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domingo, 28 de septiembre de 2025

SAFO, LESBOS Y LO LÉSBICO

 


Platón escribió: dicen que hay nueve Musas. ¡Qué desmemoriados! Han olvidado la décima, Safo de Lesbos. Y Solón, ya muy viejo y casi ciego, dijo cuando su sobrino le leyó un poema de Safo: ¡Ahora ya me puedo morir!

Qué podremos decir nosotros, pobres admiradores de aquella edad dorada, de esa mujer fascinante y legendaria que se asomó a la celebridad y a la infamia hace más de dos mil quinientos años. Por lo poco que conocemos de su biografía, nació hacia el 612 a.C. en Ereso, localidad cercana a Mitilene, la capital de la floreciente isla de Lesbos. Sus padres, nobles y ricos, se trasladaron con ella a Mitilene más o menos por la época en que comenzó a gobernar allí el dictador Pítaco, a quien la Historia trata de forma un tanto ambigua, pues se le tacha de tirano a la vez que se le coloca junto al citado Solón en la nómina de los famosos siete sabios de Grecia. En esa dulce Mitilene célebre por sus marinos, sus vinos y sus terremotos, creció y vivió la pequeña Safo, a quien describen como una criatura menuda y frágil, de ojos negrísimos, no precisamente bella, pero sí encantadora.


Siendo ya una reputada poetisa, se le atribuyó un romance con Alceo, también poeta, y no menor, pues sus coetáneos le situaron junto a Homero y Hesíodo, en la cumbre de la poesía. Este Alceo, que inventó una nueva métrica, la alcaica, debía ser un poco petulante y no menos fanfarrón. Parece que organizó diferentes algaradas contra el tirano Pítaco, lo que le costó ser condenado al exilio. Es muy dudoso que Safo, su enamorada, participara en las intrigas conspiratorias de Alceo. No obstante, Pítaco también la desterró primero a la vecina ciudad de Pirra, y más tarde, cuando se extendieron como un reguero de pólvora los rumores sobre ciertas prácticas a las que la poetisa se entregaba con sus jóvenes amigas, el implacable dictador decretó el exilio en Sicilia para Safo. Según ciertos biógrafos, en Sicilia se casó con un comerciante rico, y tuvo una niña que no cambiaría por toda la Lidia y ni siquiera por la adorable Lesbos. Este marido, acaso de conveniencia, la dejó viuda y rica, cumpliendo fielmente con la obligación de los maridos pudientes. Necesito del lujo como del sol, reconoció ella con gran sinceridad, y regresó a Lesbos rica y todavía joven. Allí en su querida y dulce patria, instauró un colegio para muchachas, en el que acogió a las hijas de la mejor sociedad de Mitilene. Ella las llamaba hetairas, término que con el tiempo ha adquirido un matiz algo peyorativo, pero que en época de Safo significaba sencillamente compañeras.


Les enseñaba música, poesía y danza. Pero muy pronto volvieron a reproducirse los pasados rumores acerca de las costumbres de la maestra y de los usos nada ortodoxos de su escuela. El escándalo estalló cuando los padres de Atti, una de las jóvenes hetairas, en realidad la preferida de Safo, llegaron un día y se la llevaron entre improperios. La desdicha de Safo resultó dichosa para la poesía, pues el dolor de la separación inspiró a la poetisa algunos de los mejores versos de la lírica de todos los tiempos. El Adiós a Atti sigue siendo un modelo poético por la extraordinaria sinceridad, la inspiración y la sobriedad de los versos dedicados a su agridulce tormento. Después de la separación y del escándalo, difieren las crónicas. Hay quienes quieren que ya en su edad madura, Safo volvió a amar a los hombres. Una leyenda que recoge Ovidio habla de que perdió la cabeza por cierto marino, y que viéndose rechazada por éste, se suicidó precipitándose desde el peñón de Léucade. Modernamente, se ha reconocido sin embargo, que la protagonista de esta leyenda no fue nuestra Safo, sino una cortesana egipcia famosa por su belleza, que llevaba el mismo nombre. La verdadera Safo debió morir de vieja, y nos dejó esta incomparable reflexión sobre la muerte: Irremediablemente, como la noche estrellada sucede al rosado ocaso, la muerte sigue a la vida, y al final la arrebata.


