Translate

miércoles, 29 de enero de 2020

LA INVASIÓN DEL PLÁSTICO. POLÍMEROS PARA LA ETERNIDAD



Los polímeros, que coloquialmente solemos denominar plásticos, en cierto modo han estado con nosotros desde hace millones de años. Básicamente consisten en cadenas complejas de átomos de carbono e hidrógeno. Las arañas están tejiendo sus telas (que esencialmente son polímeros) desde el periodo carbonífero. También son polímeros el caucho, el algodón, la lignina y la celulosa de las maderas, y hasta nuestras propias uñas sin ir más lejos. Ocurre que todos estos polímeros naturales llevan en la naturaleza mucho tiempo. El suficiente como para que hayan evolucionado estirpes bacterianas capaces de alimentarse de ellos, y por lo tanto capaces de hacerlos desaparecer para que no constituyan un problema. Los polímeros naturales son biodegradables.

Otro polímero natural es la laca. La segrega un insecto asiático para producir escamas. Hasta la década de 1920 la laca fue el único revestimiento disponible para los cables eléctricos. Precisamente la búsqueda de un sustituto artificial de la laca, fue lo que llevó al químico americano Leo Baekeland a mezclar fenol con formaldehído para conseguir baquelita, un material moldeable que se convirtió en el primer plástico artificial. Aquello fue el pistoletazo de salida. Los químicos de todo el mundo se pusieron a manipular cadenas de hidrocarburos y a mezclarlas con un sinfín de sustancias. Añadiendo cloro se obtiene PVC, insuflando gas se obtiene poliestireno. En los cuarenta se descubrió el nailon, un material que revolucionó la indumentaria femenina. A partir de 1945 se produjo un verdadero aluvión de nuevos plásticos: tejidos acrílicos, plexiglás, polietileno, polipropileno, gomaespuma de poliuretano…

Hasta la década de los cuarenta toda la basura que generábamos era biodegradable o fácilmente reciclable (el caso de las chatarras metálicas). A partir de la aparición de los plásticos la situación cambió sustancialmente. Hay una isla de bolsas de plástico flotando en el océano Pacífico que tiene la extensión aproximada de Texas. Existe otra isla parecida en el Atlántico Norte con una superficie mayor que la de Francia… Las bolsas de plástico obstruyen las bocas de las alcantarillas y los esófagos de las tortugas marinas, que las confunden con medusas. Las omnipresentes bolsas de plástico están por todas partes. Flotan en los ríos y en el mar. Arrastradas por el viento, se enganchan en las ramas de los árboles y arbustos. Se acumulan en los vertederos hasta formar auténticas cordilleras. Se rasgan y se fraccionan en pedazos cada vez más y más pequeños. Esos pedazos adheridos a los alimentos, son consumidos por muchos animales terrestres o marinos que invariablemente sufren las funestas consecuencias de su elevada toxicidad.


Hay plásticos supuestamente biodegradables, pero toda la degradación consiste en que desaparece el almidón y se convierten en una nube de microscópicos millones de partículas imposibles de destruir. Esas diminutas bolitas forman parte de la composición de un sinfín de productos de belleza e higiene: geles, exfoliantes, champús, jabones, suavizantes, limpiadores, lociones, pasta de dientes, cremas… Entre sus ingredientes aparecen “microesferas de polietileno” o alguna otra denominación similar. Todo eso va a parar a los desagües, a los ríos y finalmente al océano. Las pequeñas esferas de plástico son consumidas por la microfauna marina que forma el plancton y por los microscópicos crustáceos del krill, que se envenenan masivamente. Toda esa microfauna constituye el primer eslabón de la cadena trófica alimentaria en los océanos, y cada vez es más escasa… Si no detenemos esto de alguna forma, estamos abocados a un desastre ecológico sin precedentes.


El que avisa no es traidor, es avisador. Las señales de alarma llevan ya mucho tiempo encendidas, sin que aparentemente nadie les preste atención más allá de los ecologistas a los que nadie parece tomar realmente en serio, o de denuncias aisladas como la presente. ¿Sabéis cuánto tiempo puede transcurrir hasta que evolucionen estirpes bacterianas capaces de alimentarse con nuestros plásticos? Una respuesta optimista podría ser decenas de miles de años. Otra más realista, millones. Para cuando eso ocurra nos habremos cargado el planeta. En los cuarenta unas seductoras medias de nailon se anunciaban como la perdición de los hombres. El publicista no era consciente de hasta qué punto estaba en lo cierto.

Todos somos unos ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.  Albert Einstein.



No hay comentarios:

Publicar un comentario