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miércoles, 14 de diciembre de 2022

LA VIDA Y FÁBULAS DEL YSOPO

 


La tradición tomada de algunos autores clásicos hace a Esopo natural de Mesembria, en la Tracia, actual Bulgaria. Si hemos de creer esas noticias, su nacimiento se habría producido hacia el año 600 a.C., y su fallecimiento en el Ática griega, en Delfos, hacia 564, pues aquella incierta biografía asegura que murió joven, con sólo treinta y seis años. Aunque si hemos de ser rigurosos, ni fechas ni lugares se respaldan mediante prueba alguna, y cabe en lo posible hasta que el personaje no existiera jamás, y sencillamente la tradición le atribuya la autoría de una colección de fábulas la mayoría de las cuales forma parte del acervo mitológico del área geográfica y cultural de la Grecia Clásica e incluso puedan ser más antiguas y encontrase ya en textos como los atribuidos a Ahikar, secretario o consejero del rey babilonio Senaquerib.

En todo caso, el primer testimonio material que alude a Esopo es una copa votiva, una cílica de figuras rojas y ocres sobre fondo negro fechada en torno al 470 a.C. En ella aparece el fabulista conversando con una zorra, animal que protagoniza muchas fábulas de la colección. En el periodo clásico citan a Esopo autores como Heródoto, Aristófanes, Aristóteles o Platón, este último asegurando que su maestro Sócrates sabía de memoria los apólogos de Esopo y los recitaba a menudo.


Fuentes medievales citan también un texto que titulan Vida de Esopo, sin que nadie sepa nombrar a su autor. Basándose supuestamente en dicho texto, Máximo Planudes elaboró otra Vida de Esopo repleta de elementos folclóricos y legendarios. En cuanto a la cronología, también existe gran controversia, y además de las fechas que cito arriba, Heródoto lo hace contemporáneo del rey Amasis (570-526 a.C.), un escoliasta de Aristófanes lo sitúa hacia 540, y para Fedro sería coetáneo de Pisístrato (606-527). La Suda ubica a Esopo en la 40ª Olimpiada, que corresponde al año 620 a.C. Tampoco las fuentes se ponen de acuerdo en su patria de origen, y si varios como Heraclio del Ponto lo hacen natural de Mesembria en Tracia, otros como Calímaco lo suponen nacido en Sardes, en Frigia, y por dicho origen se inclina también Aulo Gelio. Unos dicen que fue un esclavo, otros que un liberto, y hay quienes le suponen hombre libre y hasta rico, protegido del poderoso rey Creso de Lidia.

Así que, en resumidas cuentas, nada es seguro y hasta parece que ni siquiera probable, en lo relativo a la biografía de Esopo e incluso a su misma existencia real.


En cualquier caso, lo que de verdad nos interesa es la obra, la colección de fábulas que en diferentes formatos y textos copiados y refundidos a lo largo de los siglos posteriores, conocemos como las Fábulas de Esopo. En ellas, casi siempre por medio de breves narraciones en las que los protagonistas suelen ser diferentes animales, zorros, ratones, leones, águilas, cuervos…, se van reflejando vicios y virtudes humanas, concluyendo siempre con una moraleja o conseja a modo de colofón. Estamos pues ante la prehistoria literaria de lo que más tarde se llamó literatura moralizante. Los estudiosos de la obra suelen dividir las fábulas en tres tipos fundamentales atendiendo a su contenido: las agonales, en las que se produce enfrentamiento o antagonismo entre dos o más personajes; las de situación, donde se describe una situación apurada y una ingeniosa fórmula para sortearla con éxito; y las etiológicas, que sirven para explicar al lector el origen de una leyenda o una costumbre determinadas. Esta literatura moralizante también llamada sapiencial, ha cautivado al público a lo largo de los siglos posteriores. La encontramos en Oriente, tanto en textos indostánicos como en la literatura árabe del tipo de Las mil y una noches. Aparece también profusamente en la Edad Media europea. Textos latinos o en lenguas romances como Calila e Dimna, de clara inspiración oriental, o como El conde Lucanor, resultan clarísimos ejemplos. Aparecieron después en Occidente fabulistas como Fedro, Babrio, Jean de La Fontaine o nuestros Iriarte y Samaniego, que siguen con gran solvencia, el camino emprendido por Esopo.

Traemos hoy a nuestro foro literario una rareza bibliográfica a la que merece la pena prestar atención. Se trata de un curioso texto impreso en Valencia en 1520 titulado La vida y fábulas del Ysopo, clarísimo y sabio fabulador, nuevamente corregida, historiada y annotada, con muchas otras fábulas de Aviano, Pogio y otros autores. Podéis disfrutar esta pequeña joya haciendo clic en este enlace: 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=La+vida+y+f%C3%A1bulas+del+Ysopo.pdf

Algunos no son nada y quiérense estimar en mucho. La vida y fábulas del Ysopo.


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