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jueves, 29 de septiembre de 2016

TARZÁN Y OTRAS EVASIONES. EL GÉNERO FANTÁSTICO



La primera serie del hombre mono que en los treinta protagonizó el inimitable Johnny Weissmuller, fue sin duda la más exitosa de lo que podría llamarse cine de evasión. Tampoco estuvo nada mal la saga de Flash Gordon con Buster Crabbe al frente. Esta última no llegó a España en su momento, de manera que los aficionados al género hemos tenido que verla en vídeos mucho tiempo después. Sinceramente, esas pelis de Flash Gordon no fueron gran cosa, sin embargo los carteles eran fabulosos, auténticas joyas de coleccionista.
Ahora bien, para película mítica y redonda, sin duda hay que quedarse con la primera King Kong de 1933. Vistos hoy en día, los efectos visuales son ingenuos y primitivos, pero no importa: está el gorila, está el Empire State, los aviones, la isla volcánica con sus negritos salvajes, y está sobre todo la chica impresionante posada sobre la palma de la mano del gigante con la ropa hecha jirones. Es una de esas imágenes que quedan grabadas a fuego en la imaginación de cualquier niño, ya sea pequeño o grande.
Pues si. El género fantástico, que se había inaugurado casi a la vez que el mismo invento del cine, con el Viaje a la luna de Meliés, tuvo en los treinta un auge sin precedentes. Hace poco publicamos una entrada sobre el puritano código Hays y su demoledora influencia en la industria de Hollywood. Hoy os ofrecemos (haced clic en la carátula) la mítica secuencia del desnudo de Maureen O'Sullivan en Tarzán y su compañera, segunda película de la serie, que se filmó en 1934. Los chicos españoles de los sesenta no pudimos verla porque naturalmente la censuraron. Disfrutadla ahora que podéis.

Próxima entrega: El cine de animación




lunes, 26 de septiembre de 2016

BRUJAS. COMO EN LOS CUENTOS DE HADAS


El tren de las 10:40 de Amberes a Brujas llega puntual como un reloj. Brujas es la ciudad medieval mejor conservada de Europa. La pequeña Venecia surcada de canales, ofrece al visitante los encantos de los viejos y florecientes burgos comerciales del medievo, cuna de las libertades civiles y quintaesencia de la ciudadanía libre, opuesta frontalmente al feudalismo y a los abusos de los nobles. Recorremos los canales, las zigzagueantes calles, y por supuesto, las confiterías y chocolaterías…
No termina de hacer el calor que uno espera el penúltimo día de julio. Las bellas compañeras de viaje del profe compran ropa en alguna de las boutiques del centro. Volviendo a lo gastronómico (si es que alguna vez nos apartamos del tema), Brujas es la incuestionable capital belga de la buena mesa. Sobre todo los postres son verdaderamente excepcionales. A caballo entre la cocina tradicional y la nouvelle cuisinne, el KooKeet es un restaurante acogedor y fantástico, varias veces reconocido con las famosas estrellas de la no menos célebre guía. La ensalada templada de costillas con delicias del bosque, la fantasía de gambas o el delicioso chocolate a la cerveza, son pequeños grandes placeres que merece la pena permitirse de vez en cuando.


Nuestro hotelito de Brujas recuerda a las casas de muñecas. La habitación, un ático abuhardillado y cálido, decorado con una amplia profusión de mullidos cojines y labores de punto, resulta ideal para el descanso. En los desayunos predominan los lácteos en todas sus modalidades. Tampoco falta la esponjosa repostería, los chocolates o las infusiones. Son festines de tazones calientes y bollos crujientes. Sensacional para estos climas septentrionales y lluviosos. Llueve suavemente pero sin descanso, y la lluvia resbala en el alma de los viajeros como las emocionadas lágrimas de los bosques de los cuentos. Verdes bosques sumidos en el profundo sueño de las hadas y las pequeñas criaturas silvanas. Encontramos refugio en la vieja catedral gótica. Ante el atónito visitante se despliega el fantástico tríptico de Van Eyck. Más alimento espiritual.


