, pero encontró empleo como maestro de artes en Alcalá y obtuvo una capellanía, de manera que con ella y la música no le faltó sostén hasta el día de su muerte. Fue un músico respetado al que algunos atribuyen la incorporación de la quinta cuerda a la vihuela, y un poeta admirado que recibió elogios de Cervantes, Lope o Quevedo, entre otros. También se le atribuye la paternidad de un novedoso metro poético, una décima compuesta por dos quintillas que en su honor muchos han llamado espinela. Falleció en Madrid en 1624, siendo enterrado en la bóveda de la parroquia de San Andrés, de la que fue capellán.

Su obra poética se halla diseminada en decenas de libros en los que participó invitado por sus autores, aportando a ellos censuras, término que se usaba entonces para referirse a prólogos y colaboraciones varias. En su faceta de humanista, tradujo y comentó varias obras clásicas, pero su obra fundamental o al menos la que ha llegado hasta nosotros con más pujanza es Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón, una novela picaresca en gran parte autobiográfica, que merece figurar entre las mejores de este género tan genuinamente español y tan representativo de nuestro siglo de oro literario. Es el texto que hoy nuestra biblioteca Bigotini pone a disposición de sus amables lectores. La versión digital está tomada de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Haced clic sobre el enlace, y descubra quien no la conozca una de las cumbres literarias del barroco en lengua española. 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=RELACIONES+DE+LA+VIDA+DEL+ESCUDERO+MARCOS+DE+OBREG%C3%93N.pdf 

Señora, dije yo, advierta vuesa merced que cuando la llamé gentil no quise decir que no era cristiana, sino que tenía muy gentil talle y cuerpo. Vicente Espinel. Marcos de Obregón.



sábado, 22 de enero de 2022

COLESTEROL. PESADILLA DESPUÉS DE NAVIDAD

 


El aumento de depósitos grasos en las arterias es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Pasados estos días de Navidad y Fin de Año en los que la trasgresión y el exceso han sido la norma, conviene incluir entre los buenos propósitos que siempre hacemos para el año nuevo, la vuelta a una dieta equilibrada y saludable.

Los valores límite recomendables de lípidos en sangre se sitúan en unos 200 mg/dl para el colesterol total, y unos 160 mg/dl para el colesterol-LDL (el temido “colesterol malo”). El colesterol-HDL o “colesterol bueno” debería estar por encima de 40 mg/dl, mientras que el nivel de triglicéridos conviene que no rebase los 150 mg/dl. En enfermos crónicos, diabéticos, o personas con antecedentes de enfermedad cardiovascular, se aconseja que el colesterol-LDL no supere los 130 mg/dl.

La alimentación es, en este caso como en otros tantos, la clave de una salud adecuada. Los habitantes de los países del área mediterránea gozamos el privilegio de poseer una cultura gastronómica tan antigua como rica, si bien parece que en los últimos años estas fórmulas alimenticias que podríamos llamar tradicionales, están siendo sustituidas por perniciosas costumbres bárbaras nada recomendables. Volvamos pues a las esencias de nuestras cocinas regionales, que son las que más y mejor se adaptan a nuestra idiosincrasia y a nuestra herencia genética, y olvidémonos de dietas más propias de latitudes septentrionales. Por muy tentadores que resulten los lomos de salmón, las salchichas de dos palmos o los tarros de manteca consumida a cucharadas, hay que recordar que estos son alimentos apropiados para un pastor de renos de Laponia, pero convienen muy poco a un señor bajito de Alicante, al que lo que le sienta de maravilla es un arroz a banda o una ensaladita con buen aceite de oliva.

Desde luego, la alimentación es importante, pero también interesa controlar el resto de factores de riesgo cardiovascular: tabaco, hipertensión, obesidad, sedentarismo… Para empezar el año con buen pie y propósito de la enmienda, aquí tenéis unos consejos básicos siguiendo la guía semFYC.

Pierde peso.

Haz ejercicio. Simplemente caminar una hora diaria, reduce el riesgo.

Sigue una dieta equilibrada, y si necesitas perder peso, baja en calorías.

Consume diariamente frutas, verduras, hortalizas, cereales y legumbres.

Toma leche, yogures y quesos desnatados o semidesnatados. Evita mantequillas y margarinas. Consume quesos curados con moderación.