En cuanto al lesbianismo y lo lésbico, resulta curioso que una sociedad como la griega de aquella edad dorada, tan tolerante con ciertas formas de homosexualidad masculina, que no sólo se permitían, sino que incluso se fomentaban tanto en la milicia como en los gimnasios y otros escenarios deportivos y docentes, fuera tan intransigente con el amor entre mujeres. Acaso sea lícito apreciar en este fenómeno la influencia de la cultura jonia que, procedente del Continente y sus áreas septentrionales, se impuso a la primitiva civilización pelásgica de tradición matrilineal frente al sistema patriarcal adoptado por los invasores. Pero esto quizá sea demasiado suponer. Miro al profe Bigotini para ver qué piensa sobre esta cuestión. Me mira y tuerce el bigote en un gesto característico suyo que lo mismo significa que le parece bien, como quiere decir que ya va siendo hora de cenar. ¡Qué hombre tan enigmático!

Biblioteca Bigotini os brinda el enlace con la edición digital de las poesías de la inmortal Safo de Lesbos:

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=SafoPoes%25C3%25ADa.pdf 

Huye de la tentación, pero procura hacerlo despacio para que pueda alcanzarte.


viernes, 26 de septiembre de 2025

SEGURIDAD DEL OPERADOR DE GRÚA TORRE

 


Las llamadas grúas-torre se han convertido en elementos imprescindibles tanto en las obras de construcción, como en las más diversas labores de estiba. A pesar de que todas cuentan con importantes medidas de seguridad, se trata de equipos potencialmente peligrosos, y es de vital trascendencia seguir unas normas mínimas que aseguren el correcto funcionamiento y la operatividad de los mismos, sin que ello represente un riesgo para los trabajadores ni para las demás personas que se encuentren o transiten bajo su zona de influencia o sus inmediaciones. Desde nuestro modesto foro (que, como bien sabéis, es también el vuestro, si así gustáis), queremos ofrecer una brevísima guía de seguridad donde se recojan las principales medidas preventivas a seguir cuando se opera con estos equipos de elevación.

Guía de Seguridad

Antes de iniciar el funcionamiento:

El gruista debe probar el buen funcionamiento de todos los movimientos y de los dispositivos de seguridad. Previamente se deben poner a cero todos los mandos que no lo estuvieran.


Durante el funcionamiento:

El gruista debe saber que no se han de utilizar las contramarchas para el frenado de la maniobra. Para que el cable esté siempre tensado se recomienda no dejar caer el gancho al suelo. El conductor de la grúa no puede abandonar el puesto de mando mientras penda una carga del gancho. En los relevos debe el gruista saliente indicar sus impresiones al entrante sobre el estado de la grúa y anotarlo en un libro de incidencias que se guardará en la obra. Los mandos han de manejarse teniendo en cuenta los efectos de inercia, de modo que los movimientos de elevación, traslación y giro cesen sin sacudidas. Si estando izando una carga se produce una perturbación en la maniobra de la grúa, se pondrá inmediatamente a cero el mando del mecanismo de elevación. Los interruptores y mandos no deben sujetarse jamás con cuñas o ataduras. Sólo se deben utilizar los aparatos de mando previstos para este fin.

Se prohibirá arrancar con la grúa objetos fijos. El conductor debe observar la carga durante la traslación. Dará señales de aviso antes de iniciar cualquier movimiento.

Se debe evitar dentro de lo posible que la carga vuele por encima de las personas. Estará totalmente prohibido subir personas con la grúa así como hacer pruebas de sobrecarga a base de personas.
Existirá un libro de obligaciones del gruista a pie de obra.
 

Obligaciones diarias del gruista:

Comprobar el funcionamiento de los frenos.

Observar la normalidad de funcionamiento de la grúa, si se perciben ruidos o calentamientos anormales.

Verificar el comportamiento del lastre.

Colocar la carga de nivelación para evitar que el cable de elevación quede destensado y enrolle mal en el tambor de elevación.

Al terminar el trabajo, subir el gancho hasta el carrito, amarrar la grúa a los carriles, dejar la pluma en dirección al viento con el freno desenclavado, y cortar la corriente.

Obligaciones semanales del gruista:

Reapretar todos los tornillos y principalmente los de la torre, pluma y corona giratoria.

Verificar la tensión del cable del carro, así como el cable de carga y su engrase.

Comprobar el buen funcionamiento del pestillo de seguridad del gancho.

Se deben probar las protecciones contra sobrecargas, interruptores fin de carrera, mecanismo de elevación, izado y descenso de la pluma, y traslación en dos movimientos.

Comprobar tramos de vía.

Vigilar las partes sujetas a desgaste, como cojinetes, superficies de los rodillos, engranajes, zapatas de freno, etc., debiendo avisar para su cambio caso de ser necesario. 

Homer Simpson: -Vamos nenita, colócate aquí, en la fila de las nenitas.

Ralf Wiggum: -¡Pero si soy un chico!