¡Oh qué hermosa ciudad! No se trata sólo del clásico destino turístico con rincones pintorescos y coches de caballos. Por supuesto, también lo es, pero es mucho más que eso. Hemos agotado la pastilla de fotos de mayor capacidad. Sucumbimos (cómo no) a la dulce tentación de las pastelerías con sus escaparates abarrotados de delicias multicolores. El inevitable paseo náutico por los canales, completa una jornada entrañable. Besos, abrazos y luminosas sonrisas ¿Se puede pedir más? Quizá una cena espléndida.
Cenamos en The Hobbit, un restaurante ambientado en las obras de Tolkien, donde cocinan al estilo de la Comarca. Costillas de cerdo caramelizadas y parrillada, precedidas de suculentos aperitivos y regadas con rica cerveza belga. Todo estupendo.


En uno de estos prácticos trenes regionales, y en menos de una hora nos plantamos en Gante (ciudad imperial, oiga usté). En su centro histórico todo es grandioso, aunque carente del encanto burgués de Brujas. En Gante continuamos incansables la sesión fotográfica.
Tras alguna que otra vacilación con los tranvías de Gante (hemos tomado uno en sentido contrario), regresamos a nuestra base en Brujas. Decididamente da gusto viajar en los ferrocarriles belgas. Ya de vuelta hacemos algunas compras (quesos, chocolates…), cenamos junto a la vieja lonja de los mercaderes, y a la cama. El siguiente día será de los de viaje con maletas, y hay que descansar bien. Nos espera Bruselas. Ojalá que con los brazos abiertos.

Lo menos frecuente en la vida es vivir. Casi todo el mundo se limita a existir. Oscar Wilde.



viernes, 23 de septiembre de 2016

DIOS, EL ESTADO Y MIJAÍL BAKUNIN


Mijaíl Aleksándrovich Bakunin nació en Torzhok, Rusia, en mayo de 1815. Vástago de familia noble, se trasladó a Moscú a los 14 años, para formarse en la Academia de Artillería. Llegó a ser oficial de la Guardia imperial, pero en 1835, tras una disputa familiar, abandonó la milicia para estudiar filosofía. Interesado al principio en la lectura de Kant, Hegel y otros racionalistas, su pensamiento derivó hacia el socialismo. A partir de entonces, su devenir biográfico no pudo ser más novelesco. En Berlín y París tomó contacto con los incipientes movimientos revolucionarios, participando en 1848 en las violentas agitaciones que culminaron en la Insurrección de Dresde. En Alemania fue condenado a muerte, pena que se conmutó por la de cadena perpetua. Entregado a las autoridades rusas en 1851, Bakunin fue encarcelado en la fortaleza de San Pedro y San Pablo, y después desterrado a un campo de trabajo en Siberia. Escapó a Japón, desde donde viajó a San Francisco. A través de Panamá, llegó ilegalmente a Nueva York, donde tomó contacto con los movimientos obreros norteamericanos. Regresó a Europa en 1861, residiendo en diferentes países occidentales, principalmente Gran Bretaña y Suiza, donde falleció en 1876 cuando contaba 62 años.

Hasta aquí su agitada vida. En cuanto a su ideología, Mijaíl Bakunin puede considerarse el padre filosófico y político del Movimiento Anarquista. Manifestó abiertamente sus ideas libertarias ya en la Primera Internacional, granjeándose desde entonces la enemistad de Karl Marx y los marxistas, que le acusaron injustamente de ser un agente paneslavista pagado por Rusia. Renegó más tarde de su amistad con Serguéi Necháyev, partidario de una estrategia nihilista y violenta. Respaldado por sus seguidores escindidos del Movimiento Internacionalista, Bakunin enunció los cuatro principios del Anarquismo:
  • Supresión de los Estados nacionales.
  • Abolición de las clases sociales y los privilegios hereditarios.
  • Igualdad de sexos.
  • Organización de los obreros y los campesinos al margen de partidos.
Kropotkin y Proudhon pueden ser considerados, junto a Mijaíl Bakunin, los principales ideólogos de la filosofía libertaria a nivel internacional.


