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sábado, 25 de noviembre de 2017

JOSEPH BLACK, EL HOMBRE QUE NACIÓ DONDE ESTABA SU MADRE


Este escocés nacido en Burdeos en 1728 fue uno de los más brillantes pioneros en el campo de la termodinámica. Joseph Black nació en Francia de padre irlandés y madre escocesa, que en aquellos años comerciaban con vinos en el continente. Para encontrar este dato he consultado una biografía, que tendré la caridad de no citar, pero no me resisto a transcribir literalmente la siguiente frase: Joseph Black nació en Burdeos porque su madre residía allí. Ya veis que la lógica no puede ser más aplastante.
Estudió en Belfast hasta los dieciocho años, y más tarde marchó a Glasgow a estudiar medicina. Desde muy joven se distinguió por una profunda curiosidad científica. Con poco más de veinte años desarrolló y perfeccionó la balanza analítica, un instrumento mucho más preciso que cuantos existían en su tiempo, y que sería inmediatamente adoptado en todos los laboratorios químicos. También se atribuye a Black el descubrimiento del dióxido de carbono o CO2, al que llamó aire fijo.


En 1754 realizó un experimento colocando un ratón vivo en el interior de una campana con una vela encendida. Cuando la combustión agotó el aire del recipiente y la vela se apagó, el ratón murió, por lo que el joven Joseph concluyó que se trataba de un gas irrespirable. ¡Honra y prez a los innumerables ratoncillos sacrificados en aras del progreso científico! Siguiendo esa misma línea de investigación, Black advirtió que los carbonatos viraban a alcalinos cuando perdían el CO2, o aire fijo, mientras que se recobraban al añadirles otra vez CO2. Fue además el primero en aislar este gas en estado puro. La contribución que con ello se hizo al progreso de la química fue inmensa, pues demostró que el aire no constituía un elemento simple, sino que se trataba de un compuesto de diferentes sustancias. A partir de entonces nuestro hombre adquirió un gran prestigio, hasta el punto de que antes de cumplir treinta años fue nombrado Regius Professor of the Practice of Medicine por la Universidad de Glasgow, su alma mater, lo que constituyó un gran honor.


En la década posterior (hacia 1761) observó que al aplicar calor al hielo, no pasaba inmediatamente al estado líquido, sino que absorbía cierta cantidad de calor sin aumentar su temperatura. Otro tanto ocurría con el agua, que no se evapora de forma inmediata al recibir calor. Dedujo que el calor aplicado se combina con las partículas de hielo o de agua, convirtiéndose en calor latente, un concepto clave en el desarrollo de la termodinámica, como lo es el de calor específico o propio de cada sustancia, otro de los cruciales hallazgos de Josep Black.
Junto a James Hutton y Adam Smith, fue miembro fundador del Oyster Club, que aglutinó a lo más selecto de lo que entonces se llamó la Ilustración escocesa. También asistió regularmente a las sesiones de la célebre Lunar Society, cuyos miembros solían referirse a sí mismos como lunáticos, porque se reunían en las noches de luna llena. El lector moderno puede tener la tentación de considerar esta costumbre un tanto esotérica o cuando menos excéntrica. Nada más erróneo. Se trataba sencillamente de una medida práctica impuesta por la inexistencia de alumbrado público. A la luz de la luna resultaba más fácil encontrar el camino de regreso a casa, así de simple.
El profe Bigotini os aconseja tener siempre presentes cosas tan elementales como que la luna alumbra la noche o como que para nacer en determinado lugar es conveniente que esté allí la madre de uno.

El día que yo nací, mi madre no estaba en casa. Miguel Gila.



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