Las
bases matemáticas del llamado método de Newton,
fueron descritas por el gran científico inglés en 1669, en su obra De analysi per aequationes numero terminorum
infinitas (Acerca del análisis por ecuaciones con un número infinito de
términos). Algo más tarde, en 1740, el matemático inglés Thomas Simpson
perfeccionó la propuesta de Newton y describió el método como un medio
iterativo para resolver ecuaciones generales no lineales por medio del cálculo.
Según
Clifford A. Pickover, a quien seguimos en este comentario, el origen de las
técnicas computacionales basadas en relaciones de recurrencia, en las cuales
cada término de una sucesión se define como una función del término anterior,
puede buscarse en el origen mismo de las matemáticas. Los babilonios utilizaron
técnicas similares para calcular la raíz cuadrada de un número positivo, y los
griegos las utilizaron para hallar un valor aproximado de p.
Actualmente, muchas funciones especiales importantes de la física matemática
pueden calcularse con fórmulas de recurrencia.
El
análisis numérico suele vincularse a la búsqueda de soluciones aproximadas para
problemas complejos. El método de Newton es uno de los métodos numéricos más
famosos para resolver ecuaciones de la forma f(x) = 0, algunas de cuyas soluciones pueden ser difíciles de
hallar mediante métodos algebraicos. El problema de encontrar los ceros de una
función, también llamados raíces, por medio de este tipo de métodos, aparece
con frecuencia en ciencias e ingeniería.
Para
aplicar el método de Newton se comienza dando una primera aproximación numérica
de la solución de la raíz; a continuación, la función es aproximada por su
tangente en ese punto. Finalmente se determina el punto en que esta recta corta
al eje x, obteniéndose un valor que
suele ser una mejor aproximación de la raíz. El método se reitera, se va
repitiendo para producir aproximaciones sucesivas cada vez más exactas.
La
fórmula concreta para el método de Newton es xn + 1 = xn – f(xn) / f’(xn),
donde el símbolo prima (‘) indica la
primera derivada de la función f.
Cuando el método se aplica a funciones con valores complejos, las interpretaciones gráficas generadas por ordenador suelen utilizarse para indicar dónde es fiable y dónde se comporta de modo extraño. No es raro que la gráfica resultante muestre una conducta caótica algunas veces, y otras veces unas hermosísimas pautas fractales. Nuestro profe Bigotini se extasía contemplando esos fractales asombrosos que recuerdan a la floración primaveral de los cerezos. No es raro verle soltar una lagrimita en esos casos.
-Mamá,
¿a qué edad te enamoraste de papá?
-A
los setenta.
-Pero
si sólo tienes cincuenta.
-Ay,
hija, dame un poco de tiempo.
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