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miércoles, 29 de mayo de 2019

EL GRAN ESTALLIDO O LA TRAGEDIA DE LA SEMELPARIDAD


Por su frecuencia reproductiva, los biólogos distinguen dos grupos de organismos: semélparos e iteróparos. Los organismos semélparos se reproducen una sola vez o en un periodo reproductivo breve. Este tipo de reproducción se conoce también con el nombre de gran estallido.
Por el contrario, los seres vivos iteróparos, como la gran mayoría de vertebrados, e incluso nosotros mismos, nos reproducimos a lo largo de un periodo mucho más extendido. Algunos organismos durante toda su vida adulta, otros como es nuestro caso, a lo largo del llamado periodo fértil, que puede abarcar años y hasta decenios. Nuestra especie representa un caso extremo de iteroparidad, puesto que la edad fértil de las mujeres se extiende desde la menarquia a la menopausia, cerca de cuatro décadas, y la de los varones puede prolongarse prácticamente toda la vida. Además, a diferencia de la inmensa mayoría de los mamíferos, incluidos algunos primates parientes cercanos nuestros, en la especie humana los momentos fértiles no se limitan a unos periodos de celo o estro de las hembras, sino que tanto las cópulas como la fecundación pueden producirse en cualquier instante.


Sin embargo, y sin salir del reino animal, algunas especies de peces y, sobre todo, un gran número de invertebrados, han optado por la estrategia de la semelparidad, que en algún caso se convierte en una verdadera tragedia tal como enunciamos en el título, puesto que a la reproducción sigue la muerte del individuo de forma inevitable.
Es el caso de multitud de insectos, cuya vida transcurre en su mayor parte en fase larvaria, alcanzan la madurez orgánica que incluye también la sexual, buscan pareja del sexo opuesto para aparearse, y finalmente fallecen a las pocas horas de depositar su puesta, legado de descendencia a la posteridad. Ciertos insectos llegan al extremo de carecer en su forma adulta de boca y aparato digestivo. No lo necesitan. Sólo requieren alas, patas o ambas para desplazarse en busca de pareja, y aparato reproductor. Constituyen literalmente gónadas voladoras o corredoras, cuya única misión en el resto de su efímera vida es la reproducción.


Es bien conocido el caso de los salmones que anualmente remontan de forma trabajosa e infatigable los ríos donde nacieron como alevines, para alcanzar su cabecera, poner los huevos, fertilizarlos y morir a continuación. Como nos describe Peter Godfrey-Smith en su obra Otras mentes, las hembras de pulpo son también un caso extremo de semelparidad. Mueren después de una única gravidez. Una hembra de pulpo puede aparearse con varios machos, pero, cuando llega el momento de poner los huevos, se instala de forma permanente dentro de un cubil. Allí la hembra pondrá los huevos, los aventará y los cuidará mientras se desarrollan. Esta única puesta puede contener muchos miles de huevos. La incubación puede durar un mes o algo más en función de la especie y las condiciones ambientales (todo discurre más lentamente en aguas frías). Cuando los huevos hacen eclosión, las larvas se dejan arrastrar por el agua. Finalmente, la hembra muere.


Como puede verse, y como ya hemos comentado en otros artículos, se trata también de diferentes tipos de apuesta. Las diferentes especies han elegido ya desde sus remotos orígenes bien cantidad o bien calidad reproductiva. Estos organismos semélparos han apostado por la cantidad. Determinadas hembras de invertebrados son capaces de realizar puestas de miles e incluso de millones de descendientes. Semejante esfuerzo biológico concluye de forma inevitable con la muerte. En el polo opuesto, quienes apuestan por un número reducido de descendientes, optan por la calidad. Las madres mamíferas, muchas aves, reptiles e incluso algunos peces nidícolas, cuidarán de su reducida prole con esmero para asegurar a sus hijos el crecimiento y el futuro. Resulta obvio que ambas estrategias funcionan, puesto que han traído, nos han traído, hasta el presente a quienes formamos parte de unas y otras especies. Una vez más, amigos, el mundo del sexo y la reproducción sigue asombrándonos.