Homer Simpson: -Así me gusta, cariño, nunca te des por vencida.

lunes, 22 de septiembre de 2025

PROTOTAXIS, EL PRIMER PASO HACIA LA SIMBIOSIS

 


El concepto de simbiosis como asociación biológica entre varios organismos vivos, es ampliamente conocido. Cabría preguntarse por qué se han producido y siguen produciéndose en la naturaleza las asociaciones simbióticas que conocemos y no otras diferentes. Por qué entre las innumerables especies de bacterias existentes en nuestro planeta, asociamos a nuestras digestiones en el interior de nuestro intestino a determinadas estirpes bacterianas y no a otras, es asunto que ha sido objeto de estudio por parte de biólogos y evolucionistas, y que bien merece una reflexión. Siguiendo a Lynn Margulis y a Dorion Sagan en su obra de divulgación Captando genomas (Ed. Kairós, Barcelona, 2003), los socios simbióticos se integran a diferentes niveles. El primero y el más superficial de ellos consiste en el comportamiento. Para que cualquier asociación permanente pueda iniciarse, es indispensable que ambos candidatos potenciales se encuentren en el mismo lugar al mismo tiempo.


Algunas asociaciones simbióticas estables están integradas únicamente al nivel del comportamiento. No obstante, otras muchas alcanzan niveles de integración más íntimos, yendo de lo conductual a lo metabólico. Frecuentemente, el producto metabólico, el exudado o el residuo de uno de los miembros de la asociación se convierte en alimento para el otro. Pero, ¿cómo y por qué mecanismos se inicia esa relación? Wallin desarrolló la teoría de la prototaxis para responder a la pregunta de cómo estas simbiosis íntimamente integradas pudieron llegar a iniciarse. Se percató de que todos los organismos son producto de su historia altamente específica. La prototaxis, según Wallin, precede a la simbiosis en cualquier asociación de varios tipos de vida. El término prototaxis define la tendencia innata de una clase de célula u organismo a responder de un modo específico a otra clase de organismo.


Los ejemplos incluyen la tendencia del ratón a huir del gato, del tiburón a tragarse el pez, del conejo a comer lechuga o de la mosca a poner sus huevos en el tejido muscular sanguinolento de una pieza de caza recién abatida. Como puede verse por estos ejemplos, la prototaxis puede ser tanto positiva como negativa, tanto asociativa como disociativa. Lo sabemos por experiencia propia. Instintivamente huimos del enjambre de abejas o nadamos hacia el macizo de lirios acuáticos. La prototaxis está en el inicio de cualquier caso de simbiogénesis.

La fotosíntesis, el fenómeno químico natural que transforma la luz solar y el dióxido de carbono del aire en energía y alimento, es enteramente bacteriana. Todos los organismos fotosintéticos, ya sean bacterias o descendientes de bacterias, extraen compuestos orgánicos a partir del botín de luz cosechada. El comportamiento prototáctico de numerosas formas de vida no fotosintéticas hacia los fotosintetizadores resulta fácilmente comprensible. La motilidad, ya sea nadando, gateando, resbalando o arrastrándose, sirve para garantizar que los seres hambrientos, incapaces de realizar por sí mismos la fotosíntesis, accedan a las zonas bien soleadas imperativas para los organismos fotosintetizadores.


La tendencia prototáctica de los heterótrofos a absorber los productos de la fotosíntesis, o bien a ingerir a los propios organismos fotosintetizadores, ha conducido a la explosión de prósperas comunidades de comedores en las zonas soleadas de las superficies de agua dulce y salada. Los organismos secundariamente fotosintéticos (aquellos que adquirieron la fotosíntesis por haber ingerido bacterias adecuadas sin lograr sin embargo digerirlas) incluyen a la totalidad de los eucariotas fotosintéticos. Ningún alga o planta evolucionó nunca la fotosíntesis por sí sola. Todas comparten algún antepasado reciente o remoto, que ingirió pero que no digirió algún fotosintetizador bacteriano verde, rojo o verdeazulado. En este caso, la prototaxis es la tendencia hacia el hambre por parte del comedor y hacia la resistencia a la digestión por la del comido. El hambre y la resistencia a ser digerido han conducido una y otra vez, a organismos fotosintéticos pigmentados permanentes: algas, líquenes, plantas, lombrices verdes, corales marrones, hidras verdes y bivalvos gigantes cuyas inmensas cáscaras permanecen abiertas para enfocar la luz hacia los cloroplastos de sus algas simbióticas, constituyen tan sólo unos pocos de los muchos ejemplos de los que depende nuestra vida.

