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domingo, 18 de febrero de 2024

HERÓDOTO. HISTORIAS DEL VIAJERO EXAGERADO

 


Heródoto, nacido en Halicarnaso, Anatolia, en 484 a.C., es generalmente considerado como el primer historiador occidental. Ningún otro dato conocemos acerca de su infancia, su familia o su formación. Su contribución a la historiografía es la obra que nos ha legado, escrita probablemente en Turios, actual Calabria, hacia 430 a.C., y publicada por un editor alejandrino durante el cambio de los siglos III al II a.C. Se trata de una monumental crónica que recoge tanto las experiencias personales del propio Heródoto a lo largo de sus viajes, como las narraciones que le fueron hechas por diferentes personas durante aquellos viajes.

La obra se tradujo posteriormente al latín como Historiae, y es conocida universalmente con el título de Nueve libros de historia, un libro por cada una de las nueve musas. A Heródoto de Halicarnaso se debe la acuñación del término Historia, que en origen tenía el significado de exploraciones o investigaciones, pero que a partir de su obra, adquirió el que actualmente le damos.


Heródoto narra las Guerras Médicas de principios del siglo V a.C., analizando las causas del conflicto, los antecedentes históricos y los hechos de sus principales protagonistas. Especial relevancia tienen también en la obra los viajes de su autor por Persia y Egipto. De esta última nación nos brinda descripciones detalladas, sus impresiones de viajero, diríamos modernamente, a la vez que realiza un extenso recorrido por los mitos, las leyendas, los hábitos y las creencias religiosas de sus habitantes, lo que constituye un testimonio impagable sobre la historia y las costumbres del país del Nilo.

Puede decirse que Heródoto fue un turista, un pionero del turismo, con una inevitable tendencia a la exageración y a la fabulación. Se le ha tildado por eso de historiador poco creíble, pero lo cierto es que el resto de historiadores clásicos que le sucedieron cronológicamente, beben en las fuentes caudalosas de sus Nueve libros. Igual de poco fiables parecen sus descripciones y apreciaciones geográficas; sin embargo, con ellas se han diseñado mapas que salvados los inevitables errores, recogen el mundo conocido en su tiempo tal como se concebía por sus contemporáneos.


Su más inmediato y más brillante sucesor, Tucídides, fue acaso ya el primer historiador a quien podemos considerar serio, racional y riguroso. No obstante, la mayor parte del material que utiliza proviene de Heródoto, y a éste hay que otorgar el mérito de la primicia y en definitiva, de la paternidad de la Historia como disciplina. Él mismo, en muchas de las anécdotas y sucesos de los que se hizo eco, se apresuró a añadir que las escribía tal como se las contaron, pero que no las consideraba demasiado dignas de crédito. ¿Acaso es posible pedir mayor sinceridad?

Hoy en Bigotini os brindamos el enlace con una de las narraciones de Heródoto contenida en sus Nueve libros. Se trata del episodio de La cámara del tesoro, un cuento egipcio delicioso y fantástico que con seguridad os va a encantar: 

https://www.dropbox.com/home/Profesor%20Bigotini?preview=La+c%C3%A1mara+del+tesoro.pdf

Como todo avariento poseedor de gran fortuna, Rampsinitus estaba dominado por el miedo.


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