Los sordomudos regalan a sus novias braguitas transparentes…
…lo hacen para poder leer los labios.




domingo, 26 de mayo de 2019

POLARIDAD, DIPOLOS, MONOPOLOS Y PLATILLOS VOLANTES



En una entrada que hace poco dedicamos al signo de la carga eléctrica, os expliqué que lo de los polos positivo y negativo obedecía simplemente a una convención. Pues bien, Michio Kaku en su libro La física de lo imposible, cuya lectura recomiendo vivamente, se detiene en el concepto de bipolaridad electromagnética en contraposición a la monopolaridad. Utiliza para ello el siguiente ejemplo, que me vais a permitir seguir casi al pie de la letra:

En todos los avistamientos de ovnis, así como en las películas de ciencia ficción clásicas, los platillos volantes suelen cumplir una serie de características principales:

1.          No emiten el menor sonido y zigzaguean en el espacio, realizando movimientos, aceleraciones y frenadas imposibles para cualquier ingenio humano conocido.
2.          Son capaces de detener los motores de los automóviles o de dejar sin fluido eléctrico a poblaciones enteras.
3.          Se ciernen en el aire, como si carecieran de peso, ajenos por completo a la gravedad terrestre y a las demás leyes de la física.

Analizando todos estos factores, Kaku concluye que para realizar tales proezas, las naves extraterrestres deben estar alimentadas por una energía magnética de un tipo muy especial. Precisamente del tipo de magnetismo que no emplea dipolos, sino monopolos.
Como sabéis, todos los imanes y todos los campos magnéticos que el electromagnetismo convencional conoce y estudia tienen dos polos (norte y sur). La misma Tierra, nuestro planeta es un dipolo, y si partimos cualquier imán en dos, al momento obtendremos dos imanes perfectos con su correspondiente dipolo (norte y sur). Aunque dedicáramos todo nuestro tiempo y nuestro esfuerzo a trocear sistemáticamente todos los imanes del mundo, el resultado siempre sería el mismo: obtendríamos dipolos hasta el mismo nivel atómico, puesto que los átomos son también dipolos en si mismos. Así sucede tanto en la naturaleza como en el laboratorio.


Paul Dirac
¿Dónde están pues esos míticos monopolos? ¿Existen realmente? Tanto la física teórica como las matemáticas que la sustentan (recordad una vez más que las matemáticas nunca mienten) nos aseguran que si, que los monopolos existen. Fueron sugeridos por primera vez por el gran Paul Dirac en 1931, y satisfacen por completo las ecuaciones de Maxwell. Si nos atenemos a los instantes inmediatamente posteriores a la gran explosión que dio origen al universo, debió producirse necesariamente una cantidad cósmica de monopolos magnéticos. De hecho la teoría del universo inflacionario se basa en la existencia y abundancia de los monopolos.

La conclusión es que los monopolos deben encontrarse en regiones remotas del universo, quizá formando parte de supernovas o en la proximidad regional de los agujeros negros, acaso como el que parece ocupar el centro de nuestra propia galaxia. Tal vez de alguna manera los extraterrestres, supuestamente poseedores de una civilización superior y ultratecnificada, han hallado la fórmula para obtenerlos y utilizarlos.
Mientras no tengamos más indicios de ello, os aconsejo que penséis en los monopolos y en todas las maravillas que podríamos hacer con ellos. Desde hacer flotar sin el menor esfuerzo objetos enormes y pesados, hasta viajar por el espacio aprovechando las corrientes magnéticas, como acaso están haciendo ya algunos seres inteligentes que nos visitan de vez en cuando. ¿Qué diantres habrán visto en nosotros?


Puede que estemos completamente solos en el universo o puede que no lo estemos. Ambas alternativas son aterradoras. Arthur C. Clarke.


