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miércoles, 19 de enero de 2022

ANILLOS DE BORROMEO. HERÁLDICA Y CIENCIA

 


La de los Borromeo, una noble familia italiana del siglo XV en la que figuran generales, magistrados, cardenales y hasta un santo, San Carlos Borromeo, lucía en su escudo de armas tres anillos entrelazados de una forma muy peculiar. No se encuentran unidos dos a dos. Si cortamos cualquiera de ellos, los tres anillos se separan. Según muchos historiadores y especialistas en heráldica, esta antigua configuración de los anillos representaba a tres familias, los Visconti, los Sforza y los Borromeo, que por medio de matrimonios pactados, crearon una firme alianza política que afectó al devenir histórico del norte de Italia durante prácticamente un siglo. Con fecha de 1467 puede encontrarse idéntico símbolo en la iglesia florentina de San Pancracio. Incluso la antigüedad del símbolo podría llevarse más lejos si consideramos una configuración idéntica pero triangular, encontrada en uno de los pilares de la cama de una dama nórdica muerta en 834, y en muchos objetos votivos de los vikingos.


Se trata de un conjunto sencillo, pero muy intrigante, que no solo interesa a la semiología, sino muy especialmente a la ciencia. Tanto matemáticos como químicos se han visto atraídos por esta estructura. Los anillos aparecen por primera vez en un contexto matemático en 1876, en un artículo sobre nudos con la firma del físico y matemático escocés Peter Tait. Como cada uno de los tres anillos puede adoptar dos posiciones distintas en cada cruce, arriba o abajo, existen un total de sesenta y cuatro posibilidades de formación (26). Si se tienen en cuenta las simetrías, el número de formaciones geométricas diferentes queda reducido a diez.

No es posible construir un nudo de Borromeo auténtico a partir de anillos planos. Si intenta hacerse con alambres planos, es necesario retorcer o deformar el alambre. Los matemáticos Michael Freedman y Richard Skora demostraron en 1987 el teorema que establece que los anillos de Borromeo no pueden construirse con circunferencias planas.


Un grupo de químicos de UCLA creó en 2004 un compuesto con un nudo de Borromeo molecular de 2,5 nanómetros de diámetro que incluye seis iones metálicos. Actualmente los investigadores trabajan en fórmulas para utilizar estos nudos de Borromeo moleculares en campos tan diversos como los spintronics, una tecnología basada en el spin y la carga del electrón, o la farmacología médica, para unir firmemente moléculas terapéuticas que de otro modo sería imposible integrar. También los anillos de Borromeo parecen muy esperanzadores en el campo de la física de materiales. Del mismo modo que la especial disposición de las moléculas de agua es capaz de adoptar la forma sólida del hielo, la disposición molecular de anillos enlazados podría variar las propiedades de otras sustancias, consiguiendo nuevos materiales.

Vemos pues que paradójicamente, como ocurre en otras materias, algo muy antiguo puede contribuir al progreso y convertirse en un avance del futuro.

Los cómicos me caen bien. Me he pasado la vida haciéndome pasar por uno de ellos. Groucho Marx.


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