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miércoles, 19 de abril de 2023

MARCO AURELIO, UN FILÓSOFO AL FRENTE DEL IMPERIO

 


Marco Aurelio tenía cuarenta años cuando sucedió a Antonino Pío. Corría el año 161. Marco era de origen español como Trajano y Adriano. En Hispania los Aurelios habían cobrado una bien merecida fama de honradez. Antonino preparaba a Marco Aurelio para ser emperador desde muy niño. Le asignó para ello todo un cuerpo de preceptores que le enseñaron gramática, historia, matemáticas, filosofía… Esta última disciplina fue sin duda su favorita. Marco Aurelio fue además de emperador, por encima incluso de emperador, un filósofo. Seguidor de la escuela estoica, fue autor de una obra titulada Pensamientos, donde se recoge lo más esencial de su doctrina filosófica. Está impregnada de moral y de ascetismo porque Marco Aurelio llevó desde muy joven una vida ascética. Era vegetariano y se desayunaba cada día con una porción de opio disuelta en vino caliente. Se hizo célebre por su gran serenidad.


Y eso que las circunstancias que rodearon su vida y su reinado no invitaron precisamente a la serenidad. En lo familiar Antonino le había casado con su hija Faustina, que se llamaba igual que su madre y tenía un temperamento similar. A esta segunda Faustina le perdían la vanidad y el lujo. Se rodeó de aduladores y de amantes. Tuvo cuatro hijos. Dos, un varón y una muchacha, se atribuyeron a su esposo, y otros dos, los mellizos, a un famoso gladiador del Circo. Marco llevó los caprichos de Faustina con la mayor resignación.

Tampoco lo tuvo fácil el emperador en lo militar. Se rebelaron a la vez los persas y los germanos, así que Marco Aurelio, hombre sedentario que se encontraba a gusto en las bibliotecas, no tuvo más remedio que pasarse media vida guerreando y pasando fatigas en campamentos entre nieve, barro y tormentas de arena. Por si fuera poco, de vuelta en Roma sobrevino la que seguramente fue la más grande epidemia de peste del mundo antiguo en la que perecieron millones de personas en todo el imperio y sobre todo en la Urbe cuya población, según los cronistas, se redujo a la tercera parte. Marco actuó entonces también como enfermero poniéndose a las órdenes de Galeno, el médico más célebre de su tiempo.


Terminada la epidemia, volvió el emperador a la guerra. Consolidó la frontera del Rin, extendiéndola hasta el Elba, y en aquellas tierras le sorprendió la muerte. Delante de sus generales, Marco Aurelio llamó a su lecho a Cómodo, su hijastro fruto de la relación adúltera de Faustina con un gladiador. Cómodo era la antítesis completa de Marco. Un tipo inculto, brutal y pendenciero, del todo impermeable a cualquier intento de educación, pero por algún desconocido motivo Marco le adoraba. Allí mismo le nombró nuevo emperador, saltándose la formalidad de consultar al Senado, algo que no sucedía desde los tiempos de Nerva.

Así se extinguió la dinastía Antonina que fue la más próspera y la que marcó el mayor apogeo del Imperio Romano, y así comenzó un dilatado periodo de decadencia que le conduciría al final.

Tengo una gran deuda con los dioses. Me han dado buenos abuelos, buenos padres, una buena hermana, buenos maestros y buenos amigos. Marco Aurelio. Pensamientos.


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