miércoles, 22 de mayo de 2019

KARL ARNOLD Y SU MORDAZ EXPRESIONISMO



Nacido en Neustadt bei Coburg en 1883, Karl Arnold es uno de los principales exponentes de la ilustración cómica alemana de entreguerras. Hijo de familia acomodada, Arnold comenzó a dibujar muy joven para diferentes publicaciones como Jugend, Ullstein-Verlag o la gaceta satírica suiza Nebelspalter. A partir de 1918 inició su colaboración con la prestigiosa revista Simplicissimus, de la que llegaría a convertirse en uno de sus principales socios. Simplicissimus fue todo un referente de la sátira política en Alemania, numerosas veces secuestrada o prohibida por las autoridades.
En cuanto al trabajo de Arnold, sus dibujos inspirados en la corriente expresionista tan extendida en el mundo germánico, destilan acidez y mordacidad. De ideología conservadora, Arnold conectó con los lectores de clase media, criticando y poniendo en solfa tanto el comunismo como el nazismo, este último hasta donde le fue permitido por el régimen. Falleció en Múnich en 1953, y muchos de sus originales se conservan en la Biblioteca Nacional de Alemania.
En este recorrido bigotiniano por la Historia del cómic y la ilustración, recogemos algunos de sus trabajos que ejemplifican su estilo y su talento.
























domingo, 19 de mayo de 2019

GLORIA GRAHAME, MUJER FATAL




Resulta curioso que Gloria Grahame, que al parecer era una chica tímida y dulce en el plano personal, se especializara profesionalmente, o mejor dicho, la encasillaran en papeles de vampiresa, femme fatale, chica dura, en fin, la novia del gangster, a la que encarnó magistralmente en numerosas películas.

Una clase de mujer que no está exenta de ciertos riesgos. Gloria fue muchas veces tiroteada, alguna vez estrangulada, y se ha perdido la cuenta de las ocasiones en que fue golpeada o abofeteada. Es lo que tenían aquellos papeles. Resulta inolvidable su rostro desfigurado tras sufrir una horrible quemadura que le causó el personaje que interpretaba Lee Marvin en Los sobornados.

Sin duda habría sido una gran actriz madura de no haber fallecido tan prematuramente. Os dejamos (clic en el retrato) el enlace con un recuerdo fotográfico y musical de Gloria Grahame, una formidable actriz.


Próxima entrega: Glenn Ford



miércoles, 15 de mayo de 2019

BIZANCIO, LA SEGUNDA ROMA



Edificada, igual que Roma, sobre siete colinas, Constantino eligió el lugar de fundación de Bizancio por su situación estratégica, último bastión europeo frente al continente asiático. En el siglo VI, con su millón de habitantes (los mismos que había llegado a alcanzar Roma en su momento de máximo esplendor), Bizancio era la ciudad más populosa del mundo, seguida a gran distancia por Cartago en occidente y por Alejandría y Antioquía en oriente. La vida de la capital constantinopolitana giraba alrededor de tres polos: la corte, el hipódromo y la iglesia de Santa Sofía.

La corte era una especie de ciudad dentro de la ciudad, como en Moscú lo sería después el Kremlin. En el centro, rodeado de decenas de edificios ministeriales y suntuosas villas privadas, se alzaba el Palacio Sagrado, residencia del emperador. No muy lejos estaba el palacio de la emperatriz, el lugar más misterioso y de más difícil acceso de toda la metrópoli. Nadie podía atravesar sin permiso sus umbrales, vigilados día y noche por eunucos armados. El mismo emperador debía hacerse anunciar cuando se dirigía a visitar a su esposa. Con sus ostentosos vestíbulos y sus salones cubiertos de oro, mármoles y mosaicos, el Palacio Sagrado era el corazón de un Imperio al que la Providencia parecía haber concedido la eternidad. Para conferirle su carácter sacro, los emperadores habían reunido en él las más preciosas reliquias de la Cristiandad: el lignum crucis, la corona de espinas y los esqueletos de los santos y los mártires más de moda. Santa Elena había hecho trasladar allí el de san Daniel y el de León VI, los de Lázaro y María Magdalena. Nicéforo y Juan Tzimisces enriquecieron la colección con los cabellos de Juan el Bautista y las sandalias de Jesucristo. Bajo la columna de Constantino se exponían esas sandalias del pescador a la veneración de los fieles que afluían en gran número. Los panes del milagro (los peces no se conservaron porque aun no había frigoríficos). Innumerables porciones del prepucio de Cristo…