Consume alimentos proteicos con poca grasa. Conejo, pollo o pavo sin piel. Elimina la capa superior de grasa de los caldos cuando se enfríen. Evita los embutidos y las vísceras.

Limita los huevos (las yemas) a dos o tres por semana.

Come pescado al menos tres veces por semana, sobre todo pescados azules: sardinas, boquerones, anchoas, atún…

Cocina con aceite de oliva, evitando su reutilización si ha alcanzado temperaturas altas.

Son preferibles las preparaciones asadas, cocidas o calentadas al microondas, a los rebozados o las frituras.

Huye de la pastelería y la repostería.

Limita al máximo las grasas y las salsas. No mojes pan.

Rechaza los preparados y las conservas en cuyo etiquetado se indique que contienen grasas animales o bien grasas vegetales sin especificar (en estos casos suele tratarse de aceites de coco o palma, más peligrosos que las mismas grasas animales).

Desconfía de las etiquetas que anuncien el producto “sin colesterol”, sobre todo cuando la aclaración esté de más. Un zumo etiquetado “sin colesterol” probablemente contendrá grasas saturadas.

Evita los precocinados. No tomes patatas fritas envasadas.

Prescinde del alcohol o consúmelo con mucha moderación. Nunca más de dos vasos de vino o cerveza al día.

Tira ese cigarrillo inmediatamente y no vuelvas a fumar jamás.

Para completar estos consejos, he aquí una tabla orientativa con los alimentos más recomendables y aquellos que conviene evitar:


*tomado de la guía semFYC

 

A partir de los 40 años es conveniente practicar un análisis periódico de los lípidos en sangre. Si el resultado es normal bastaría con repetirlo cada cinco años aproximadamente. Si existen alteraciones, y en dependencia de su alcance, el médico de atención primaria determinará la periodicidad de los controles.

En definitiva, cuídate, y que tus buenos propósitos no caigan en saco roto. Piensa que lo mejor de tu vida aun está por llegar.

Los vicios nos visitan como huéspedes, y se adueñan de la casa como amos”.  Confucio.


miércoles, 19 de enero de 2022

ANILLOS DE BORROMEO. HERÁLDICA Y CIENCIA

 


La de los Borromeo, una noble familia italiana del siglo XV en la que figuran generales, magistrados, cardenales y hasta un santo, San Carlos Borromeo, lucía en su escudo de armas tres anillos entrelazados de una forma muy peculiar. No se encuentran unidos dos a dos. Si cortamos cualquiera de ellos, los tres anillos se separan. Según muchos historiadores y especialistas en heráldica, esta antigua configuración de los anillos representaba a tres familias, los Visconti, los Sforza y los Borromeo, que por medio de matrimonios pactados, crearon una firme alianza política que afectó al devenir histórico del norte de Italia durante prácticamente un siglo. Con fecha de 1467 puede encontrarse idéntico símbolo en la iglesia florentina de San Pancracio. Incluso la antigüedad del símbolo podría llevarse más lejos si consideramos una configuración idéntica pero triangular, encontrada en uno de los pilares de la cama de una dama nórdica muerta en 834, y en muchos objetos votivos de los vikingos.


Se trata de un conjunto sencillo, pero muy intrigante, que no solo interesa a la semiología, sino muy especialmente a la ciencia. Tanto matemáticos como químicos se han visto atraídos por esta estructura. Los anillos aparecen por primera vez en un contexto matemático en 1876, en un artículo sobre nudos con la firma del físico y matemático escocés Peter Tait. Como cada uno de los tres anillos puede adoptar dos posiciones distintas en cada cruce, arriba o abajo, existen un total de sesenta y cuatro posibilidades de formación (26). Si se tienen en cuenta las simetrías, el número de formaciones geométricas diferentes queda reducido a diez.

No es posible construir un nudo de Borromeo auténtico a partir de anillos planos. Si intenta hacerse con alambres planos, es necesario retorcer o deformar el alambre. Los matemáticos Michael Freedman y Richard Skora demostraron en 1987 el teorema que establece que los anillos de Borromeo no pueden construirse con circunferencias planas.