Durante los últimos años de su vida, y sobre todo después de su muerte, el pensamiento político de Bakunin arraigó en diversos países. Entre otros mencionaremos su Rusia natal, aunque tras el proceso revolucionario iniciado en 1917, el Anarquismo terminó siendo extirpado por las autoridades soviéticas. También hubo importantes movimientos anarquistas en Francia, Italia y Estados Unidos. Pero donde sin duda cobró mayor fuerza y gozó de mayor respaldo popular fue en España durante más de un cuarto de siglo.
En 1869 Bakunin había encargado al anarquista italiano Giuseppe Farinelli, la divulgación de sus ideas en España. Farinelli visitó Barcelona y Madrid, y estableció relación con Anselmo Lorenzo, que fundaría en 1910 la CNT. Esta organización anarcosindicalista, así como su rama política, la FAI (Federación Anarquista Ibérica) tuvieron un papel destacado en el movimiento obrero español, llegando a contar con decenas de miles de afiliados. Durante el periodo revolucionario 1936-39 coincidente con la contienda civil, los anarquistas españoles se organizaron en diferentes lugares, destacando la experiencia que Buenaventura Durruti y sus seguidores pusieron en marcha durante la campaña de Aragón.


Como modesto tributo a la figura política e intelectual de Bakunin, Biblioteca Bigotini pone a disposición de sus lectores el que es probablemente su escrito más representativo. Se trata del opúsculo Dios y el Estado, donde se contiene el germen de su ideología y su pensamiento político. Haced clic en la foto e impregnaros de las ideas libertarias de Mijaíl Aleksándrovich Bakunin, que nació ruso y, renegando de las nacionalidades, conquistó a pulso el título de ciudadano del mundo.

El hombre libre sólo debe obediencia a las Leyes Naturales. Mijaíl Bakunin.



lunes, 19 de septiembre de 2016

EL COTTON CLUB



fui su sparring durante un par de temporadas
Jamás debí poner un pie allí.
El Cotton Club era el más célebre local de jazz de Harlem y de toda la Gran Manzana. Me convenció el bueno de Jack Johnson. Jack había sido campeón de los pesados, el famoso gigante de Galveston. Yo fui su sparring durante un par de temporadas, cuando él no era más que un negrito tejano que aun no se afeitaba y soñaba con la gloria. Perdí el contacto con él cuando una legión de tipejos con acento siciliano y bultos en la chaqueta, se hicieron cargo de lo que ellos llamaron su carrera. Quince años después, aunque ya tenía barba cerrada y la mayor barriga de Harlem, Jack seguía siendo el mismo niño grande de siempre. Escasamente consciente de haber sido víctima de los sórdidos manejos de aquellos mafiosos, y quizá también un poco sonado, pasaba el tiempo malgastando sus ahorros y paseando en su cochazo a las zorritas que le sacaban la pasta. Jack, que había abierto el local, figuraba oficialmente como su gerente, pero todos sabían que el verdadero dueño del negocio era en realidad Owney Madden, un gangster que había hecho fortuna como contrabandista durante la Ley Seca.

paseando en su cochazo a las zorritas que le sacaban la pasta

parecía derramar polvo de estrellas
Madden cumplía condena en Sing Sing, pero tenía untado al alcaide, y vivía en la prisión como un príncipe. Desde allí dirigía el club y movía los hilos necesarios para seguir siendo el rey del wisky clandestino. Hasta celebraba en el presidio fiestas con sus chicas, las bailarinas y las strippers. El Cotton Club era uno de esos locales elegantes que se habían puesto de moda. El suelo estaba cubierto por auténticas alfombras persas de importación, confeccionadas en Portland por una pareja de húngaros.
El primer día que entré en el Cotton Club, Jack me dio uno de sus famosos abrazos de oso y me dijo: ven blanquito, voy a darte la mejor mesa. ¿Qué te parece la chabola, amigo? Es un local muy elegante, Jackie, le contesté, para mí será un honor que me echéis a la calle a patadas. Jack soltó una carcajada. De repente me quedé mudo y comenzaron a temblarme las piernas. Allí estaba ella. Era Bessie Parker, la chica de la que me enamoré siendo un mocoso de pantalón corto, y que no había podido apartar ni un sólo día de mi imaginación. Estaba espléndida enfundada en aquel vestido verde con lentejuelas, que parecía derramar polvo de estrellas a su paso. Aun seguía embobado cuando terminó su número y vino a sentarse a mi mesa. Sus manos se posaron sobre las mías como dos palomas blancas.