No todas esas reliquias serían auténticas, pero se consideraba sacrílego a quien expresara la menor duda al respecto. Se organizaron expediciones a Tierra Santa y a muchos otros lugares al objeto de obtener nuevos tesoros, huesos, jirones de piel seca, vísceras conservadas en aceite… Toda clase de inmundicias expuestas en valiosos relicarios.
Los gineceos del interior de la corte albergaban a miles de mujeres dedicadas no sólo al servicio de alcoba, sino a toda clase de labores, hilaturas y primorosos bordados de la seda que importaba de oriente el Estado en régimen de monopolio. Los mismos emperadores fueron en muchos casos comerciantes y hombres de negocios. Juan Vatatzes vendiendo pollos, consiguió ganar lo suficiente para comprar a la emperatriz una corona nueva.

El hipódromo, sustituto del foro de la antigua Roma, era el lugar donde se desarrollaban las carreras de carros. Allí también se preparaban las conjuras. De los graderíos, capaces de albergar hasta cuarenta mil espectadores, partía la chispa que podía desencadenar la revolución. Los homicidios, los raptos y las palizas estaban a la orden del día entre las dos facciones rivales, los verdes y los azules. La fuerza pública era impotente contra la afición. Lo era hasta el emperador que, para conservar el trono debía asegurar el normal desarrollo de los juegos y procurar no desairar de alguna manera a cualquiera de los dos partidos.


Santa Sofía era el tercer gran centro de atracción de Bizancio. Aunque en la capital había otras cuatrocientas iglesias, ninguna podía competir con Santa Sofía. Ideada por Justiniano y construida por el célebre arquitecto Antemio de Tralles, era la residencia oficial del patriarca y el más importante lugar de reunión y plegaria de la Cristiandad oriental. Charlatanes, beatos y supersticiosos, a los griegos les entusiasmaban las discusiones religiosas abiertamente fomentadas por el clero secular. Capítulo aparte merecen los monjes y anacoretas. Gozar de su confianza constituía un privilegio. Alejo I, en sus campañas militares, solía alojar a uno de esos monjes en su tienda. Los ermitaños, cuanto más estrafalarios mejor, eran especialmente reverenciados. San Nicéforo convenció al emperador para que aboliera el impuesto sobre los santos óleos. San Daniel, que vivía encaramado a una columna en las afueras, recibía por orden de Teodosio II un paraguas cada vez que llovía. También gozó de gran fama san Teodoro Siceota por pasar la cuaresma encerrado en una jaula, y san Basilio el Menor por instruir a la emperatriz Elena sobre el modo de tener un hijo. En este caso se ignoran los detalles escabrosos.


Bizancio era en suma, una ciudad cosmopolita y desmesurada, un crisol de lenguas, razas y costumbres, una amalgama de griegos, ilirios, escitas, asiáticos y africanos, unidos por la ortodoxia religiosa y la lengua común. Eso sí, desgarrado por la infinidad de herejías que se prodigaron allí como en ningún otro lugar de la Cristiandad. Pero ese es ya otro tema. El profe Bigotini, poco dado a discusiones y sutilezas bizantinas, prefiere instruir a las mocitas sobre el modo de tener hijos a base de clases teórico-prácticas la mar de divertidas.

Viejo verde entablaría relación con chica ecologista.



domingo, 12 de mayo de 2019

ÍTALO CALVINO. DEL NEORREALISMO AL ESTRUCTURALISMO



Este italiano nacido en 1923 en Cuba, porque su padre ejercía en la isla como ingeniero agrónomo, fue uno de los más importantes escritores e intelectuales del siglo XX. Sus padres se trasladaron a San Remo cuando el pequeño Ítalo sólo tenía dos años. Ofrecieron a su hijo una educación laica y antifascista. El joven interrumpió sus estudios en la Universidad de Turín, al ser llamado al servicio militar en 1943 por la República Social Italiana. Desertó junto a su hermano menor, ingresando en las Brigadas Partisanas Garibaldi, mientras sus padres eran retenidos como rehenes. Afortunadamente el fin de la Guerra estaba próximo, e Ítalo pudo graduarse en letras.
Se afilió por entonces al Partido Comunista, y comenzó a trabajar para la mítica editorial Einaudi, donde entró en contacto con Elio Vittorini y Cesare Pavese.

