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domingo, 4 de septiembre de 2016

JUAN DE ARGUIJO. BARROCO EN ESTADO PURO


Este poeta sevillano, nacido a la sombra de la Giralda en 1567, reúne en su obra y su persona las más genuinas esencias del Barroco literario español. Juan de Arguijo procedía de una familia noble y rica. Fue cortesano de Felipe III, y a su faceta poética añadió la de la música. Fue un notable vihuelista, y también se distinguió por su mecenazgo a diferentes artistas de su tiempo. Como puede verse, Arguijo fue hombre polifacético. Muy pronto adquirió merecida fama de pródigo, dilapidando la fortuna familiar en saraos y otras muy diversas disipaciones. Lo que se dice un bon vivant de su tiempo. Casi todos los datos que se poseen acerca de su biografía, provienen de un volumen, obra del poeta sevillano Antonio Ortiz Melgarejo, titulado Sales españolas o agudezas del ingenio nacional, que se publicó en 1902.


Juan de Arguijo solía firmar sus poemas con el sobrenombre de Arcicio. En lo literario, como casi todos sus colegas de la escuela sevillana, fue decidido partidario del clasicismo, que defendió con vehemencia contra el culteranismo imperante en la España poética de su tiempo, liderado por Góngora. Arguijo fue sobre todo un gran sonetista, predominando en sus versos los temas mitológicos, de los que puede considerarse un gran conocedor. Algunos de sus sonetos presentan una perfección métrica que puede calificarse de casi matemática. En su faceta de mecenas favoreció y ayudó a poetas de la talla de Rodrigo Caro y hasta del mismo Lope de Vega, que se alojaba en su casa y a su costa cada vez que visitaba Sevilla. Juan de Arguijo constituyó en el siglo XVIII, un modelo a seguir por parte de los iniciadores de la nueva corriente poética neoclasicista emergente.

Hoy en Biblioteca Bigotini presentamos la versión digital de sus Sonetos completos. Corresponden a la edición de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, fiel a la publicada en Sevilla en el XIX. Haced clic en la portada y disfrutad la pureza clasicista del más genuino Barroco, y la perfección de los versos de Juan de Arguijo.

¡Que le den el diez por ciento de mis cenizas a mi promotor artístico! Groucho Marx.



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