Las prototaxis, estas tendencias orgánicas, pueden constituir las versiones iniciales de esa clase de propósito que, en nuestro propio caso, denominamos elección consciente. Sin embargo, todos los seres tienen una relación con el tiempo más compleja que la simple duración: están orientados por sus acciones asociativas o disociativas, hacia las consecuencias futuras.

Yo no soy vegetariano, pero me gusta comer animales que sí lo son.


viernes, 19 de septiembre de 2025

LOS TEBEOS ESPAÑOLES DEL BANDO REPUBLICANO

 


La sublevación del 36 y los años de la guerra, constituyeron un auténtico desastre en todos y cada uno de los aspectos de la vida de España y los españoles. Naturalmente, el tebeo no podía ser una excepción. En la zona republicana siguieron editándose semanarios infantiles como Pulgarcito, Colorín o Floreal, cabecera esta última afín a las organizaciones anarcosindicalistas. En principio las revistas continuaron publicando historietas dirigidas a los niños y sin el menor sesgo ideológico. Pero conforme fue avanzando la contienda, surgieron publicaciones antifascistas, y se popularizaron más otras ya existentes de corte anticlerical como Fray Lazo o satíricas como La Traca, en las que aparecían caricaturizados los gerifaltes facciosos. Durante lo más álgido de los combates, cabeceras como Pionero Rojo o El Pueblo en Armas, claramente más dirigidas a soldados y a adultos en general que a los niños, aparecieron con el objetivo de elevar la moral de los combatientes. Salvo contadas excepciones, se resintió mucho la calidad tanto de los dibujos, como de la impresión de los tebeos. Fueron meses en que los mejores artistas se afanaban en producir carteles de guerra y de propaganda política. Para mostrar siquiera unos pocos ejemplos de aquellas publicaciones, os dejamos unas cuantas páginas de aquellos tebeos republicanos. En una próxima entrega de nuestra Historia de la Historieta, trataremos de los tebeos del bando franquista durante la guerra y la primera posguerra.

















martes, 16 de septiembre de 2025

CONNERY, SEAN CONNERY

 




Bond, James Bond, se presentaba impecable a aquellas femmes fatales y esculturales que, aunque enamoradas de él, planeaban envenenar su martini (mezclado, no agitado, please) o introducirle una aguja hipodérmica en el quinto espacio intercostal mientras hacían el amor. Usaba la misma fórmula educada con los todopoderosos multimillonarios psicópatas dispuestos a convertir el mundo civilizado en un infierno comunista. Era Connery, Sean Connery, un mocetón escocés fibroso y velludo que se había presentado al concurso de míster Gran Bretaña luciendo una única ceja. Algún cazatalentos avezado le hizo depilar el entrecejo, y a partir de aquella tonsura superciliar, se convirtió en el agente 007, al servicio de su graciosa majestad, y con licencia para matar, para ponerse ciego de martinis (mezclados, no agitados), y hasta para meterse en la cama con Ursula Andress, con Sylvia Koscina, o con Kim Basinger, por ejemplo. Connery interpretó a James Bond en siete exitosas películas, las seis primeras de la serie y una séptima secuela unos años más tarde, que titularon Nunca digas nunca jamás. Agotada la producción literaria de Ian Fleming, y aburrido Sean Connery de su personaje, continuaron filmándose películas de James Bond, algunas de mérito y con más sofisticados efectos especiales, pero ya no fue lo mismo. Los fans del género (porque la serie constituye por sí sola un género), identificarían siempre a Sean Connery con el verdadero James Bond, el genuino, el bueno, aun admitiendo que sus sucesores no fueran malos.

Después demostró que también sabía interpretar. Lo hizo en la hitchconiana Marnie la ladrona, en El nombre de la rosa, en El hombre que pudo reinar o en Robin y Marian, entre otras. En España contribuyó además a su prestigio, el magnífico doblaje al castellano del catalán Arseni Corsellas. Al final de su carrera se convirtió en una especie de jubilado de lujo, haciendo apariciones en alguna que otra superproducción. Ganó mucha pasta, y como buen escocés, resultó ser más agarrado que un chotis, defraudando al fisco británico y, lo que es peor, al fisco español (no olvidéis, hijos míos, que Hacienda somos todos). Para recordar a Sean Connery, os dejo el enlace con un corto biográfico. Pasen y miren:

https://www.youtube.com/watch?v=uXITtDL40iE

Próxima entrega: Clint Eastwood


sábado, 13 de septiembre de 2025

LOS PRIMEROS PADRES DE LA IGLESIA

 


Si el cristianismo, como vimos en entregas anteriores, dio sus primeros pasos de forma algo titubeante, y se enredó en herejías y desviaciones que dificultaron su andadura durante el periodo bajoimperial, cobró vigor y aseguró su unidad gracias a la intervención de los que históricamente se han llamado sus primeros padres. Tres hombres cuya altura intelectual y peripecia personal resultaron decisivas: san Ambrosio, san Jerónimo y san Agustín.

