Emilio
Salgari nació en Verona en 1862. Sus padres eran pequeños comerciantes de la
localidad. A los dieciséis años ingresó en el Instituto Técnico Naval de
Venecia, pero no llegó a completar sus estudios ni a obtener el título de
capitán de navío. A pesar de ello, sustentó su vida en la fantasía de haber
navegado en mares lejanos, sin haber dejado jamás Italia. Se hacía llamar
capitán, y firmaba su correspondencia como el capitán Salgari. Comenzó a
escribir muy joven novelas por entregas que se publicaron en el diario milanés
La Valiglia y en La Nuova Arena de su Verona natal. Su primera novela como
volumen independiente fue La rosa de
Dong-Giang, que obtuvo gran éxito entre los lectores. Siguió El tigre de Malasia, donde apareció por
vez primera su personaje de Sandokán. El joven Salgari era de temperamento
fogoso. Se ofendió porque el periodista Giuseppe Biasioli le llamó ‘ragazzo’ en un artículo, y le desafió a
duelo. A consecuencia de ello, Biasioli fue hospitalizado y Salgari pasó seis
meses en prisión.
Se
casó con la actriz teatral Ida Peruzzi, a la que siempre llamó Aida, como la
heroína de Verdi. Tuvieron cuatro hijos. La familia se trasladó a Turín, donde
trabajó para la editorial Sperani, especializada en novelas para jóvenes con un
contrato leonino por el que apenas recibía dinero a pesar de la gran
popularidad de sus novelas que batían records de ventas. Se mudó a Génova
escribiendo para otra editorial, pero desengañado, regresó pronto a Turín donde
siguió escribiendo y viviendo miserablemente, circunstancia que se agravó con
la enfermedad de su mujer que tuvo que ser ingresada en un sanatorio.
Emilio
Salgari produjo a lo largo de su carrera como escritor ochenta y cuatro novelas
largas y un número de cuentos y relatos breves imposible de determinar. La
mayoría estaban ambientadas en lugares exóticos. Las islas de Malasia y el
sudeste asiático, el Caribe, el Pacífico y el oeste americano fueron sus
principales escenarios. Sus héroes, Sandokán o el Corsario de Hierro entre
otros, se hicieron enormemente populares, sobre todo en Italia, España y los
países de habla hispana. A pesar de ello, la familia de Salgari seguía viviendo
muy precariamente. Las grandes editoriales de la época rechazaban sus novelas
que consideraban como una especie de subliteratura. Las que le publicaban, le
pagaban poco aduciendo que ese tipo de novelas baratas podía escribirlas cualquiera.
El caso es que Salgari no salía jamás de su pobreza.
El
primero en suicidarse en la familia fue el padre del escritor, ya anciano.
Emilio Salgari se hizo el harakiri siguiendo el rito japonés en 1911. Antes
dejó escrita una nota que culpaba a sus editores. Años más tarde, se
suicidarían dos de sus hijos que por cierto, continuaron durante mucho tiempo
escribiendo aventuras de Sandokán y del resto de los personajes de su padre,
perpetuando su firma hasta los años sesenta del pasado siglo.
Nuestra biblioteca Bigotini se complace en poner al alcance de un clic, la versión digital de la novela Los tigres de la Malasia. Hágase sobre el enlace.
https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=Los+tigres+de+la+Malasia.pdf
¡Te amo, Sandokan, te amo como nunca mujer alguna amó sobre la tierra! Sandokan la acarició dulcemente y sus labios besaron los dorados cabellos y la nívea frente de la joven. - ¡Ay de quien te toque ahora, que ya eres mía!
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