Un grupo de químicos de UCLA creó en 2004 un compuesto con un nudo de Borromeo molecular de 2,5 nanómetros de diámetro que incluye seis iones metálicos. Actualmente los investigadores trabajan en fórmulas para utilizar estos nudos de Borromeo moleculares en campos tan diversos como los spintronics, una tecnología basada en el spin y la carga del electrón, o la farmacología médica, para unir firmemente moléculas terapéuticas que de otro modo sería imposible integrar. También los anillos de Borromeo parecen muy esperanzadores en el campo de la física de materiales. Del mismo modo que la especial disposición de las moléculas de agua es capaz de adoptar la forma sólida del hielo, la disposición molecular de anillos enlazados podría variar las propiedades de otras sustancias, consiguiendo nuevos materiales.

Vemos pues que paradójicamente, como ocurre en otras materias, algo muy antiguo puede contribuir al progreso y convertirse en un avance del futuro.

Los cómicos me caen bien. Me he pasado la vida haciéndome pasar por uno de ellos. Groucho Marx.


sábado, 15 de enero de 2022

MAURICE CUVILLIER. LA INGENUIDAD DEL CÓMIC INFANTIL

 


Nacido en Dormans, región del Marne, en 1897, Maurice Cuvillier fue uno de los iniciadores del cómic francés para niños.

Autor tanto de dibujos como de guiones, Cuvillier alimentó los sueños infantiles de varias generaciones. Sus esquemas narrativos fueron profundamente sencillos, y las series que creó se basaron en parecidos argumentos. Las más populares fueron Sylvain y Sylvette, una pareja de pequeños gnomos, hermanitos que habitaban el bosque y velaban por el bienestar de los animales, y su versión africana, las aventuras de Zimbo y Zimba, que a partir de 1938 aparecieron en las publicaciones con historietas muy similares. Los semanarios infantiles Coeurs vailiants y Ámes vailiants se nutrieron durante varias décadas del trabajo del artista. Ya a partir de 1940 aparecieron Perlin y Pimpin, dos simpáticos enanitos que reproducían idéntico esquema de parejas de protagonistas.

Maurice Cuvillier fue también conocido del público español en los años veinte y treinta por sus numerosas colaboraciones en el popular semanario barcelonés TBO. El dibujante ha sido durante décadas fuente de inspiración para muchos artistas especializados en los tebeos para niños, tanto en el área francófona, como en el resto de Europa. Falleció en 1957. Os dejamos aquí una selección representativa de sus páginas y viñetas.

 


















miércoles, 12 de enero de 2022

YVONNE DE CARLO. BELLEZA A PRUEBA DE MONSTRUOS

 



Quienes tenemos suficiente edad no podemos dejar de recordar a la inolvidable Lilly Monster, esposa del gigantón German en la desternillante serie Los Monster, una de las mejores comedias de la historia de la televisión. Detrás de aquella espesa capa de maquillaje estaba Yvonne de Carlo, una de las actrices más hermosas que se han puesto delante de una cámara. La prueba estaba en que ni siquiera esa caracterización lograba ocultar su enorme belleza.

Era una canadiense que comenzó como bailarina en locales de mala nota. Descubierta por un cazatalentos de la Paramount, se instaló en el Hollywood de los cuarenta. Fichó más tarde por la Universal, y finalmente por la Fox, sabiendo lucir siempre espléndida del primer al último fotograma en que apareció. Pero no se limitó a eso. Yvonne de Carlo demostró que también sabía actuar en filmes como El abrazo de la muerte, en el que compartió cartel con Burt Lancaster, o como La esclava libre, película de Raoul Walsh del 57 en la que llegó a eclipsar a todo un divo como Clark Gable.

Para recordar su belleza y la intensa luz que iluminaba su mirada, aquí os dejamos un breve video que rinde tributo a la estrella en música e imágenes. Clic en el enlace y que os aproveche.

https://www.youtube.com/watch?v=g7qXMDAkyVc

Próxima entrega: Victor Mature

 


sábado, 8 de enero de 2022

DESCENDENCIA DE ABRAHAM. EL PADRE DE LAS NACIONES

 


Ya hemos visto en anteriores artículos la importancia de Abraham en los mitos hebreos. Aunque el Génesis bíblico se ciñe a lo estrictamente canónico, existen numerosas fuentes midrásicas y de la tradición judía que proporcionan noticias acerca del patriarca y de su numerosa descendencia. Es sabido que cuando ya en una edad avanzada, no tenía hijos, Dios prometió a Abraham (entonces llamado todavía Abram), que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas del cielo o las arenas del desierto.

