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martes, 22 de mayo de 2018

HOWARD PYLE, EL GRAN ILUSTRADOR LITERARIO


Nacido en Wilmington, Delaware, en 1853, Howard Pyle fue uno de los más importantes ilustradores gráficos de todos los tiempos. No estamos simplemente ante un gran dibujante. Pyle era todo un intelectual. Su infancia y su adolescencia estuvo marcada por su afición a la pintura, la lectura de los grandes clásicos literarios europeos, y la inclinación a la mitología escandinava que le inculcó su madre, Margaret Churchman Pyle, una persona que resultó decisiva en su educación y en su futura carrera artística.

Su padre tenía un negocio de pieles en el que Howard trabajó brevemente, hasta que comenzó a vender sus dibujos a diversas publicaciones. Sin embargo, su educación cuáquera y su innata seriedad chocaron muy pronto con el ambiente periodístico finisecular, bastante bohemio, aventurero y algo extravagante. A Pyle le gustaba trabajar en casa, sobre todo después de contraer matrimonio, así que se reinventó a sí mismo, haciéndose editor de su propia obra que ilustró grandes clásicos literarios readaptados por él mismo. Algunos de sus libros más exitosos fueron Las aventuras de Robin Hood, Aladino, Los caballeros del rey Arturo, La historia de los piratas o El Santo Grial. También ejerció la docencia privadamente y se convirtió en crítico de arte.

Howard Pyle falleció tempranamente, cuando viajó con su familia a Italia en 1910. Lo hizo ilusionado por descubrir in situ la gran pintura renacentista. Por desgracia, un cólico nefrítico lo condujo a la tumba en Florencia, aquella luminosa Florencia con la que había soñado durante toda su vida. Os dejamos aquí una breve pero jugosa selección de algunas de sus ilustraciones más representativas. Disfrutadlas.


















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