
Ahora
bien, para película mítica y redonda, sin duda hay que quedarse con
la primera King Kong de 1933. Vistos hoy en día, los efectos
visuales son ingenuos y primitivos, pero no importa: está el gorila,
está el Empire State, los aviones, la isla volcánica con sus
negritos salvajes, y está sobre todo la chica impresionante posada
sobre la palma de la mano del gigante con la ropa hecha jirones. Es
una de esas imágenes que quedan grabadas a fuego en la imaginación
de cualquier niño, ya sea pequeño o grande.
Pues
si. El género fantástico, que se había inaugurado casi a la vez
que el mismo invento del cine, con el Viaje a la luna de
Meliés, tuvo en los treinta un auge sin precedentes. Hace poco
publicamos una entrada sobre el puritano código Hays y su demoledora
influencia en la industria de Hollywood. Hoy os ofrecemos (haced
clic en la carátula) la mítica secuencia del desnudo de
Maureen O'Sullivan en Tarzán y su compañera, segunda
película de la serie, que se filmó en 1934. Los chicos españoles
de los sesenta no pudimos verla porque naturalmente la censuraron.
Disfrutadla ahora que podéis.
Próxima
entrega: El cine de animación
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