Cronológicamente su primer hijo fue Ismael, habido con Agar, una esclava que su esposa Saray (más tarde Sara) introdujo en su lecho. De Ismael proceden los ismaelitas, es decir, los árabes que también algunos autores llaman agarenos por Agar.

Isaac fue el segundo hijo de Abraham, pero primero en importancia y heredero, puesto que lo tuvo con Sara, su esposa legítima, y a él correspondería la primogenitura.

La mitología hebrea cuenta que tras la muerte de Sara, Abraham a pesar de haber alcanzado la venerable edad de ciento treinta y siete años, aún conservaba la fuerza y el vigor de la juventud. Hasta tal punto tenía aspecto juvenil, que rogó a Dios que le distinguiera de su hijo Isaac, con quien le confundían a menudo. Dios coronó a Abraham con cabellos blancos como la lana de un corderillo, iguales a los suyos. El subrayado pertenece al mito, pero lo marcado en negrita es de quien escribe estas líneas, pues resulta chocante que el Dios de los hebreos, a quien ni siquiera podía nombrarse y por supuesto, carente de cualquier representación en figura o imagen, proporcionara él mismo una pista tan clara sobre su persona como reconocer que peinaba canas, algo que confiere validez a varias representaciones cristianas como la que plasmó Miguel Ángel en la Capella Sistina.



Tras adquirir su nuevo aspecto venerable, el viudo Abraham se casó con Queturá. Algún intérprete de las Escrituras considera que el de Queturá es otro nombre de Agar, pero no parece verosímil puesto que Agar e Ismael habían sido desterrados hacía tiempo. Además todo señala a Queturá como descendiente de Jafet, lo que completa el ciclo de descendientes de Abraham.

Veamos. Los hijos de Noé de quienes se quieren hacer descender las razas humanas bíblicas, fueron tres: Sem, Cam y Jafet. Isaac era el legítimo y genuino semita, hijo de Abraham y Sara; Ismael era el hijo de Agar, perteneciente a la estirpe de Cam. Faltaba una descendiente de Jafet, y esa fue por supuesto, Queturá, tal como lo atestiguan los nombres de algunos de sus hijos que recoge la tradición: Zimrán, Yoqsan, Medán, Madián, Yisbaq, Suaj…

Los diferentes descendientes de las tres madres dibujan la paleta de todas las naciones conocidas por los judíos de la época en que se escribieron tanto los libros de la Biblia oficialmente reconocidos, como el resto de las tradiciones y relatos apócrifos. Las lagunas se completan con descendientes de Lot, sobrino de Abraham, y de algún otro pariente.



Un detalle curioso es que Jacob, después llamado Israel, el hijo de Isaac y por tanto nieto de Abraham, tuvo doce hijos como todo el mundo sabe, que corresponden a las célebres doce tribus. Pues bien, a Ismael se atribuyen otros doce hijos, y otros tantos se dice que tuvo Abraham de Queturá.

A tan machacona insistencia en el número doce, quizá no hay que atribuir más trascendencia que la simple tradición cultural de la región. Ya desde los primeros testimonios escritos en Mesopotamia a comienzos del Neolítico histórico, se documenta una base sexagesimal en la numeración. Así el sesenta se forma con cinco docenas (los cinco dedos de una mano) o con diez medias docenas (los dedos de las dos manos). Se trata de un sistema práctico que funcionó en las primeras sociedades agrícolas. Por cierto, al sistema sexagesimal debemos la división actual del tiempo. Días de veinticuatro horas (dos docenas), horas de sesenta minutos y minutos de sesenta segundos, son todavía parte de la herencia que conservamos de aquella primitiva cultura.

Algunos dicen que Abraham confió a los hijos de Queturá los nombres secretos de los demonios. B. Sanhedrin 91a; Zohar Gen. 133b, 223a-b.


miércoles, 5 de enero de 2022

COLETTE O LA MUJER LIBRE

 


Sidonie-Gabrielle Colette era el nombre completo de la que se hizo llamar simplemente Colette. Nacida en 1873, fue hija de un militar, el capitán Jules Colette, y de Sidonie Landoy, de quien heredó el apelativo familiar de Sidó. Sus padres eran lo que en la época se llamaba librepensadores. Dieron a Colette una educación liberal y laica, y siendo apenas una adolescente conoció a Henry Gauthier-Villars, conocido como Willy, un presunto escritor y célebre libertino, con quien Colette se casó a los veinte años. Él tenía casi cuarenta.