la recordé junto a mí en un cine de sesión continua
Tienes... el pelo rojo, acerté a balbucir. No es más que un tinte, cariño, dijo riendo. Si no te gusta, mañana mismo volveré a ser la chica rubia que conociste. ¡Oh, no, no es eso!, exclamé. Estás...estás preciosa Bessie... E hipnotizado por aquellos ojos del color de los almendros en el remoto atardecer de mi casi olvidada niñez, la recordé junto a mí en un cine de sesión continua. Mi mano furtiva sobre el respaldo de la butaca, buscando el primer contacto, y un instante después, nuestros labios temblando con la emoción del primer beso... Como si pudiera adivinar mis pensamientos, esquivó mi mirada. Luego la conversación adquirió un tono más prosaico. Ya se que eres un gran poli. Bueno, ya no lo soy, me defendí. Ella insistió: no seas tan modesto, cariño. Leí en los periódicos cómo atrapaste el año pasado al asesino de esa pobre chica de Montana, Nieves Nosecuántos. Morales, Nieves Morales... Bueno, después de todo no tuvo ningún mérito imaginar que llamándose así, el asesino fuera el tipo que conducía la máquina quitanieves, ¿no te parece?... Y Bessie me obsequió con una risa que le brotó del corazón como un torrente. Casi había olvidado tu risa. Es encantadora, le dije. Entonces, como si hubiera puesto el dedo en alguna escondida llaga, pretextó una excusa y se marchó después de hacerme prometer que volvería la noche siguiente.

se entregaba con una pasión sin límites
Después de aquella noche en el Cotton Club, hubo muchas otras noches. Hubo muchas otras risas y muchos otros besos. También hubo mucho sexo. Un sexo de una intensidad febril y desesperada, pero sin palabras. Sin preguntas ni respuestas. Lamentablemente, no era la misma Bessie que un día conocí. La hubiera querido solo para mí, pero cada vez que intentaba sacar el tema, ella lo rehuía. En la cama se entregaba con una pasión sin límites, pero su alma se me escapaba entre las manos como ese pez resbaladizo que en vano pretendes atrapar. ¡Hagamos planes para mañana, para la próxima semana!, proponía. Como aquella vez que... El pasado no existe, dijo con profunda amargura. Pero el pasado existía, y se interponía entre nosotros con la terquedad de una mula y la contundencia de la Gran Muralla China. Cada despedida era tan dolorosa como si nos arrancasen un miembro. Cada reencuentro era un estallido de felicidad. A menudo le mostraba mi descontento con aquella situación. Bessie, con fingida displicencia, me tentaba ofreciéndome otras chicas. Nancy y Lupe son mucho mejores que yo en la cama, mentía. Si quieres podemos organizar una fiesta de pijamas sin pijamas, ¿qué me dices, querido? Yo no contestaba y ella reía sin demasiada convicción.

podemos organizar una fiesta de pijamas sin pijamas

sus rodillas se doblaron y sólo entonces comprendí...
No quiero volver a verte, Bessie, le dije una vez. Se lo repetí muchas otras veces. Me apartaba de ella convencido de que lo mejor era que todo acabara entre nosotros. Resistía unos días, a veces unas semanas... pero sin poder evitarlo, regresaba siempre a sus brazos.
Una noche hubo un tiroteo en el Cotton Club. Al parecer los pistoleros de una banda rival tenían cuentas pendientes con Owney Madden, que ni siquiera estaba allí. En las calles de Harlem chirriaban a coro los grillos de las cálidas noches de verano. Podía haber sido una noche de sueño, pero lo fue de pesadilla. Sobre el escenario, Miles Davis arrancaba a su trompeta aquellas mágicas notas imposibles. Bessie pastoreaba entre bambalinas el familiar rebaño de coristas, bailarinas y Lolitas de alquiler. Yo mantenía tercamente la vista y el pensamiento sumergidos en la turbia profundidad de un bourbon con hielo. De pronto se abrieron las bocas del infierno. Todo duró apenas unos segundos. Media docena de ametralladoras comenzaron a escupir fuego. Las luces parpadeaban. Gritos, lamentos, mesas volcadas... Saqué mi pistola, pero los disparos habían cesado y los matones debían estar ya en la calle. No eran asunto mío. Bessie sí lo era. La busqué desesperadamente, y la hallé junto a la puerta verde que conducía a los camerinos. Ya pasó todo, traté de tranquilizarla, y la rodeé con mi brazo. No contestó. Sus rodillas se doblaron y sólo entonces comprendí que estaba herida.