Ambrosio, el que fue primero gobernador y después obispo de Milán, se hizo bautizar cuando conoció su inminente elección para el cargo. Era un noble patricio cuya estatura e importancia no palidecían ni ante el mismo emperador Teodosio. A Ambrosio se debe la idea de la superioridad del poder espiritual encarnado en la Iglesia, sobre el poder temporal que representaba el emperador. Afirmó que el primer deber del cristiano no era la obediencia al Estado, sino a Dios, cuyos vicarios en la Tierra eran los obispos. Fue un predicador excepcional cuyos sermones eran seguidos por multitudes de miles de personas que se congregaban bajo su púlpito para oírle predicar. Se dice que su verbo incendiario era capaz de enardecer al público más frío. Compuso el Hexaemeron, una obra de exégesis bíblica. Destacó también en la lírica latina, siendo autor de himnos bellísimos como el célebre Veni Redemptor Gentium, y en definitiva, a pesar de su vasta formación clásica, o acaso gracias a ella, fue san Ambrosio de Milán el verdadero iniciador de la que podríamos llamar cultura cristiana, lo mismo en lo estético que en lo literario y lo litúrgico.


Jerónimo, nacido en 340 en Stridone, en la frontera entre Dalmacia y Panonia, pasó su juventud en Roma, donde se formó con el gramático Elio Donato. Dotado de gran inteligencia y según se dice, de una memoria prodigiosa, el joven Jerónimo se fascinó por la cultura clásica y aprendió de memoria las obras de Cátulo y Lucrecio, además del griego en los textos de Platón, Aristóteles y Tucídides.

Sus biógrafos no se ponen de acuerdo en si Jerónimo era ya cristiano cuando llegó a Roma, o se convirtió precisamente a través de la obra platónica. En cualquier caso, a él se debe la interpretación acaso un tanto forzada, de que Platón y Aristóteles, a pesar de vivir en época anterior a Cristo, adelantaron el germen del cristianismo en sus proposiciones filosóficas. Esta idea, muy seguida y popular en tiempos medievales y renacentistas, tuvo virtud de dotar al cristianismo de la base filosófica y el prestigio intelectual del que quizá carecía.

Jerónimo fue ordenado sacerdote en Antioquía en el año 379, cuando se hallaba a punto de cumplir los cuarenta. En lo personal, era un asceta vegetariano que dormía sobre unas pajas, gastaba cilicio y ayunaba a menudo. Se vestía con una piel de cabra, y se dice que con sus apenas cuarenta años parecía un anciano moribundo. En Roma causó una extraña mezcla de desprecio y fascinación, no sólo entre los prelados, sino entre las damas de la corte romana. Roma, a pesar de la Iglesia, o quizá por su causa, era como lo fue siempre, una ciudad depravada donde debía ser difícil encontrar una virgen. Dos damas de la alta sociedad romana, Marcela y Paula, que si no vírgenes, al menos eran oficialmente solteras, acogieron a Jerónimo como consejero espiritual. Se le acusó de haberse liado con ellas. Probablemente se trataba de una calumnia, pero ese episodio unido a la acusación de la madre de una joven asceta que murió tras una prolongada abstinencia, aconsejó al papa Dámaso decretar su destierro. Es probable que en ello pesara más la machacona insistencia de Jerónimo en condenar a las mujeres que se pintaban, a las que vestían ropa provocativa, a las que abortaban, y hasta a los sacerdotes que vivían en la opulencia. Estaba obsesionado con el sexo, y condenaba hasta el mismo matrimonio, olvidando que se trataba de un sacramento. El caso es que marchó a Belén de Judea, donde falleció en 419 en la cueva que habitaba allí en compañía de la bellísima Eustoquia, una joven admiradora que le siguió en su exilio y en su vida de privaciones. Jerónimo, que poco después sería san Jerónimo, afirmaba que la virginidad podía perderse hasta con el pensamiento. Ignoramos si su joven discípula la conservó. Al menos parece que no se casaron.

En el terreno intelectual, a san Jerónimo se debe la traducción al latín de la Biblia desde el arameo y el hebreo. Es la que se llamó Vulgata, y se ha tenido por canónica durante muchos siglos.