Animada por Willy comenzó a escribir, convirtiéndose en “colaboradora” suya, como llamaba a varios jóvenes de ambos sexos que escribían para que él publicara las obras sin el menor pudor. Eran generalmente novelas cargadas de erotismo que se hicieron muy populares, y que aquel explotador del talento ajeno se limitaba a firmar.

A esta condición de “negra” literaria añadió Colette la de esposa escarnecida o más bien consentidora de toda clase de infidelidades. Poco a poco fue liberándose de la tutela de Willy. Tuvo varias parejas de ambos sexos y encauzó sus inquietudes artísticas en los teatros de vodevil. Su recién adquirida condición de estrella del cabaret le permitió vivir su sexualidad con entera libertad. Tras el divorcio retomó su actividad literaria, produciendo novelas y relatos que vindicaban los derechos de la carne sobre el espíritu y los de la mujer sobre el hombre, lo que se convirtió en el principal eje argumental de su trabajo literario. Fue amante de mujeres espléndidas como la millonaria americana Natalie Clifford Barney, la marquesa de Morny o Marguerite Moreno. En sus amantes masculinos buscó la estatura intelectual, como en los casos de Jean Cocteau, Paul Valéry o el compositor Maurice Ravel, con el que colaboró en algún espectáculo de danza exótica.



Se casó de nuevo en 1911 con Henry de Jouvenet, un periodista de prestigio que se divorció de ella trece años más tarde cuando descubrió que Colette se acostaba con su hijastro de diecisiete.

A partir de 1933 se ocupó de la crítica literaria en el diario Le Journal. A la vez vivió su etapa más intensa en cuanto a producción tanto de novelas como de relatos. Se forjó entonces una reputación prestigiosa en la literatura francesa. Viajaba regularmente a Berlín, Nueva York, Madrid o Montecarlo, se mudó a un lujoso apartamento cercano al Palais-Royal y pasaba los veranos en Saint-Tropez. Fue amante por entonces del barón de Rothschild, y en 1935 se casó por tercera y última vez con Maurice Goudeket, un periodista judío al que había conocido en su juventud.

Goudeket fue detenido por la Gestapo, y pasó la ocupación en un campo de prisioneros, sin que Colette, a pesar de sus muchos esfuerzos, lograra liberarlo. Tras la liberación, Maurice sería su enfermero, ayudándole a soportar la terrible artritis que la postró en una silla de ruedas hasta su fallecimiento en 1954. Dejó a su muerte una fabulosa biblioteca especializada en ciencias naturales y divulgación científica, sin parangón en Francia.

A pesar de su escandalosa vida, Colette obtuvo el reconocimiento que mereció su talento. Fue elegida miembro de la Academia Goncourt y la República la honró con unos funerales de estado, siendo la única escritora francesa a quien se ha dispensado ese honor.


En cuanto a su obra literaria, diremos que es fiel reflejo del talento y de la trayectoria vital de su autora. Sus principales señas de identidad son el erotismo, la afirmación de los derechos de la mujer y un agudo sentido del humor, aunque quizá un tanto amargo. De sus años juveniles destacan Claudine (1903), La ingenua libertina (1909) y La vagabunda (1910). La casa de Claudine (1922) y Lo puro y lo impuro (1932) pueden considerarse ya obras de madurez, y de su última etapa cabe destacar Habitación de hotel (1940), Desnudez (1943) o Gigí (1944) que fue llevada al cine bajo la dirección de Vincente Minnelli, completamente expurgada y libre de cualquier sombra de malicia que pudiera haber molestado a la censura.

Biblioteca Bigotini os pone hoy al alcance de un clic (hacedlo sobre el enlace) la versión digital de La gata, obra de 1933 y perfecto exponente del estilo y el ritmo narrativo de su autora, Colette, por otro nombre Sidó, una de las mujeres más fuertes, libres y sensibles de la literatura y el pensamiento contemporáneos. Disfrutad su lectura. 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=La+gata.pdf

Soportaría gustosa una docena más de desengaños amorosos, si eso me ayudara a perder un par de kilos. Colette.