allí de pie, contemplando su cadáver
Bessie Parker estaba muerta. Era en mis brazos liviana como una pluma. Estaba tan aturdido que ni siquiera temblé. Con la mayor suavidad de la que fui capaz, deposité su cuerpo exánime sobre un catre plegable de su camerino. Quise llorar pero no pude. Durante un tiempo interminable permanecí allí de pie, contemplando su cadáver, sus rizos rubios rozando el suelo, sus pechos blanquísimos, su piel transparente como la porcelana china. Sentí en el hombro la enorme manaza de Jack Johnson. Vámonos muchacho, me dijo, ya no puedes hacer nada por ella. Sus palabras se confundieron con las sirenas de la policía y de las ambulancias. Salimos al calor de la noche y Jack me ofreció un cigarrillo. Creía que ya no fumabas, le dije. Eso creía yo también, me contestó, y marchamos calle abajo camino de ninguna parte, mientras a nuestra espalda estallaba como un grito mudo, el clamoroso silencio de las noches sin luna y los días sin consuelo.

-Peláez, ¿ha llegado ya el informe de balística?
-Si jefe.
-¿Y qué dice?
-Dice que somos gilipollas. La víctima murió de un hachazo.


sábado, 17 de septiembre de 2016

IBN AL-NAFIS. UN PRECURSOR EN EL ISLAM


En anteriores entregas de nuestra serie protagonistas de la ciencia dedicadas a Miguel Servet y William Harvey (haced clic en sus nombres para enlazar), tratamos el descubrimiento de la circulación menor o pulmonar de la sangre, que se ha atribuido a ambos. Pues bien, el verdadero mérito lo tiene en realidad Ibn Al-Nafis, médico sirio nacido hacia 1210 en Damasco. Su nombre completo era Ala-as-din abu al-Hassan Ali ibn Abi-Hazm al-Qarshi al-Dimashqi, galimatías casi irreproducible para los occidentales. Además de estudiar medicina, Al-Nafis adquirió conocimientos de teología, jurisprudencia y literatura. Comenzó a ejercer como médico en su Damasco natal, para trasladarse después a Egipto, donde dirigió dos hospitales y fue nombrado médico personal del sultán.


Ibn Al-Nafis escribió un comentario a Avicena donde hacía diferentes observaciones sobre anatomía y fisiología. Fue en este texto donde, refutando la extendida opinión de Galeno, Al-Nafis describió, apoyándose en su propia experiencia, la circulación pulmonar que consigue la oxigenación de la sangre para volver a incorporarse al circuito arterial. Ahora bien, este escrito debió tener muy escasa difusión, perdiéndose su conocimiento al menos en Europa. Tuvieron que transcurrir casi ocho siglos hasta que en 1924, un médico y erudito egipcio rescató el manuscrito en una biblioteca universitaria de Berlín. Así que ni nuestro paisano Servet ni el inglés Harvey obraron de mala fe. Simplemente Servet fue el primero en dar a la imprenta la evidencia de lo que ya iban intuyendo muchos anatomistas del Renacimiento, y años después Harvey realizó una descripción detallada con sólidas bases fisiológicas de la circulación pulmonar.

No obstante, a Ibn Al-Nafis corresponde el mérito y la primicia del descubrimiento. Vaya el homenaje y el reconocimiento que desde este modesto foro hacemos a su memoria.

Perdona siempre a tu enemigo. No hay nada que le enfurezca más. Oscar Wilde.