Así pues, san Ambrosio fue todo un príncipe de la Iglesia, que en su tiempo inauguró sus fastos, vanidades y magnificencia, mientras que san Jerónimo fue un asceta, azote de pecadores y partidario de la pobreza más extrema. Son las dos caras más conocidas del cristianismo, y en gran medida contradictorias. Hacía falta encontrar el necesario equilibrio que en la Iglesia representó san Agustín.

Agustín nació en 354 en la pequeña ciudad numidia de Tagaste, en el norte de África. Su madre, santa Mónica, ganó la santidad perdonando las muchas infidelidades de su marido, el padre de Agustín. El joven estudió, primero en Madauro y después en Cartago, latín, retórica, matemáticas, música y filosofía. Tuvo Agustín una juventud turbulenta como se desprende de su autobiografía que tituló Confesiones. Se amancebó con una muchacha que le dio un hijo natural. Viajó a Roma. Fue adepto al maniqueísmo y al neoplatonismo durante años, hasta que en Milán, san Ambrosio lo invitó a leer las epístolas de san Pablo. El domingo de Pascua florida de 387, Agustín se hizo bautizar junto a su hijo Adeodato. Ambos regresaron a África donde discurrió el resto de sus vidas. Agustín llegó a ser obispo de Hipona.

Entre su obra destacan los tratados Del libre albedrío y De la Trinidad, y en materia filosófica, La ciudad de Dios, escrita entre 413 y 426. Se apoyó en el pensamiento de Platón, al que leyó en sus traducciones latinas, pues Agustín desconocía el griego. Hasta santo Tomás de Aquino primero, y más tarde junto a él, san Agustín fue el principal soporte intelectual en que se apoyó el cristianismo. San Agustín inauguró la filosofía medieval e inspiró el pensamiento occidental. Sus últimos años, los de su vejez, se vieron oscurecidos por la invasión del norte de África de los vándalos de Genserico, y por su mala salud y su degradación física. También debió irse un poco de cabeza a juzgar por alguna de sus últimas dudas y obsesiones. Se preguntaba por ejemplo, si las mujeres conservarían en el cielo el sexo que habían tenido en la tierra, o qué ocurriría el día del Juicio Final a quienes habían sido devorados por caníbales.

En definitiva, estos fueron los tres primeros Padres de la Iglesia. Varios siglos después, alguien preguntó al descreído Voltaire si había leído las obras de los tres. Contestó afirmativamente y apostilló: pero me las pagarán.


Los viejos sueños eran buenos sueños. No se cumplieron, pero me alegro de haberlos soñado. Los puentes de Madison.

martes, 9 de septiembre de 2025

PLAUTO, PIES PLANOS Y AGUDÍSIMO INGENIO

 


Nacido hacia el año 254 a.C. probablemente en la localidad umbra de Sarsina, el célebre comediógrafo romano al que conocemos como Plauto, seguramente utilizó un seudónimo o nombre artístico: Tito Maccio Plauto, que podría traducirse como Tito, el payaso (maccus) de los pies planos (ploto), que se correspondería con el arquetipo del planipedes, el pies planos, una de las máscaras o personajes del teatro cómico tradicional de Roma. Entre los romanos, sólo los nobles y patricios tenían derecho a ostentar la tria nomina, los tres nombres, y al parecer, Plauto, que pertenecía a la plebe, adoptó ese seudónimo triple con intención paródica. Algún biógrafo aventura que pudo comenzar como actor sobre los escenarios. Falleció en 184 a.C., así que su vida transcurrió en uno de los periodos más agitados de la Roma republicana, con el telón de fondo de la Segunda Guerra Púnica, la derrota de Cannas de 216, la definitiva victoria de Zama de 202, y las incursiones de Roma triunfadora en Grecia y Oriente.


En sus años juveniles debió ser soldado, uno de los veinte mil umbros aliados de Roma que repelieron la invasión gala de 225 a.C. Viajó luego por el Mediterráneo, pasó grandes penalidades y hasta tuvo que trabajar moviendo una piedra de molino durante unos meses. Conocía el griego tan bien como el latín, lo que le dio oportunidad de inspirarse en muchas comedias de la Grecia clásica para escribir las suyas. Algunos le atribuyeron la autoría de ciento treinta obras, aunque ya en el siglo I, Varrón redujo su número a las veintiuna que se tienen por auténticas. Plauto no se limitó a traducir las comedias griegas, sino que las adaptó al gusto romano, mezclando a veces argumentos de varias de las que tomó como modelos, y añadiendo muchos hallazgos originales. Introdujo en la escena a cantantes y bailarines, y empleó una enorme variedad métrica: anapestos, créticos, baquios…, versos todos de gran inspiración y gracia. Sus comedias siguieron representándose muchos años después de su muerte. Autores latinos de época imperial le situaban por encima de Aristófanes, y fue tanta su estimación, que se decía que si las Musas hablaran latín, recitarían los versos de Plauto.



