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viernes, 18 de enero de 2019

JOAN BENNETT Y SU TALENTO CAMALEÓNICO



De las tres hermanas Bennett que comenzaron a actuar en espectáculos teatrales y más tarde en el cine, Joan era la más brillante, bella y talentosa. Su gran capacidad de adaptación la llevó a interpretar todo tipo de papeles a lo largo de su carrera. También físicamente experimentó cambios. Fue sucesivamente rubia y morena. Pasó de interpretar a jovencitas al final de los años veinte, a encarnar a la madre de cuatro hijas ya crecidas en la célebre Mujercitas de George Cukor en 1933.
Probablemente la mejor y más recordada etapa de Joan Bennett como actriz fue la que le unió al genial director Fritz Lang en los años cuarenta. Protagonizó bajo sus órdenes cuatro inolvidables películas entre las que destaca (al menos es mi preferida) La mujer del cuadro de 1944. En ella, y al lado de Edward G. Robinson, encarnó a una de las mujeres más misteriosas y atractivas de la historia del celuloide. Eso no le impidió actuar en los primeros cincuenta en las comedias El padre de la novia, y su continuación, que dirigió Vincente Minnelli y protagonizó nada menos que Spencer Tracy.
En este recorrido de recuerdos e imágenes que venimos haciendo, os proponemos (clic en la foto) un repaso nostálgico al trabajo de la Bennett, a través de un hermoso montaje fotográfico y musical. ¡A gozar!

Próxima entrega: Ralfh Bellamy




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