martes, 13 de septiembre de 2016

VENUS PALEOLÍTICAS. EL ORIGEN DEL MUNDO


La historia de la especie humana abarca lo que los geólogos llaman la Era Cuaternaria, que corresponde aproximadamente a los últimos cuatro millones de años. Un periodo que aun siendo muy prolongado si lo comparamos con lo efímero de nuestra existencia individual, constituye apenas una minúscula fracción de la historia de nuestro planeta. Para la ciencia histórica, este periodo corresponde a la totalidad de la Prehistoria. Convencionalmente los historiadores dividen la cronología humana desde la aparición en el continente africano de los primeros homínidos, en cuatro edades sucesivas: el Paleolítico, que es la que tiene abrumadoramente mayor duración, abarcando desde los orígenes hasta hace sólo unos 10.000 años; el Neolítico, cuya cronología es variable según las diferentes zonas geográficas, y se caracteriza por la aparición de la agricultura, la ganadería y los primeros asentamientos poblacionales; la Protohistoria, que cuenta ya con la existencia de lo que entendemos como civilizaciones y el desarrollo de la metalurgia; y por último la Historia propiamente dicha, que suele datarse a partir de la invención de la escritura y aparición de los primeros documentos.


Durante la mayor parte del Paleolítico (los periodos inferior y medio), como ya hemos señalado en otros artículos, debido a que la población humana no consiguió alcanzar una masa crítica, un tamaño mínimo que permitiera la transmisión de conocimientos y en definitiva, el progreso, apenas podemos registrar cambios significativos. En el último periodo, el Paleolítico superior, los prehistoriadores distinguen clásicamente tres etapas caracterizadas por sus industrias de utensilios de piedra y otros materiales imperecederos: Auriñaciense, Solutrense y Magdaleniense. Las primeras manifestaciones artísticas ya sean mobiliarias o parietales, salvo alguna rara excepción, no se encuentran hasta el Paleolítico superior, sobre todo a partir del Solutrense. Es también a partir de ese periodo, cuando esos objetos y representaciones adquieren niveles de factura y calidades apreciables.


En cuanto a la imagen de la mujer, ya desde el Auriñacense encontramos algunas representaciones parietales de vulvas, reproducidas tan toscamente, que pueden prestarse a confusión con huellas de pezuñas en algunos casos o simples triángulos en otros. Es a partir del Solutrense, como apuntábamos, cuando aparecen ya representaciones femeninas inequívocas, de forma muy acusada en el arte mobiliario (relieves y tallas en piedras, astas o huesos). El gran prehistoriador Henri Delporte, dató y clasificó hasta 170 figuraciones femeninas en el continente europeo. De ellas 60 corresponden al grupo renano-danubiano, 41 al ruso, 29 al siberiano, 27 al pireneo-aquitano y 13 al itálico. La variedad de estilos es considerable, lo que resulta lógico al tratarse de objetos separados por decenas de miles de años. Sin embargo, en un amplio porcentaje de ellos se aprecia una marcada hipertrofia de rasgos sexuales como pechos, nalgas y vulvas. Muchas estatuillas presentan rasgos esteatopígicos parecidos a los ideales de belleza persistentes actualmente entre algunos pueblos primitivos como pigmeos y hotentotes.


Es evidente que los primeros balbuceos iconográficos de la humanidad, confirieron al sexo y a la fecundidad una magia positiva. La primitiva diosa madre, fecunda, educadora, que amamanta y alimenta, se confunde en el imaginario primitivo con la madre tierra. Sorprende que en el grupo pireneo-aquitano, que engloba las zonas astur-cantábrica, ibérica y el Sur de Francia, se contabilicen menos figuraciones femeninas que en otros grupos geográficos, cuando esta región hispano-francesa es acaso la más rica y exuberante en manifestaciones artísticas. El profesor Gómez-Tabanera apunta con gran acierto a este respecto, que acaso el arte franco-cantábrico, a todas luces más elaborado y sutil que el del resto de Europa, había ido ya un paso más allá en la simbología. Admitido esto, las numerosas representaciones de ciervas personificarían una deidad asimilable a la Artemisa del Mediterráneo protohistórico.

Lo anterior nos introduce en el terreno de lo religioso. Es evidente a todas luces en el ámbito mediterráneo y por extensión en la Europa meridional, el culto primitivo a una deidad femenina. Es la diosa madre de la fecundidad, pero también ella misma (o su hija en algún caso como parte de sí misma) es la doncella cazadora y guerrera. Es Isis, Démeter, Gea, Artemisa, Atenea... Es Perséfone, que muere cada invierno para renacer la primavera siguiente con el florecimiento de los pastos y el regreso de la caza para las primitivas sociedades cazadoras, o con la llegada de la cosecha nueva para las posteriores sociedades agrícolas. La venus paleolítica es Potnia Theron, la señora de los animales del mundo paleolítico euroasiático. Pero no olvidemos que Potnia Theron es también la señora de la muerte. De acuerdo con las tradiciones milenarias pre-indoeuropeas la diosa de la vida y de la muerte, la Gran Diosa Blanca (que a menudo tiene el rostro negro) es Mari, que estuvo presente después entre los pelasgos, y se rodeaba de serpientes, toros y otros símbolos fálicos en la Creta minóica.