En aquel ambiente de vanguardia cultural que lideró la editorial, Ítalo Calvino inició su carrera literaria, primero con narraciones de estética neorrealista, y más tarde con su personalísima literatura fantástica, plasmada en su trilogía Nuestros antepasados, de la que forman parte El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente. Al mismo tiempo se produjo su decepción política y el abandono del PCI, tras la invasión soviética de Hungría en 1956.


Viajó a Cuba en 1964. Conoció allí al Che Guevara y a la activista argentina Esther Singer, más conocida como Chichita, que se convirtió en su mujer. Ambos se trasladaron primero a Roma, y más tarde, en 1967, a París, donde Ítalo tomó contacto con el grupo Oulipo. Regresó a Roma en 1980, y falleció en 1985 víctima de un ictus.

En lo estrictamente literario, Calvino sufrió una evolución que desde el Neorrealismo, a través de su periodo fantástico, le llevó hasta un Estructuralismo muy próximo al mundo onírico de Borges. Un Borges italiano cautivado por la semiología.
Poeta, novelista, ensayista y sobre todo cuentista. Calvino fue infatigable escritor de narraciones breves. Entre sus novelas destacan, además de las ya citadas, Los jóvenes del Po, La jornada de un interventor electoral, El castillo de los destinos cruzados, Las ciudades invisibles y Palomar.
Hoy en biblioteca Bigotini os ofrecemos el enlace con la versión digital de El jardín encantado, un delicioso cuento que os acercará al mundo fabuloso del fabuloso Ítalo Calvino. Haced clic en la portadilla y recrearos con su lectura.

Usted escribe como hay animales que cavan guaridas. Ítalo Calvino.



jueves, 9 de mayo de 2019

QUIENES PUEDEN ELEGIR, ELIGEN EL SEXO


Así es. Existen organismos capaces de reproducirse de forma sexual o asexual. Pues bien, si tienen oportunidad de elegir, eligen la reproducción sexual, fórmula que, asegurando una mayor variabilidad genética, proporciona importantes ventajas a la supervivencia de la especie.
Tomemos el caso de Toxoplasma gondii. Se trata de un protozoo, un parásito emparentado con el Plasmodium que causa la malaria, y con otros organismos unicelulares. Toxoplasma o algún remoto antepasado suyo, debió de ser uno de los primeros seres vivos que descubrió la reproducción sexual. Ocurre que Toxoplasma no puede tener sexo siempre que le apetece. Su hospedador definitivo es el gato, bien el gato montés o nuestro más familiar gato doméstico. Y es en el intestino de los gatos donde únicamente Toxoplasma tiene oportunidad de adoptar la modalidad sexual de reproducción. Una vez que lo ha hecho, miles de nuevos toxoplasmas son expulsados en las heces de los felinos, quedando sobre el terreno. Allí son consumidos por diferentes animales, bien de forma accidental por herbívoros como vacas, ovejas o caballos, mientras pastan; o bien de forma intencionada por algunos coprófagos, consumidores habituales de heces, como gallinas, ratones, algunos pájaros e incluso cerdos.


En el interior de esos organismos (hospedadores intermedios), Toxoplasma se conforma con practicar la reproducción asexual, produciendo miles de descendientes completamente idénticos a su progenitor, por el simple procedimiento de la división celular o mitosis. Toxoplasma es un parásito muy cuidadoso que se asegura de que su huésped temporal sobreviva, no sufra daño alguno, y quede en disposición de ser cazado e ingerido por un gato. Naturalmente, los gatos no cazan vacas, pero sí palomas o ratones. Recordemos que Toxoplasma quiere llegar precisamente al intestino del gato, único lugar donde puede al fin tener sexo, lo que constituye su meta y máximo anhelo biológico.

