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jueves, 25 de agosto de 2022

ROY CRANE, AVENTURAS EN BLANCO Y NEGRO

 


Royston Campbell Crane, o abreviadamente Roy Crane, nació en Abilene, Texas, en 1901. Cursó estudios universitarios y asistió seis meses a la Academia de Bellas Artes de Chicago. De joven viajó por el país vagabundeando y ejerciendo diversos trabajos. Fue marinero, obrero en el ferrocarril y hasta montador de carpas circenses. Se estrenó como caricaturista en el New York World, donde aprendió de maestros como Webster o como Ethel Hays, a la que imitó sobre todo en el dibujo de mujeres. En 1924 apareció su primera serie, Wash Tubbs, apócope del principal personaje, Washington Tubbs II, un gracioso empleado en una tienda, con un estilo de dibujo caricaturesco dirigido al público infantil.

Crane se cansó pronto de aquellos argumentos costumbristas, y mandó a su héroe a viajar por el mundo buscando tesoros en una isla del Pacífico o adentrándose en cuevas inexploradas. Las historietas fueron adaptándose a un público de más edad, con menos chistes y más guiños literarios. Al mismo tiempo fue cambiando el estilo de los dibujos. Crane se esmeró en los fondos, explotó con gran habilidad las onomatopeyas, y se sirvió del negro y de los sombreados para crear atmósferas más acordes al género de aventuras del que podemos considerarle precursor. Fue sin duda un maestro del empleo del negro, hasta el punto de que casi podría decirse que los colores estropean su trabajo.



En 1929 apareció Captain Easy, un soldado de fortuna que protagonizó las tiras dominicales de mayor éxito en América. Y ya con la Segunda Guerra Mundial, a partir de 1943, un personaje originalmente secundario como Buz Sawyer, fue adquiriendo importancia hasta protagonizar una nueva serie de gran éxito.

Son varios los aspectos a destacar en el trabajo de Roy Crane: el empleo del negro y las sombras que ya mencionamos, los apasionantes argumentos de aventuras con giros muchas veces inesperados en los guiones, y la vocación de propaganda belicista y patriótica, algo muy frecuente en ese tiempo.


Hoy en día llama también la atención el tinte machista de los comportamientos de sus personajes. Algo que en su momento, no sólo no causó el menor rechazo, sino que seguramente formó parte de la buena acogida que tuvo su trabajo por parte del público. Sirva como ejemplo de cómo los valores y las mentalidades cambian incluso en periodos de tiempo que pueden antojarse relativamente breves. En este caso debemos felicitarnos por la evolución de la sociedad.

Crane llegó a amasar con sus derechos una considerable fortuna que le permitió retirarse relativamente joven. Dejó Captain Easy y Buz Sawyer en manos de su colaborador y amigo de la infancia Leslie Turner, a quien ya dedicamos un capítulo en nuestra Historia del Cómic. Turner continuó las series sin apartarse un ápice del estilo de su predecesor ni en los dibujos, que serían prácticamente indistinguibles salvo por el detalle de la firma, ni en los argumentos, que tras la Guerra Mundial hallaron nuevos filones en las de Corea y Vietnam.

Roy Crane falleció en Florida en 1977. Para recordar su obra os dejamos un puñado de sus páginas y viñetas.

 




















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