Gustave Courbet. El origen del mundo

El cristianismo, que para hacerse popular incorporó en gran medida las tradiciones paganas preexistentes, nos presenta también una María (Mari) multiforme, que es madre y a la vez doncella. Es reina protectora, pero también se la invoca en la guerra. En Aragón es nada menos que capitana de la tropa. No es casual que en Portugal, España, Francia, Italia... no haya una sola, sino muchas Marías. La diosa virgen y madre totémica recibe un nombre diferente y posee unos atributos particulares en cada pueblo. En todos los casos ha sellado un pacto con los habitantes del lugar, con sus fieles que la cubren de flores cada primavera, como se hacía hace diez mil años. Quizá hace veinte mil. Como de forma lúcida expresó Gustave Courbet en su óleo El origen del mundo, que causó tanto escándalo en el XIX, todo comienza en la rosada vulva. Origen y destino. Alfa y omega. Así lo entendieron ya nuestros antepasados paleolíticos, y así ha sido siempre.

En el sexo, como en el bridge, si no tienes una buena pareja, más vale que tengas una buena mano. Mae West.



sábado, 10 de septiembre de 2016

EL CINE FAMILIAR Y LOS NIÑOS PRODIGIO




Básicamente un niño prodigio es alguien que sabe lo mismo de niño que de adulto. Lo de los niños prodigio no fue un nuevo fenómeno de los treinta y los cuarenta. Ya en la primera etapa muda, la pandilla de traviesos chiquillos callejeros había producido ríos de dólares. Y es que en Hollywood siempre está todo inventado. Cierto es que la aplicación estricta, y por algunas productoras incluso entusiasta, del nuevo código moral, trajo consigo el auge de películas familiares. Un cierto aire de mojigatería impregnó la industria cinematográfica.
Cada firma quería tener su propio niño encantador en plantilla. Algunos como Mickey Rooney o la misma Judy Garland prolongaron su etapa juvenil hasta edades casi provectas. Otros talentos, como los niños Cooper o Bartholomew, fueron mucho más efímeros. Pero en materia de niños prodigio, Shirley Temple se lleva la palma. No sólo actuaba, sino que cantaba y bailaba como una profesional. Una verdadera mina de oro, vamos. Según confesó ella misma años más tarde, dejó de creer en Santa Claus, cuando una vez que se sentó en sus rodillas, el vejete se quitó la barba postiza y le pidió un autógrafo. Y es que la pequeña Shirley arrasó literalmente.
Haced clic en su imagen para visionar una brevísima escena musical correspondiente a una de sus primeras películas. Los productores y directores también la adoraban, porque con ella ante las cámaras casi nunca debía repetirse una toma. Todo un prodigio.

Próxima entrega: Yo Tarzan



miércoles, 7 de septiembre de 2016

TEORÍA DE JUEGOS, SIMULACIÓN Y ESTRATEGIA


Los juegos de estrategia son conocidos desde la más remota antigüedad. Unos son sencillos como el juego de tres en raya, otros como el ajedrez, pueden complicarse extraordinariamente. Con un poco de práctica, y siempre que se defina una buena estrategia, es imposible perder en el tres en raya. Suponiendo que ninguno de los contendientes cometa un error, el juego podría prolongarse indefinidamente. La teoría de juegos se define como el estudio matemático de las diferentes estrategias en los diversos juegos. ¿Cuál es la mejor estrategia para ganar el célebre juego infantil de piedra, papel o tijera. Si decidimos apostar por piedra con una frecuencia superior a las otras dos opciones, nuestro oponente puede detectarlo y elegir con mayor frecuencia la opción papel. A no ser que seamos capaces de descubrir una pauta en las elecciones del adversario, la mejor estrategia a largo plazo, al menos la menos mala, será elegir cualquiera de las opciones al azar. Adoptando esta estrategia aleatoria, ganaremos, empataremos o perderemos con la misma probabilidad.


