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viernes, 28 de junio de 2019

ANTHONY MANN. UN ALEMÁN EN EL OESTE



Parece mentira que un alemán como Anthony Mann llegara a convertirse en uno de los más destacados cineastas que se dedicaron a un género tan genuinamente americano como el western. Y es que no sólo se dedicó, sino que fue, siempre con permiso de John Ford, uno de los principales creadores del género. Títulos tan emblemáticos como Winchester 73 o El hombre de Laramie sirven por sí solos para dar cumplido testimonio de ello.
Mann formó con James Stewart una sociedad humana y artística que dio unos frutos cinematográficos extraordinarios. Stewart protagonizó no menos de seis filmes de su compadre, llenando la pantalla con un empaque y una estatura dramática, que dentro del western sólo es comparable a la de John Wayne.
Anthony Mann fue también actor en sus años mozos, y en la industria pasó por todos los puestos del escalafón, hasta llegar a sentarse y consolidarse en la silla de dirección. Todo un auténtico hombre de cine, que en su última etapa ascendió a dirigir y coproducir algunas de aquellas grandes superproducciones que se rodaron en España porque paradójicamente resultaba más barato que hacerlo en Hollywood. Hasta tuvo tiempo de ser el marido efímero de nuestra Sarita Montiel, un bombón en la plenitud de su apogeo físico.
Hoy traemos a nuestra sui generis Historia del Cine el enlace (clic en la carátula) para visionar la versión española de La brigada suicida, una producción de 1947 perteneciente al cine negro, que se filmó por encargo del departamento del Tesoro americano. Una rareza olvidada que cuenta con el sello y el buen hacer de su singular director.

Próxima entrega: Jane Russell




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