El ser humano se convierte a menudo también en hospedador accidental, al consumir carne insuficientemente cocinada de los hospedadores intermedios, vacas, ovejas, cerdos, pollos… En nuestra especie la infestación por Toxoplasma apenas produce síntomas, todo lo más unas ligeras molestias que duran pocas horas y se confunden con una leve gripe o un catarro. Toxoplasma sólo representa un riesgo importante para embarazadas durante las primeras semanas de gestación, porque en ese periodo el feto todavía carece de los linfocitos T, que en los individuos adultos y los fetos ya maduros, protegen frente al parásito, y que por cierto, el propio Toxoplasma se encarga de estimular al objeto de mantener sano a su hospedador intermedio, mientras permanece enquistado en su organismo, con la esperanza (siempre la eterna y paciente esperanza) de que se lo zampe un gato, para poder correrse una juerga en sus intestinos.
Por eso se recomienda a las embarazadas que eviten el consumo de carnes poco hechas y determinados alimentos de riesgo como salchichas o hamburguesas.

Esta es la mayor aspiración de Toxoplasma, encontrar un cálido y confortable tracto digestivo de un gatito para dar rienda suelta a sus pasiones. El ciclo vital del parásito se conoce desde hace décadas. En nuestro país el profesor Rafael Gómez Lus, de quien tuve el privilegio de ser alumno en Zaragoza, lo estudió de manera exhaustiva, hasta el punto de convertirse en uno de los principales expertos en Toxoplasma gondii a nivel mundial. Ahora bien, ¿hasta dónde es capaz de llegar Toxoplasma para alcanzar su objetivo? La respuesta a esta pregunta se ha obtenido hace apenas unos pocos años, y verdaderamente ha dejado helados a quienes la descubrieron y a quienes nos hemos interesado por ella.


Toxoplasma es capaz de manipular literalmente a sus hospedadores intermedios para conseguir que sean cazados y devorados por un gato. En un estudio que se realizó sobre ratones, se comprobó que los que padecían infestación por el parásito se comportaban de forma mucho más temeraria que los que no la padecían. Los ratones “sanos” son prudentes y tímidos, abandonan sus refugios sólo el tiempo imprescindible y permanecen en continua alerta. Sin embargo, los ratones infestados exhiben conductas y comportamientos de riesgo, vagando sin rumbo durante más tiempo y arriesgándose a ser descubiertos y atrapados. Toxoplasma produce determinadas sustancias químicas que estimulan en el cerebro del ratón la producción de precursores de la dopamina y de otros productos responsables de convertir al ratón más tímido en una especie de aventurero inconsciente.

Pero lo más asombroso es que la cosa no para en los ratones. Se ha comprobado que en determinadas zonas residenciales de Estados Unidos, donde abundan de manera especial los gatos domésticos, el porcentaje de accidentes de tráfico es significativamente mayor que el registrado en poblaciones y barrios donde la infestación por Toxoplasma entre los residentes es sensiblemente menor. Este dato ha sido incluso tenido en cuenta por algunas compañías de seguros del automóvil a la hora de fijar sus tarifas. ¿Qué, cómo se os queda el cuerpo? ¿Es capaz un bichito microscópico de manipular nuestra mente hasta el punto de influir en nuestro comportamiento? Contestaos vosotros mismos: es capaz. Y lo hace, por supuesto, para tener sexo, algo que si bien se mira, es una aspiración común a la mayor parte de los seres vivos que habitamos este bendito planeta.

-Anda Pepe, alcánzame una cosa que está encima de la grande, que la puse allí dentro de eso…
-¿El qué?
-Desde luego, Pepe, hijo, es que pareces tonto.



lunes, 6 de mayo de 2019

GRANDES AUSENTES: LOS OSOS GIGANTES DE LA EDAD DEL HIELO


Actualmente existen ocho especies de osos en el mundo. El de mayor tamaño de los vivos es el oso de Kodiak, también llamado oso gigante de Alaska, una subespecie del oso pardo americano o grizzly, cuyos machos superan en envergadura y peso incluso al corpulento oso polar. Pero no hace mucho tiempo en términos geológicos (apenas hace 10.000 años) existían varias especies todavía mayores. Se extinguieron porque no pudieron competir con el empuje colonizador de los cazadores de dos patas, unos monos desnudos que los exterminaron para comer su carne, vestir sus pieles, adornarse con sus dientes y sobre todo, adueñarse de su alma, el indomable espíritu del gran oso, totémico símbolo aglutinador de las tribus y los grupos familiares. Os hablaré de dos especies en concreto.