Lo anteriormente descrito es lo que suele denominarse equilibrio. John von Neumann y John Nash, acaso los más importantes expertos en teoría de juegos, demostraron en su momento que en una amplia variedad de juegos de estrategia, la mejor que puede adoptarse a largo plazo es aquella que garantice el equilibrio.
En el terreno filosófico, el célebre dilema del prisionero es el ejemplo más extendido de la aplicación práctica de la teoría de juegos a la resolución de problemas reales que se presentan continuamente en gran cantidad de ámbitos, desde la política o la economía (recuérdese la experiencia fracasada en 2015 del ex ministro griego Varufakis), a la biomecánica o la inteligencia artificial.


De manera que la teoría de juegos va mucho más allá de los simples juegos. Sin embargo, y sin abandonar el territorio lúdico, parece evidente que los juegos presentan todavía grandes retos. El canadiense Jonathan Schaeffer y sus colaboradores desarrollaron en 2007 una estrategia infalible para el juego de las damas. El programa de ordenador que diseñaron no pierde jamás. Otra cosa muy diferente es el ajedrez. Cierto que ya existen programas muy complejos que han demostrado ser capaces de derrotar a grandes campeones, pero lo que se dice una estrategia perfecta dista mucho aun de ser una realidad. La estrategia perfecta en ajedrez es todavía un sueño remoto. Ello se debe a la enorme cantidad de combinaciones posibles que pueden desarrollarse en una sola partida. ¿Cuál es esa cantidad de combinaciones? A los lectores habituales de nuestro blog, acostumbrados ya a otros muchos datos asombrosos, seguramente no les extrañará saber que un cálculo aproximado indica que la cantidad de movimientos posibles en una partida de ajedrez, supera al número de átomos existentes en el universo.

Si no tienes necesidad de jugar, mejor será que no juegues. Si tienes auténtica necesidad de jugar, no juegues por nada del mundo.



domingo, 4 de septiembre de 2016

JUAN DE ARGUIJO. BARROCO EN ESTADO PURO


Este poeta sevillano, nacido a la sombra de la Giralda en 1567, reúne en su obra y su persona las más genuinas esencias del Barroco literario español. Juan de Arguijo procedía de una familia noble y rica. Fue cortesano de Felipe III, y a su faceta poética añadió la de la música. Fue un notable vihuelista, y también se distinguió por su mecenazgo a diferentes artistas de su tiempo. Como puede verse, Arguijo fue hombre polifacético. Muy pronto adquirió merecida fama de pródigo, dilapidando la fortuna familiar en saraos y otras muy diversas disipaciones. Lo que se dice un bon vivant de su tiempo. Casi todos los datos que se poseen acerca de su biografía, provienen de un volumen, obra del poeta sevillano Antonio Ortiz Melgarejo, titulado Sales españolas o agudezas del ingenio nacional, que se publicó en 1902.


Juan de Arguijo solía firmar sus poemas con el sobrenombre de Arcicio. En lo literario, como casi todos sus colegas de la escuela sevillana, fue decidido partidario del clasicismo, que defendió con vehemencia contra el culteranismo imperante en la España poética de su tiempo, liderado por Góngora. Arguijo fue sobre todo un gran sonetista, predominando en sus versos los temas mitológicos, de los que puede considerarse un gran conocedor. Algunos de sus sonetos presentan una perfección métrica que puede calificarse de casi matemática. En su faceta de mecenas favoreció y ayudó a poetas de la talla de Rodrigo Caro y hasta del mismo Lope de Vega, que se alojaba en su casa y a su costa cada vez que visitaba Sevilla. Juan de Arguijo constituyó en el siglo XVIII, un modelo a seguir por parte de los iniciadores de la nueva corriente poética neoclasicista emergente.

Hoy en Biblioteca Bigotini presentamos la versión digital de sus Sonetos completos. Corresponden a la edición de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, fiel a la publicada en Sevilla en el XIX. Haced clic en la portada y disfrutad la pureza clasicista del más genuino Barroco, y la perfección de los versos de Juan de Arguijo.

¡Que le den el diez por ciento de mis cenizas a mi promotor artístico! Groucho Marx.