El lenguaje teatral de Plauto es rico y brillante. Hablan sus personajes el idioma de las calles de Roma, un habla coloquial que no elude el chiste a veces obsceno y grosero. Plauto se desenvuelve admirablemente en el terreno del enredo (imbroglio), llegando en ocasiones a estar la trama tan embrollada, que introduce un personaje que apartado de los demás, se dirige al público explicando las situaciones demasiado complejas para que la gente pueda seguirlas. Se recrea Plauto en arquetipos teatrales como el soldado fanfarrón, el avaro, el joven alocado y calavera, la ramera, el viejo verde y ridículo, la joven ingenuamente lasciva, o el esclavo desvergonzado y liante, lúcido antecedente de los graciosos y los pícaros de las comedias barrocas. Grandes autores como Boccaccio, Lope, Shakespeare o Molière deben mucho más a Plauto de lo que éste debe a Aristófanes, por ejemplo.

En recuerdo del talento de Plauto nuestra biblioteca Bigotini os brinda la versión digital de seis de sus comedias escogidas: Anfitrión, La comedia de los asnos, La comedia de la olla, Las dos báquides, Los cautivos y Cásina. Están traducidas y anotadas por Mercedes González-Haba, y siguen la edición de Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1992. Hágase clic en este enlace:

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=comedias.pdf

Homo homini lupus. Plauto. Asinaria.


sábado, 6 de septiembre de 2025

SÍNDROME DEL OJO SECO

 


El síndrome del ojo seco (SOS) es todo un clásico de la patología laboral. Sin embargo, se trata de una patología que a menudo se atribuye erróneamente al trabajo. Existen millones de personas afectadas en todo el mundo. El número de pacientes aumenta con el extendido uso de lentillas y con la cada vez mayor popularización de la cirugía ocular mediante láser. Sin embargo, el uso creciente de ordenadores y pantallas de visualización, hace que mucha gente atribuya con ligereza los síntomas al uso de las nuevas tecnologías.

Lo cierto es que estas molestias, lejos de ser consecuencia del trabajo, obedecen a causas diversas. Entre otras, cabe reseñar:

El natural proceso de envejecimiento. Con la edad, disminuye notablemente el flujo de lágrimas. Aproximadamente el 75% de los mayores de 65 años, padecen el síndrome del ojo seco. Se trata por lo tanto, de un proceso natural, completamente ajeno a los riesgos laborales y a las características del puesto de trabajo.

El uso creciente de lentes de contacto. Las lentillas incrementan la evaporación de las lágrimas. Causan incomodidad y aumento del depósito de proteínas. De hecho, tanto en el trabajo como en otros ámbitos, el SOS es con diferencia, la primera causa de abandono de las lentes de contacto.

Los cambios hormonales. En las mujeres, tanto las alternativas hormonales relacionadas con el ciclo menstrual, como el consumo de anticonceptivos o la propia menopausia, son causantes habituales de molestias oculares, y de SOS. Estos aspectos son fundamentales en la prevención de las molestias.

Las condiciones ambientales. Factores tales como el viento, el frío, el calor excesivo, la escasa humidificación, y otros, son causantes del síndrome. El empleo de humidificadores y la adecuación de los equipos de climatización, constituyen un pilar fundamental de la prevención de estas molestias en el trabajo.

La concurrencia de otras patologías. Existen diversas lesiones y entidades nosológicas que cursan con un grado mayor o menor de sequedad ocular.

El empleo de determinados medicamentos. Algunos de uso muy extendido, como pueden ser los antihistamínicos o ciertos antiinflamatorios, disminuyen notablemente el flujo de lágrimas. Los médicos estamos obligados a tomarnos el trabajo de pensar en ello a la hora de prescribir. La prevención de efectos secundarios forma parte fundamental de la labor del médico.

La cirugía ocular con láser. En las últimas décadas se han hecho habituales este tipo de intervenciones. La adecuada corrección y la salud ocular no pueden estar reñidas con la prevención de posibles efectos secundarios

El síndrome de Sjöegren. Se trata de una enfermedad frecuente en mujeres de cierta edad, que cursa con una acusada sequedad de las mucosas en general: bucal, vaginal, ocular… Es importante la prevención de los síntomas mediante tratamientos paliativos. En Salud laboral resulta muy habitual el hallazgo de patologías concurrentes que en ocasiones aparecen falsamente como laborales. Un trabajo serio del médico es la clave de un diagnóstico correcto y de un enfoque adecuado. Conviene no correr riesgos en este terreno.