Ursus spelaeus extendía su dominio por la vieja Europa pleistocénica. Se han encontrado sus restos en Austria, Alemania, Países Bajos, España, Reino Unido, Rusia y Siberia. Durante el periodo Pleistoceno el oso de las cavernas, Ursus spelaeus, constituía una especie muy numerosa e impresionante. Vivió en Europa durante el punto culminante de la época glacial y con frecuencia hibernaba en las cuevas alpinas. Parece que se congregaban muchos osos para dormir juntos este largo sueño invernal, según se deduce de las pilas de huesos fósiles que se encontraron reunidos. En Austria una sola cueva, la Drachenhohle o cueva del dragón, contiene los restos de más de 30.000 osos de las cavernas. Muchos de ellos parecen haber muerto mientras dormían. A pesar de su enorme tamaño y su aspecto aterrador, los estudios paleozoológicos clásicos adjudican a Ursus spelaeus la condición de vegetariano. Lo cazaban los hombres de Neanderthal, que al parecer daban gran importancia a los huesos de este animal en sus rituales a juzgar por la asociación de diferentes restos de Ursus spelaeus a enterramientos humanos, y otros importantes indicios que arrojan el arte y la industria paleolíticos.


Sin embargo, recientes estudios llevados a cabo por investigadores de la Universidad de Zaragoza hablan a favor de la alimentación omnívora del oso de las cavernas. El estudio parte del análisis de las marcas dentarias aparecidas en los huesos de la cueva Coro Tracito de la localidad de Tella (Huesca). Los hallazgos tienen una antigüedad comprendida entre 150.000 y 24.000 años, y no dejan lugar a dudas acerca de que Ursus spelaeus complementaba su dieta vegetariana con carne. Posiblemente no era un depredador activo, sino más bien un carroñero oportunista que en caso de necesidad no desdeñaba el aporte proteico que proporciona la carne.

El otro gran oso del que os quiero hablar habitó en la misma época América del Norte. Es Arctodus simus, un soberbio animal de 800 kilos de peso y más de tres metros y medio de altura cuando se erguía sobre sus patas traseras. Completa el género Arctodus junto a su pariente Arctodus pristinus, que moraba algo más al sur. Se le conoce también como oso de hocico corto y fue el mayor oso y el mayor carnívoro terrestre de los últimos 800.000 años. Arctodus simus era nativo de América del Norte y se extinguió hace unos 12.000 años, o más bien lo extinguieron (véase el post sobre la extinción de la megafauna americana).


Análisis de los restos de Arctodus simus arrojan altas concentraciones de nitrógeno-15, un isótopo que se acumula de forma diagnóstica en animales que se alimentan exclusivamente de carne. Puede afirmarse por lo tanto, que el oso de hocico corto era un carnívoro estricto y se calcula que un individuo adulto necesitaría ingerir alrededor de 16 kilos de carne al día para sobrevivir. Por su extraordinaria corpulencia pudo haber sido un carroñero que intimidaba con su sola presencia a otros depredadores y les desposeía de sus presas. Pero su estructura anatómica y la longitud de sus patas también le permitían correr a la nada desdeñable velocidad de 60 o 70 Km/h., por lo que estaría perfectamente capacitado para abatir grandes herbívoros como caballos, bisontes o perezosos terrestres.


Recientemente se han hallado restos tanto de Ursus spelaeus como de Arctodus simus relativamente bien conservados entre los hielos árticos. Podría descifrase su genoma, por lo que no hay que descartar que en un futuro no muy lejano ambas especies se incluyeran entre los animales recientemente extinguidos, candidatos junto al mamut o al thylacino, a ser clonados y vueltos a la vida en una especie de Parque Pleistocénico a mayor gloria de la ciencia. Sólo es cuestión de tiempo y de dinero. Eso si, de mucho dinero. Desde el clan del oso cavernario permaneceremos alerta esperando la aparición de los gigantes, con la lanza dispuesta y murmurando entre dientes viejas salmodias ancestrales medio olvidadas entre las brasas todavía humeantes de las hogueras, y medio recordadas en las recónditas paredes de la gruta, donde junto a caballos, renos y bisontes, bailan sus danzas rituales los formidables osos.


La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso, y aplicar después los remedios equivocados. Groucho Marx.