
![]() |
Ripidistio |
Los
numerosos paleontólogos que consideran que los anfibios evolucionaron a partir
de peces ripidistios, se basan en la
notable similitud entre los huesos del cráneo y de las aletas-patas de ambos
grupos. No obstante, quienes sostienen que los ancestros de los anfibios fueron
los dipnoos o peces pulmonados,
apuntan al desarrollo de los pulmones, los orificios nasales y las
extremidades. El análisis del ADN parece dar la razón a estos últimos, si bien,
la extinción de los ripidistios hace
imposible llegar a una conclusión definitiva.
![]() |
Dipnoo |
Aunque
una de las características más evidentes de los anfibios actuales es la humedad
de su piel, este es realmente uno de los rasgos que más los diferencian de sus
remotos antepasados. La mayoría de los anfibios modernos complementan la respiración pulmonar con el
intercambio respiratorio a través de la piel húmeda. Sin embargo, muchos
anfibios paleozoicos tenían el cuerpo revestido de escamas o corazas, y a
diferencia de sus modernos descendientes, llegaron a alcanzar en muchos casos
tamaños considerables. Los anfibios arcaicos debieron tener la piel
impermeable, escamosa y con la consistencia del cuero, para evitar la pérdida
de agua. Lo más probable es que fueran animales lentos y voluminosos.

Nos
hallamos por lo tanto, ante un momento determinante en la Historia de la evolución
y de la biología.
Cuando los primeros vertebrados pisaron la tierra, abrieron un camino que paso
a paso, primero torpemente, y más tarde a grandes zancadas, nos ha traído hasta
el presente. El profesor Bigotini, aun a costa de agarrar un buen catarro, se
descubre quitándose el sombrero ante tan glorioso y decisivo acontecimiento. Trepa
la pequeña lagartija por la vieja y soleada pared, le hace un guiño con uno de
sus ojillos traviesos, y el profe sonríe bajo su enorme bigote, porque sabe que
es un guiño que ha recorrido cientos de millones de años. Siendo viejo como el
mundo, se renueva cada día y cada minuto cuando los tímidos brotes surgen de la
tierra y cuando las pequeñas criaturas salen de su cascarón.
Todo
en esta vida tiene un principio y un final. Donde esto se aprecia con mayor
claridad es en las longanizas.