Las lágrimas realizan un trabajo esencial en el funcionamiento fisiológico del ojo. Lubrican, refrescan y contribuyen al mantenimiento correcto de la función ocular. Contra lo que vulgarmente se piensa, las lágrimas no son de una única clase, sino de dos tipos muy diferentes:

Por una parte están las lágrimas lubricantes, que son las que de forma habitual e imperceptible segregan nuestros ojos. Contienen antibióticos naturales. Son estas lágrimas lubricantes las que disminuyen o desaparecen precisamente en el síndrome del ojo seco.

Por otra parte están las lágrimas de reflejo. Constituyen una respuesta a estímulos irritativos o agresivos, tales como humos, salpicaduras de cebolla, sustancias irritantes, emociones, etc. Estas lágrimas de reflejo no solo no disminuyen en el SOS, sino que incluso se segregan en mayor proporción. Sin embargo, estas lágrimas no proporcionan alivio ni lubricación. Al contrario, se evaporan rápidamente y generan aun mayor sensación de molestia y sequedad. Son trabajo perdido.

El síndrome del ojo seco (SOS) conlleva una reducción importante de la producción de lágrimas lubricantes y de su calidad. La consecuencia es la sequedad ocular y las consecuentes molestias que aparecen. Consisten básicamente en irritación, sequedad, picor, escozor, enrojecimiento, incomodidad, sensación de “arenilla” en el ojo, etc. Desde el punto de vista fisiológico, el síndrome consiste en una disminución o incluso en una incapacidad de las glándulas lagrimales, situadas en los párpados superior e inferior, para producir lágrimas. El SOS es la molestia ocular más frecuente conocida. Se calcula que puede afectar al 20% de la población, aproximadamente. En el ámbito del trabajo se relaciona con las tareas de oficinas y despachos con PVD (pantallas de visualización de datos). A menudo el síndrome aparece reseñado en evaluaciones de riesgos y planes de prevención. Insistimos en que se trata de una entidad escasamente relacionada con la salud laboral.


El tratamiento de estas molestias no debería revestir complicación alguna. En la mayor parte de los casos se obtiene un alivio importante con el simple uso de lágrimas artificiales. La lubricación periódica del ojo es fundamental.

En casos más persistentes o resistentes a la terapia, existe un procedimiento simple y carente de complicaciones, consistente en el empleo de oclusores puntales. Es este un procedimiento no quirúrgico y sin contraindicación alguna, que resuelve prácticamente el cien por cien de las molestias. Los oclusores puntales son pequeños tapones de material plástico, que realizan una oclusión o taponamiento de los orificios lagrimales situados en el ángulo interno del ojo. Evitando que las lágrimas penetren en el orificio, se consigue que queden coleccionadas en la superficie del ojo por más tiempo, cumpliendo así su papel de lubricación y refresco. Los oclusores puntales son un procedimiento seguro, rápido, económico, indoloro y completamente reversible. Con un mínimo trabajo y una mínima inversión, garantizamos un medio seguro de prevención de cualquier molestia. Estos oclusores se fabrican en silicona y otros materiales no agresivos similares a los empleados en las lentillas de contacto. Son suaves, flexibles y casi imperceptibles a la vista.

¿Cómo saber si uno padece el síndrome? Si te tomas el trabajo de leer los síntomas y signos que aparecen a continuación, darás un paso importante en la prevención de esta patología. Consulta con tu médico si padeces dos o más de los siguientes: 

Enrojecimiento.

Escozor.

Rasquiña.

Sensación de cuerpo extraño.

Sensación de arena o arenisca.

Sensibilidad a la luz.

Ojos llorosos.

Lagrimeo ocasional.

Lagrimeo constante.

Dolor en los ojos o alrededor de los mismos.

Ojos cansados.

Incomodidad con lentes de contacto.

Disminución a la tolerancia de maniobras exploratorias.

Alergias estacionales.

Boca o garganta secas.

Sequedad de otras mucosas (nasal, vaginal…).

Artralgias y/o dolores articulares.

Si padeces estos síntomas, podrías ser un paciente de SOS. En tal caso, debes consultar con tu médico. En materia de salud laboral y prevención de riesgos, también hay cosas que hacer. Una climatización adecuada de oficinas, talleres y centros de trabajo en general, contribuirá a atenuar las molestias. Es importante humidificar el ambiente. La seguridad en el trabajo, la prevención y la salud laboral, pasa también por estos detalles que, aunque parezcan menores, revisten una importancia capital.

El puente tiene tres ojos, yo tengo dos solamente; pero si cuento el del culo, tengo los mismos que el puente. Camilo José Cela.